Raúl Allegre 9y

Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Semana 6 de la NFL

En la nota de la semana anterior escribí que "puedo debatir con facilidad que la línea ofensiva es la parte principal de un equipo de futbol Americano, aún más que la de QB". Algunos lectores, en los comentarios de la columna, y en Twitter me pidieron que presentara los argumentos para defender este punto de vista. Hace algunos años escribí una nota entera sobre este tema y no me gusta repetir puntos de vista, pero creo que con el resultado de Dallas en Seattle, vale la pena revisar dichos argumentos.

¿Qué define a una buena línea ofensiva? La capacidad de dominar la línea de golpeo. Esto se traduce en poder establecer el ataque terrestre y en proteger al QB en situaciones de pase. Los Vaqueros son el equipo que promedia más yardas por tierra por partido con 160.3. Tienen un porcentaje de 4.8 yardas por acarreo y aunque han permitido 10 capturas, siete de ellas se dieron en los primeros dos partidos cuando Tony Romo no estaba recuperado de su lesión en la espalda. Con estos resultados, podemos concluir que la línea ofensiva de Dallas es de primer nivel.

Una línea ofensiva estelar disimula deficiencias de un equipo, aún a la defensiva. Si los cinco de enfrente son capaces de dominar, corredores de segundo o tercer nivel pueden ganar yardas. No estoy diciendo que DeMarco Murray sea mal jugador, siempre ha sido productivo cuando no se ha lesionado, pero nunca ha estado entre los líderes en yardas por tierra de la NFL, pero este año es el líder hasta el momento. Con una gran línea protegiendo, no se necesita un gran QB para completar pases.

Ahora, si el QB es de primer nivel, como siempre lo he dicho de Romo, los resultados son aún mejores. Este año Romo no se ha visto obligado a tratar de ganar el partido él solo. Ha lanzado cinco intercepciones, pero tres fueron en la primera semana contra San Francisco. Teniendo la facultad de dominar físicamente a un rival, se puede controlar el tiempo de posesión. Esto le cae como anillo al dedo a una defensiva que tiene deficiencias, y este es el caso de la defensiva de Dallas. Este es un grupo que permite 5.1 yardas por acarreo y 6.1 yardas por jugada a sus rivales.

En resumen, he visto a QBs buenos, pero no espectaculares, ganar Super Bowls jugando detrás de líneas ofensivas de primera. ¿Cómo fue que Joe Gibbs ganó tres Super Bowls con tres QBs diferentes? Gracias a los "cerdos", o los "chenchos" como los llamaría mi colega Álvaro Martín. Otros ejemplos son Jeff Hostetler, Trent Dilfer, Brad Johnson y al mismo Tom Brady en el 2001, cuando todavía no se establecía como el gran QB que es hoy.

Mark Sánchez llegó a dos finales de conferencia jugando detrás de una línea ofensiva estelar. Por otro lado, hemos visto cómo leyendas sucumben cuando sus equipos no pueden correr y no les pueden dar protección. Lo vimos con Tom Brady en el MNF contra Kansas City, Phillip Rivers en 2011 y 2012, y lo que sucedió en el último Super Bowl cuando Peyton Manning fue asediado por la presión de Seattle.

Por eso, si me dan la opción de tener una GRAN línea ofensiva con un QB cumplidor pero no estrella, o tener a un QB élite con una línea ofensiva promedio, prefiero quedarme con la primera opción.

El caso de Dallas es digno de reconocimiento. La directiva de Dallas invirtió tres primeras selecciones de draft en jugadores de línea ofensiva. El primero fue Tyrone Smith en el 2011, Travis Frederick el año pasado y Zack Martin en el último draft. Con excepción de la selección de Smith, tales decisiones fueron cuestionadas. Se decía que Frederick era talento de segunda o tercera ronda, y en el caso de Martin, la preferencia era seleccionar a Johnny Manziel. Junto con Doug Free, quien por cierto estará fuera tres o cuatro semanas por lesión, y Ronald Leary, un agente libre que llegó al equipo en el 2012, este grupo está jugando a un nivel superior bajo el tutelaje de Bill Callahan, uno de los mejores entrenadores de línea ofensiva en la NFL.

La victoria en Seattle no fue solamente vencer al campeón en su propia casa, sino la manera como lo hicieron. Fue jugando poder contra poder, y el poder de Dallas se impuso. Fue un encuentro entre las que eran entonces la segunda mejor ofensiva por tierra contra la mejor defensiva terrestre de la liga. Dallas emergió de ese partido como el mejor ataque de la liga. Seattle pasó del primero al sexto puesto en esta categoría.

La pregunta que se escucha en esta semana es si los Vaqueros son o no el mejor equipo de la NFC. Los resultados, y la victoria convincente en Seattle dicen que sí. Personalmente, creo que están entre los cinco mejores, pero en esta conferencia me quedaría con el mismo Seattle, además de San Francisco, Filadelfia y Arizona. ¿Por qué Seattle si fueron dominados de principio a fin el domingo? Unidad por unidad, con la excepción de la línea ofensiva y el grupo de receptores Seattle tiene mejor equipo. Fue una gran victoria de Dallas, pero como sucede seguido en la NFL, una semana no define una temporada.

Por el momento, Dallas debe celebrar un gran logro, pero la guerra no está ganada. El secreto del éxito en la NFL es la consistencia semana tras semana.

La otra cara de la moneda la presenta el acérrimo rival de Dallas, los Acereros de Pittsburgh. Después de la debacle en Cleveland, pregunté por Twitter a los fans de Pittsburgh cuál era la razón de la situación actual de su equipo. La mayoría de las respuestas se enfocaron primero en Todd Haley, su coordinador ofensivo, luego en Mike Tomlin y finalmente en la falta de talento en la defensiva.

Los que saben, saben. Siempre he dicho que los fanáticos conocen mejor a su equipo favorito que cualquier analista que tiene que seguir a 32.

Después de la temporada del 2011, la gerencia de Pittsburgh decidió prescindir de los servicios de Bruce Arians, el entonces coordinador ofensivo del equipo y mentor y amigo de Ben Roethlisberger. Arians pasó a ser coordinador ofensivo de Indianápolis y fue nombrado el entrenador en jefe del año cuando suplió a Chuck Pagano mientras éste luchaba contra el cáncer. Después fue nombrado entrenador en Jefe de Arizona y llevó a un equipo perennemente mediocre a 10 victorias. Este año son líderes de su división con marca 4-1.

Por su parte, las ofensivas de Haley han terminado en el N° 21 en yardas y N° 22 en puntos en el 2012, N° 20 y N° 16 respectivamente en el 2013, y son actualmente la N° 6 en yardas, pero la N° 23 en puntos. Se han escuchado comentarios de que no tiene una buena relación con Big Ben. No sé si estos rumores sean ciertos o no, pero lo que es evidente es que esta es una ofensiva sin identidad. No saben si son un equipo que corre con poder o que trata de ganar con técnica. O como dirían en EU, con fineza. Todd Haley es buen coordinador ofensivo. Tuvo éxito en Dallas y Arizona, pero su estilo y filosofía parecen no encajar en Pittsburgh.

La personalidad de un equipo refleja la forma de ser de su entrenador en jefe. Los Acereros son el equipo con más castigos en la NFL con 57, los cuales han representado 479 yardas. Sólo Washington, con 480, tiene más. Tanto Bill Cowher como Hines Ward, ambos Acereros de corazón, comentaron el domingo que este es un equipo tímido, blando, que no tiene la dureza de los equipos que le vistieron de gloria a esta franquicia con seis títulos de Super Bowl. Son críticas duras para las huestes de Tomlin.

Finalmente, la defensiva. Dick LeBeau sigue siendo un viejo lobo que se las sabe de todas, todas, pero parece estar en una balacera portando navajas. Desde que salió Casey Hampton del equipo no tienen un NT. El centro de la línea defensiva ha sido vulnerable. Troy Polamalu ha sido un gran jugador por años, pero aún en sus mejores momentos no destacaba en cobertura. El domingo Cleveland fue sobre él. Su pareja de safety, Mike Mitchell, es un jugador sólido pero no de primer nivel. Sufrieron las lesiones de Ike Taylor y Ryan Shazier, pero todos los equipos sufren lesiones. Esto no puede ser excusa. Otros deben de surgir. Esa carencia de talento se le tiene que atribuir a una directiva que ha obtenido algunos buenos jugadores, pero no suficientes.

Si alguna franquicia ha tenido estabilidad en la posición de entrenador en jefe es Pittsburgh. Sólo ha habido tres desde 1960: Chuck Noll, Bill Cowher y Tomlin. Después de esta temporada seguramente habrá cambios. Dudo que salga Tomlin, pero sí que lleguen nuevos coordinadores. La situación actual no puede seguir. La NFL es mejor cuando equipos como Pittsburgh y Dallas están en su mejor nivel.

Finalmente, veo dos QBs jóvenes que podrían tener buen futuro: Derek Carr en Oakland y Austin Davis en San Luis.

Por fin se empiezan a ver señales de progreso con los Raiders. Pude evaluar a fondo a Derek Carr en los partidos contra Nueva Inglaterra y San Diego, y el muchacho parece tener lo que se necesita para brillar en la NFL. Cada vez se le ve con más aplomo, más seguro y decisivo. No hay duda que puede lanzar cualquier tipo de pase que requiera la ofensiva y parece tener mejor dominio del ataque.

Davis también ha jugado bien, aunque el lunes por la noche le tocó bailar con la más fea, contra la defensiva de los 49ers. Hablando de líneas ofensivas, la suya no le ayudó y su coordinador ofensivo tampoco. Viendo que estaba bajo presión constante, Brian Schottenheimer no hizo ajustes con trayectorias menos largas y usar retrocesos más cortos. Por consiguiente, Davis fue asediado y no fue efectivo en la segunda mitad del partido. Me sorprendería si Jeff Fisher no regresa a un esquema de ataque más conservador en sus siguientes partidos. El joven tiene talento y sabe jugar la posición. Espero lo ayuden a salir adelante.

^ Al Inicio ^