Raúl Allegre 9y

Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Semana 8 de la NFL

BRISTOL -- Viviendo en Texas, me sorprende el pesimismo de los fans de los Vaqueros de Dallas respecto a su equipo. Paso al costo algunos comentarios que he leído y escuchado después del partido contra Washington: "Demasiado bueno para ser cierto". "Sabíamos que un partido así llegaría tarde o temprano". "Era cuestión de tiempo". Y de fans Mexicanos: "Dallas jugó como nunca y perdió como siempre".

Por lo visto, 19 años de frustraciones cambiaron la mentalidad de los fans que más confianza exudaron desde el comienzo de la década de los 70s. La realidad de las cosas es que el equipo actual es muy buen equipo, pero tiene sus deficiencias, en particular a la defensiva.

Mencioné en la transmisión de "Monday Night Football" que esta unidad está todavía a un año, o dos jugadores, de ser una defensiva de campeonato. Hemos visto muchas comparaciones entre el equipo actual y el de comienzos de los 90s. Ofensivamente tales comparaciones son válidas, pero las defensivas de los 90s eran abrumadoras y no tenían huecos. A ésta le faltan dos jugadores: un ala defensiva capaz de presionar y un profundo libre para organizar a la secundaria.

El desempeño de su ofensiva tuvo un impacto en la defensiva. Después de Indianápolis, Dallas tenía el mejor tiempo de posesión en la NFL con un promedio de 34 minutos por partido. Antes del encuentro contra Washington habían tenido el balón más de 31:24 en sus primeros siete partidos con excepción de San Luis. El lunes por la noche, la historia fue diferente.

Empezaron bien el primer tiempo controlando el ovoide 17:11, pero en la fase complementaria Washington lo tuvo 20:06 y fue mejor equipo. Aún así, Dallas tuvo dos oportunidades al final del partido para ganar. La primera se dio faltando 1:52 con el juego empatado a 17. En la última serie ofensiva, la unidad comandada por Scott Linehan, cuya línea dominaba claramente, optó por lanzar pases en cinco de seis jugadas a pesar de que Tony Romo se veía claramente afectado por el golpe en la espalda que sufrió. Completaron sólo tres. En uno de esos pases Romo fue capturado y soltó el balón que fue recuperado por DeMarco Murray.

En tiempo extra, después de que Washington había anotado un gol de campo, lanzaron en tres de cuatro oportunidades. En esas dos series ofensivas, tuvieron sólo dos acarreos, ambos de Murray, para nueve y ocho yardas, uno en cada serie. Con un Murray inspirado, la línea ofensiva estaba imponiendo condiciones a un rival claramente superado físicamente. Murray tuvo siete acarreos para 79 yardas en el segundo tiempo. Con la victoria de por medio pregunto, ¿Por qué insistir en lanzar?

Las malas decisiones del cuerpo técnico de Dallas y las limitaciones de su defensiva no deben de restarle méritos al desempeño de Colt McCoy, quien empezó mal el partido sufriendo una captura y lanzando una intercepción en la primera mitad. Cerró completando 17 pases de 19 intentos llevando a en dos series de 80 yardas para TD y el gol de campo que a la postre fuera el de la victoria. Su porcentaje de pases completos de 83.3% en por lo menos 30 intentos de pase impuso marca de franquicia. También hay que reconocer el gran desempeño de la defensiva de pase que capturó cinco veces a Tony Romo y lo limitó a sólo 209 yardas por pase y un TD.

En Pittsburgh tuvimos el partido del año por parte de un QB. Ben Roethlisberger lanzó para 522 yardas y seis touchdowns. Tuvo un índice perfecto de pasador con 158.3. Antes del partido de "MNF" que jugaron ante Houston, les pregunté a los fans de Pittsburgh, a través de Twitter, cuál era la razón de los problemas de los Acereros. Hubo varias respuestas, pero la que más se repitió fue la que culpaba a Todd Haley de la inconsistencia ofensiva actual. Viendo el video del partido contra Cleveland, honestamente no vi nada malo con la selección de jugadas de Haley, pero sí con la ejecución de las mismas.

Resaltaba la poca, o casi inexistente, coordinación entre Big Ben y Markus Wheaton. Además de Antonio Brown, quien está teniendo una temporada de Pro Bowl, no se veían otras opciones en el juego de pase. Contra Houston tuvimos el debut del novato Martavis Bryant. Tuvo dos recepciones en ese partido mientras que Wheaton se fue en blanco. Contra Indianápolis, que llegaba con la quinta mejor defensiva de pase en la NFL, la historia fue diferente. Bryant y Wheaton se combinaron para 10 recepciones que redituaron 139 yardas. Jugaron principalmente por afuera lo cual abrió espacios para Heath Miller y Lance Moore por el centro para un total de nueve recepciones para 145 yardas. En general. Ben completó pases con nueve receptores diferentes.

El secreto de los grandes equipos es jugar con consistencia. La situación en Pittsburgh no es diferente de la de Dallas. La ofensiva debe darle una asistencia a la defensiva. Pittsburgh carece de jugadores en puestos importantes, en particular NT (o guardia nariz para los que prefieren términos en español). Esta defensiva tampoco es de campeonato, pero no juegan en una división de ofensivas potentes.

Hace cuatro semanas se especulaba en los ámbitos de la NFL si la sociedad Brady/Belichick estaba por llegar a su fin. Como es costumbre entre comentaristas y aficionados, el resultado de un solo partido se extrapolaba hacia toda la temporada. Mi postura siempre fue que con mejor protección, las aguas desbordadas volverían a su cauce.

Con Ryan Wendell, Bryan Stork y Dan Connolly, el centro de la línea ofensiva de los Pats se estabilizó. A partir de esa derrota ante Kansas City, Brady ha lanzado 14 pases de TD sin intercepción. También vimos el repunte Rob Gronkowski y el surgimiento de Brandon LaFell y Tim Wright como opciones adicionales de pase. El tema antes mencionado de que las ofensivas tienen que cubrir las deficiencias de sus defensivas, se aplica también a los Pats. Otra vez este año no tendrán a Jerod Mayo en la recta final, y sin Mayo esta unidad es diferente. Akeem Ayers llegó en un canje y no tuvo un mal inicio logrando una captura en su debut como Patriota, pero no tiene el nivel de Mayo. Brady, como es su costumbre, se tendrá que echar el equipo a los hombros. La siguiente prueba será en la renovación del duelo legendario de los últimos años entre los Pats de Brady y el equipo de Peyton Manning.

Triste la situación que viven los Jets. Claramente las decisiones de su directiva actual bajo John Idzik, y de la previa, bajo Mike Tannenbaum, han dejado a este orgulloso equipo en una situación precaria. El enfoque en la era de Rex Ryan siempre ha sido en reforzar a la defensiva. Tienen posiblemente a los mejores siete frontales de la NFL, pero la defensiva secundaria y los jugadores elegibles de la ofensiva son de un nivel cuestionable. Con elegibles me refiero a esos jugadores que pueden recibir pases: corredores, receptores y alas cerradas.

El problema más grande está en la posición de QB. No sé qué tanta más evidencia necesiten para saber que Geno Smith es cuando mucho, un QB suplente. Michael Vick es mejor, pero ni en sus mejores momentos pudo jugar con la consistencia de un QB de primer nivel. Su desempeño le costó el puesto a Andy Reid en Filadelfia.

Los fans de Jets piden la cabeza de Rex Ryan. Eso sería tratar de tapar el sol con un dedo. Ryan es buen entrenador. Tiene una personalidad abrasiva, es apasionado y en ocasiones tiene declaraciones que nos dejan con la boca abierta, pero sabe de fútbol americano. Haber llegado a dos Juegos por el Campeonato de la AFC comprueban su nivel. Pero como dije en una analogía culinaria, si a Enrique Olvera le dan los ingredientes necesarios te prepara un manjar de restaurante Michelin. Si le das frijoles y tortillas te prepararía enfrijoladas, que son muy ricas, pero que no las sirven en los restaurantes de cinco estrellas. Igual, un buen entrenador depende del talento de su equipo.

Los últimos campeones de la NFL reflejan la sinergia que existe entre un buen cuerpo técnico y una buena directiva. Dudo que Ryan sobreviva esta temporada, ni tampoco Idzik. Se ve venir una limpia total, lo cual retrasaría todavía más la lucha de este equipo por obtener otro título.

Finalmente, el equipo "cenicienta" de la NFL pasa por una racha difícil. Me refiero a los Cargadores de San Diego. Fueron sorprendidos hace dos semanas en casa por un buen equipo de Kansas City y superados completamente por un equipo de Denver que fue muy superior.

El próximo domingo tienen un partido muy difícil ante un Miami que poco a poco va entrando en ritmo. Este partido se jugará a la 1:00 p.m. hora del este, lo que corresponderá a las 10:00 a.m. hora de San Diego. Históricamente, equipos que viajan de la costa oeste al este y juegan en este horario, en particular en el calor y humedad de Miami, han tenido problemas.

Miami es un equipo con una defensiva que no está clasificada entre las mejores de la liga, pero que debería. Tienen una línea defensiva capaz de presionar sin mandar cargas. Esquineros duros y oportunistas y un ataque terrestre que está empezando a dar resultados. Ryan Tannehill no ha demostrado todavía que es un QB que puede cambiar el rumbo de un partido, pero sí que lo puede administrar. Aunque faltan nueve semanas para el final, el resultado de este partido podría ser la diferencia entre un equipo que califica y otro que es eliminado.

^ Al Inicio ^