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Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Semana 14 de la NFL

BRISTOL -- No recuerdo otra temporada de la NFL con una personalidad tan esquizofrénica como la presente. Pocos son los equipos que han jugado con consistencia semana tras semana. No me refiero a tener una mala tarde. En 16 partidos, eso suele suceder. La temporada es larga e intensa y es sumamente complicado mantener un nivel de intensidad alto.

Me refiero al sube y baja que han mostrado muchos equipos, incluyendo algunos líderes de división.

El mejor ejemplo de este mal lo tenemos con Pittsburgh. Hace una semana, Nueva Orleáns, uno de los equipos que ha sido consistentemente mediocre, visitó a unos Acereros con mayor talento en sus líneas y los dominó de principio a fin en las tres fases del juego. El marcador no reflejó el dominio de los Santos porque estos permitieron yardas y un par de TDs cerca del final. No fue la primera vez que Pittsburgh perdía ante un equipo de menor nivel. Entre sus derrotas se incluyen una en casa ante Tampa Bay y otra como visitante contra los Jets. Han tenido partidos impresionantes que encienden las esperanzas de sus seguidores -- la victoria en domingo por la noche contra Carolina, las palizas que le dieron a Baltimore e Indianápolis en semanas consecutivas, y la reciente victoria como visitantes ante los Bengalíes de Cincinnati-- pero no parecen dar ese último estirón para entrar al club de los grandes.

Ofensivamente pocos equipos en la NFL tienen las opciones que tiene Pittsburgh. Se puede debatir fácilmente que Le'Veon Bell es el corredor más completo de la liga. Es productivo acarreando y recibiendo pases. También se puede argumentar que Antonio Brown es el mejor receptor de la NFL. Con la excepción del partido contra los Jets, ha mostrado consistencia semana tras semana. La juventud y explosividad de Martavis Bryant y Marcus Wheaton contrastan con la experiencia y el colmillo de Heath Miller. La línea ofensiva es sólida, y Ben Roethlisberger es, sin duda, miembro de la élite de QBs de la NFL. Pittsburgh no tiene una defensiva de primer nivel desde el retiro de Casey Hampton, pero tienen jugadores de calidad, varios de los cuales regresan de lesiones. Algunos como Ryan Shazier, Ike Taylor y Jarvis Jones han tenido problemas recientemente, pero deben de entrar en ritmo próximamente. En pocas palabras, Pittsburgh no tiene excusa para jugar con la inconsistencia que ha mostrado.

Insisto, los equipos de primer nivel caen en baches de vez en cuando, pero recuperan su nivel. Los Pats se vieron mal ante Kansas City, Green Bay contra Seattle, Denver contra San Luis, Seattle frente a Dallas, y Arizona frente Atlanta, pero fue un mal de una semana. El común denominador de estos equipos es tener un entrenador en jefe de gran capacidad y en control total del equipo. El cronómetro está corriendo para Mike Tomlin. Nada menos que ser campeón de su división debe ser aceptable. Otra temporada sin avanzar a los playoffs podría comprometer su futuro.

Este es el momento de demostrar que es capaz de lograr que sus jugadores rindan a su máximo nivel y de manera consistente.

¿Qué tienen en común los Bills de Buffalo y los Carneros de San Luis? Para empezar, ambos hicieron ver no mal, pésimo, a Peyton Manning. Hace tres semanas, la defensiva de Gregg Williams limitó a Peyton a un solo TD y lo interceptaron en un par de ocasiones. La semana pasada, contra Buffalo, Peyton también lanzó dos intercepciones, pero sin TDs. Ambos equipos pelearían por el mítico título de la mejor línea defensiva de la NFL. Son capaces de presionar sin tener que mandar cargas, lo cual provoca entregas de sus rivales. Los dos cuentan con jugadores explosivos en la posiciones de corredor y receptor, y finalmente, ninguno de los dos cuenta con un QB consistente. Todavía tienen posibilidades de calificar, pero dudo que lo hagan. Aún así, serán un factor clave en la conformación de los equipos que avancen a los playoffs. San Luis juega en casa contra Arizona y los Gigantes de NY, y cierran en Seattle. Buffalo recibe a Green Bay y visitan a Oakland y Nueva Inglaterra. No me sorprendería en lo absoluto si los Bills vencen el domingo a Green Bay.

Es penosa la situación que se vive en Washington, pero ¿hay alguien que esté sorprendido con lo que está pasando? Después de un desempeño mediocre contra San Luis, partido en el que salió con una lesión en el cuello, se habla de que Colt McCoy va a perder su puesto con Robert Griffin III. Este equipo tiene muchas deficiencias más allá de la posición de QB, en particular a la defensiva que semana tras semana permite jugadas explosivas tanto de pase como por tierra. No se puede culpar solamente al QB, quien quiera que sea, por la situación del equipo.

¿Es justo que McCoy pierda su puesto por un mal desempeño contra la defensiva de San Luis? Esta defensiva ha hecho ver mal a Colin Kaepernick, Carson Palmer, Peyton Manning, Phillip Rivers, y a Derek Carr junto con McCoy. Quizás Colt no sea la respuesta a largo plazo, pero merece la oportunidad de ser evaluado objetivamente y no sólo por su desempeño ante una de las mejores defensivas de la liga. McCoy no ha tenido el margen de error que recibieron tanto Cousins como RGIII. Jay Gruden está bajo presión de Dan Snyder para desarrollar a Griffin como QB franquicia, pero personas allegadas al equipo, mencionan que Griffin no es un QB dedicado o que se aplique a aprender la posición. Tampoco tiene el apoyo del vestidor. Hablando de San Luis y de Washington, vaya bofetada, y no necesariamente con guante blanco, la de Jeff Fisher cuando nombró capitanes a los seis jugadores que seleccionaron con el canje por Griffin.

Hablando de perder el puesto, Brian Hoyer será relegado a la banca a favor de Johnny Manziel. En este caso, no se puede culpar a Mike Pettine de favoritismo. Hoyer tuvo amplia oportunidad de quedarse con el puesto permanentemente, pero su pobre producción le costó el puesto. No tuvo pase de TD en sus últimos 136 intentos. En las últimas nueve incursiones dentro de la yarda 20, lanzó dos intercepciones y el equipo no anotó TD. Con Hoyer al frente de la ofensiva, los Cafés anotaron sólo un TD en sus últimas 29 series. Con Manziel tendrán un QB que ha sido ganador en la preparatoria y en el nivel colegial. Eso no quiere decir que tendrá éxito en la NFL.

Green Bay es en este momento el equipo favorito en la NFC, pero no hay que perder de vista a Seattle. El regreso de Bruce Irvin, y el desempeño inesperado de Kevin Williams como NT, ha visto renacer a una defensiva que había sido la sombra de lo que fue en el 2013. Contra Arizona, San Francisco y Filadelfia permitieron 204, 164 y 139 yardas respectivamente y un total de 20 puntos. Su ofensiva es limitada por la falta de receptores de élite, pero no comete errores. Si Green Bay llega a caer una vez más, y los dos terminan con cuatro derrotas, Seattle ganaría el desempate.

Esta ha sido la temporada de los centros novatos. Hay cuatro que han asumido puestos titulares y han consolidado líneas ofensivas en problemas. El primero en iniciar fue Corey Linsley de Green Bay. Durante la pretemporada prepararon a J.C. Tretter para ser titular, pero una lesión lo mantuvo fuera nueve semanas. Linsley tuvo momentos difíciles, pero mejoró semana tras semana y ahora es el ancla de la línea ofensiva que protege a Aaron Rodgers. Bryan Stork iba a ser titular en Nueva Inglaterra, pero se lesionó en pretemporada. Esperó hasta la semana cuatro para debutar y fue un bautizo de fuego contra la defensiva de Kansas City. Tom Brady tuvo uno de los peores partidos de su carrera. Al igual que Linsley, fue mejorando poco a poco y junto con Dan Connolly y Ryan Wendell, han abierto boquetes en el juego terrestre de los Pats. Chris Watt es el cuarto centro que usa San Diego esta temporada. Ha sido titular apenas tres semanas y ha tenido sus altibajos, pero su regreso coincidió con el repunte de San Diego. Jonotthan Harrison asumió la titularidad en una línea ofensiva de Indianápolis que ha tenido problemas protegiendo a Andrew Luck. Salió lesionado en el partido contra Cleveland.

Finalmente, agradezco a todos los lectores que mandaron sus condolencias y muestras de afecto por el reciente fallecimiento de mi "mamá gringa", Joanne Samaduroff, hace unos días. Como mencioné en la nota anterior, fue alguien que tuvo una influencia enorme en mi vida y a quien le debo mi carrera en el futbol Americano. También agradezco profundamente a la gerencia de ESPN el haberme permitido faltar a la narración del "Monday Night Football" para hacer posible mi presencia en el funeral de Joanne el fin de semana en Elma, Washington, junto con todos los miembros de la familia Samaduroff.