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Raúl Allegre comenta lo más notable ocurrido en la Ronda de Comodines

BRISTOL -- Arrancó el "torneo" final de la NFL con tres partidos que se pudieron catalogar como tediosos, y uno al final lleno de emociones y controversias. Mucho se ha hablado de expandir el número de equipos en los playoffs a 14, con seis partidos en la ronda de comodines en la cual sólo los sembrados N° 1 en cada conferencia descansarían.

Lo letárgico de los partidos se debió a que varios equipos llegaron mermados debido a lesiones de jugadores clave. Pittsburgh, Cincinnati y Arizona jugaron sin varios de sus estrellas a la ofensiva. De expandir el número de equipos, el problema seguiría ya que las lesiones son inevitables. Tendríamos probablemente otros dos partidos sin gran interés. De haber habido 14 equipos, Filadelfia, que vino a menos al final de la temporada, habría visitado a Green Bay, en donde perdieron por 33 puntos en noviembre, y Houston a Denver, con Case Keenum de QB.

El sistema de playoffs funciona bien. De vez en cuando hay partidos emocionantes en la primera ronda de playoffs, como fue el de Detroit vs Dallas este año y Kansas City vs Indianápolis el pasado, pero por lo general, son encuentros que sirven para purgar a los planteles que no pertenecen. Además, es justo recompensar al segundo equipo con mejor marca y no demeritar la temporada regular recompensando mediocridad.

Ya entrando en materia, en la primera ronda un aspecto que resaltó fue la importancia de los equipos especiales, para bien y para mal. Tuvimos pateadores de despeje en Arizona y Detroit que regalaron posición de terreno a sus rivales. Los regresadores de Arizona y Carolina soltaron balones, o no los pudieron controlar, y los perdieron. Dan Bailey es el pateador con mejor porcentaje de efectividad en la historia de la NFL, pero falló un gol de campo de 41 yardas en un momento álgido del partido. Vale mencionar que poco después se redimió convirtiendo un intento de 51 yardas.

Del lado positivo tuvimos las actuaciones sublimes del legendario Adam Vinatieri, quien metió cuatro goles de campo para Indianápolis. Justin Tucker, hoy en día el mejor pateador en la NFL, logrando un gol de campo de 52 yardas en Pittsburgh en un estadio en donde raramente se convierten esos intentos. En ese momento Baltimore ganaba por cinco puntos. De fallar Tucker, los Acereros habrían tenido excelente posición de terreno y el "momentum" del partido. Ese intento tuvo tanta presión como uno para ganar el partido. Mike Nugent metió un gol de campo de 57 yardas, el segundo gol de campo más largo en la historia de los playoffs. No olvidemos tampoco el gran desempeño de Pat McAfee y de Kevin Huber despejando.

La jornada inició con los Cardenales de Arizona en Carolina. El equipo de Bruce Arians necesitaba ganar las batallas defensivas y de equipos especiales, y no cometer errores a la ofensiva para tener esperanzas. Sólo la defensiva puso de su parte, pero gracias a un balón tocado por el regresador de Carolina Brenton Bersin, el cual recuperaron, pudieron anotar su primer TD. El segundo llegó por cortesía de una intercepción a Cam Newton que les dio posición de terreno en la yarda 18 de Carolina. A pesar de su ineficiencia ofensiva y de equipos especiales, Arizona ganaba 14-13 al final del primer tiempo en un partido que deberían estar perdiendo por paliza. Drew Butler, su segundo pateador de despeje este año dada la lesión de Dave Zastudil, tuvo calcetinazos en casi todos sus nueve intentos promediando 34.8 yardas por despeje. Ted Ginn, Jr. soltó un balón en el tercer cuarto con el marcador 14-20 a favor de Carolina.

Ofensivamente, Arizona nunca pudo entrar en ritmo con Ryan Lindley, quien lanzó dos intercepciones en el partido, incluyendo una dentro de la yarda 20 de Carolina. En total, los Cardenales sumaron sólo 78 yardas a la ofensiva, el número más bajo en la historia de los playoffs. Los errores ofensivos y el paupérrimo desempeño de los equipos especiales en este partido le costarán a Bruce Arians ser el entrenador en jefe del año. Eso de ninguna manera le resta mérito al gran trabajo que hizo que un equipo diezmado por lesiones.

Carolina demostró que son un equipo a la alza. Tuvieron la segunda mejor defensiva de la NFL en el 2013, y la versión actual empieza a parecerse. Los cambios que realizaron en la defensiva secundaria decidiendo alinear a los novatos Bené Benwikere y Tre Boston están dando buenos resultados. Recuperaron la potencia en el ataque terrestre. Falta que Cam Newton juegue con consistencia. Contra Seattle, estarán en la situación en la que estuvo Arizona. No pueden cometer los errores que tuvieron contra los Cardenales. Newton no puede volar a receptores abiertos ni tener lanzar intercepciones. Tienen la defensiva para frenar el ataque terrestre de los Halcones Marinos, y un ataque terrestre que se le ha complicado a la defensiva de Seattle. Los últimos dos encuentros entre estos equipos, ambos jugados en Carolina, se decidieron por menos de siete puntos. Anticipo que el siguiente será similar.

En Pittsburgh, algo tenía que ceder. Los Acereros habían vencido a los Cuervos en los dos partidos de playoff en Heinz Field, y en ambas ocasiones llegaron al Super Bowl, lo cual les daba esperanzas a sus fans. Por otro lado, John Harbaugh nunca había perdido el primer partido de postemporada en las cinco ocasiones en que su equipo había calificado. Harbaugh prevaleció. En realidad, Pittsburgh, aunque tuvo un repunte debido a un balón suelto de Justin Forsett en el último cuarto, nunca estuvo en el partido.

La pregunta de la semana había sido ¿Cuál sería el impacto de la ausencia de LeVeon Bell? La respuesta fue: MUCHO. La última vez que Baltimore visitó a Pittsburgh, Bell "no fue factor" en estadísticas ni en puntos. Tuvo 20 yardas por tierra y 38 en recepciones. Puse la frase en comillas porque Bell tuvo un GRAN impacto en ese juego. Atrajo la atención de la defensiva de Baltimore cuyo plan era neutralizar a Bell a costo de aplicar poca presión y permitir espacios a los receptores. Big Ben completó seis pases para TD esa noche. Sin Bell en la alineación, la defensiva de los Cuervos desestimó el ataque terrestre de los Acereros. Se dedicaron a presionar con cargas sofisticadas y a hacer marcaciones dobles a Antonio Brown. Pittsburgh firmó a Ben Tate durante la semana y su participación fue contraproducente. Cuando todavía había esperanzas en el último cuarto, Baltimore lanzó una carga con tres jugadores por el lado izquierdo de la defensiva. Tate se confundió y dejó libre a Darien Stewart quien le llegó a Roethlisberger quien todavía pudo lanzar el balón a Tate quien lo malabareó propiciando una intercepción. En la siguiente jugada Baltimore anotó TD amarrando el partido.

Joe Flacco tuvo un pésimo partido contra Houston. Se vio mal contra Cleveland en el cierre de la campaña. Su temporada regular no fue nada especial, pero si algo se puede decir de Flacco es que se convierte en otro jugador en postemporada. Recordamos lo que hizo en el 2012, cuando lanzó para 11 TDs sin intercepción y su desempeño en el Super Bowl XLVII en donde completó el 67 por ciento de sus pases y lanzó 3 TD.

Una reflexión final sobre este partido es que podríamos haber visto las últimas actuaciones de Troy Polamalu y James Harrison con el uniforme de los Acereros. Harrison fue factor en el cierre de temporada. No así Polamalu quien faltó a varios partidos, y en los que jugó, no tuvo impacto.

El siguiente paso para las huestes de Harbaugh es visitar a los Pats a quienes han vencido dos veces en tres visitas durante postemporada. El estilo de juego de los Cuervos se cuadra bien al de los Pats. Corren bien, algo que le ha costado defender a los Pats. Tienen dos excelentes presionadores que irán en contra de dos tackles inconsistentes. Su defensiva secundaria es floja, pero Nueva Inglaterra carece de buenos receptores. La única esperanza es la genialidad de Tom Brady, pero ante el Baltimore de Harbaugh, en postemporada, ha lanzado sólo 3 TD con 7 intercepciones completando sólo el 56 por ciento de sus pases.

Del partido entre Indianápolis y Cincinnati sólo hay que decir que los QBs fueron la diferencia. Andy Dalton no tuvo a sus dos receptores más productivos en AJ Green y Jermaine Gresham, quienes se combinaron para 11 pases de TD, el 55 por ciento de los que lanzó Dalton durante la temporada. Es comprensible que hayan enfatizado el ataque terrestre al no tener a sus mejores receptores, y que el juego de pase haya sido conservador, pero una vez rezagados en el marcador no hicieron ajustes. Parecía que el objetivo era que Dalton no lanzará intercepción en lugar de tratar de ganar el partido. Perdían 10-26 faltando todavía 11 minutos y seguían con pases cortos y seguros. Ese era el momento de usar varios receptores, buscar algunos pases largos y tratar de anotar rápidamente.

Por parte de Indianápolis, vimos como usaron formaciones para proteger a Andrew Luck y enfatizaron más el ataque terrestre con Dan Herron. Aún así, Luck lanzó pases profundos y pases difíciles. Es abismal la diferencia entre la confianza que se tiene Luck y la que se tiene Dalton. El primero aprende de sus errores y no deja que lo afecten, mientras que al segundo lo derrumban.

Será interesante el duelo ante Denver. Todavía hay dudas sobre la condición física de Peyton Manning. El que vimos jugar en Diciembre no está para aguantar un partido de ida y venida contra Andrew Luck. Si Denver no puede establecer el ataque terrestre y presionar a Luck, algo que no pudo hacer Cincinnati, los Potros podrían dar la sorpresa.

El cierre de jornada nos dio por fin un partido emocionante. Dallas tardó en reaccionar durante los primeros 28 minutos del partido y se rezagaron 0-14. La renombrada línea ofensiva de Dallas, con tres jugadores de Pro Bowl, no pudo contener la presión de la defensiva de Detroit. Mandaron cargas en siete de 19 intentos de pase en la primera mitad. Extrañamente, en el segundo tiempo sólo mandaron tres cargas en 18 intentos de pase. Ese sorpresivo cambio de estrategia cambió el rumbo del partido. Romo completó ocho de 16 pases en el primer tiempo y 11 de 15 en el segundo. Sobre todo, en la jugada clave del partido cuando Dallas se la jugó en 4a y 6, Romo tuvo todo el tiempo del mundo para buscar a un receptor.

Tuvimos también la decisión arbitral que fue revertida. La NFL no sería la NFL sin este tipo de situaciones. Resido en Texas y por acá todavía se acuerdan del pase de TD de Mike Renfro en la final de conferencia entre los Petroleros de Houston y Pittsburgh que fue erróneamente invalidado. Para recordar, la confusión se dio porque primero el juez de fondo marcó interferencia de pase a Anthony Hitchens sobre Brandon Pettigrew en una jugada de 3a y 1. El árbitro del partido, Pete Morelli, anunció la falta. Después, el juez de línea, que tenía mejor ángulo, opinó que no era interferencia. Dijo que Hitchens sólo había estorbado la visión de Pettigrew lo cual es castigo en el colegial, pero no en la NFL. Vimos varias repeticiones en las que se apreció primero un jalón de la camiseta de Pettigrew por parte de Hitchens, luego un contacto en la mascarilla de Hitchens por Pettigrew, y al final contacto incidental. La NFL acaba de anunciar que los árbitros erraron al no marcar el sujetando de Hitchens, y un castigo personal a Dez Bryant por incursionar al campo, sin casco, a reclamar la decisión de los árbitros.

¿Influyó la decisión? Por supuesto. ¿Fue la razón por la que perdió Detroit? De ninguna manera. En 4a y 1, en la yarda 46 de Dallas, Detroit decidió despejar. Tuvieron un castigo de cinco yardas por retraso de juego que le daba más espacio a su despejador. La decisión de tratar de acorralar a Dallas fue correcta debido a la manera como había jugado hasta ese momento su defensiva. La ejecución fue un desastre. Sam Martin, el pateador de despeje, conectó para sólo 10 yardas dándole a Dallas excelente posición de terreno. Como antes mencioné, la defensiva de Detroit se tornó pasiva y le dio tiempo a Romo de buscar a sus receptores. En la jugada clave del partido en 4a y 6, Romo completó con Jason Witten, su tercera opción. En el TD de la victoria encontró a Terrance Williams después de que éste había cambiado su trayectoria para ayudar a su QB. Todavía, Detroit tuvo la oportunidad de ganar el partido, pero Matthew Stafford sufrió dos de sus tres capturas en la última serie ofensiva. En ambas perdió el balón, la segunda vez, de manera definitiva.

Dallas era favorito. No es sorpresa que se enfrenten a Green Bay el próximo domingo. Algo tendrán que hacer Bill Callahan, el entrenador de la línea ofensiva, Scott Linehan, el coordinador ofensivo y Jason Garrett, para descifrar las cargas de los oponentes, sobre todo cuando hacen cruces. De lo contrario, no tendrán posibilidades de ganar. El ataque terrestre de Dallas tuvo problemas contra Detroit. La defensiva de Green Bay no tiene un personal similar, pero Dom Capers, su CD, sabe como presionar.

Finalmente, como lo digo año tras año, esta es mi semana favorita de la NFL. En el 2013, no hubo sorpresas, pero esa fue la excepción a la regla. Los cuatro visitantes tienen excelentes posibilidades de ganar. No me sorprendería que por lo menos dos lo hicieran.