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Pampas, dignos herederos de Pumas

Creevy y Gosio festejan a lo Nadal Martín Altberg

BUENOS AIRES -- No es intencional ni antojadiza la descripción de un paralelismo, tan sólo brota espontánea la sensación de que, con inconfundible luminosidad, los Pampas alcanzaron casi un mismo plano que Los Pumas. No se trata de equiparar peldaños por del hecho de haber conquistado un espacio en el podio; es sencillamente celebrar el traspaso de un valioso legado. La heroica gesta en el Mundial 2007 reconvirtió al rugby argentino. Así como cautivaron por su nobleza e integridad –mas allá de logros deportivos-, aquellos Pumas de Bronce sirvieron de inspiración para una enorme –tal vez incalculable- cantidad de jugadores, y en ese lote de rugbiers contagiados, admitidos como herederos de la reformulada identidad, aparecen gloriosos los talentosos soldados comandados por Daniel Hourcade y Mauricio Reggiardo (no podemos desestimar el aporte de Raúl Pérez, como del resto del staff).

Es tiempo de hablar de la revolución de los Pampas, exultante versión del progreso, del resultado de un trabajo con proyección y ejecutado con inquebrantable determinación. Fueron coronados de gloria en la ignota Potchefstroom, pero el camino se inició hace bastante tiempo, un poco en silencio y a reparo de escépticas miradas. Contenido por un modelo de sacrificio y unidad, el plantel argentino forjó su personalidad con admirable vocación, única conducta viable para alcanzar y sostener la tan ambicionada consistencia estructural. Unos pocos jugadores tuvieron, antes de esta experiencia, escaso roce en el campo internacional, pero se puede decir que este combinado nacional es la representación del universo amateur de nuestra idiosincracia, por supuesto, merced al respaldo de herramientas indispensables. Nadie pretende manipular el ADN, pero sin un regimen de preparación para el alto rendimiento, nada de lo visto en la prestigiosa Vodacom Cup hubiera sido posible.

Los Pampas consiguieron lo que ningún seleccionado argentino mayor pudo: mantenerse invicto en una sucesión de once compromisos en el exterior, imponerse en un torneo profesional y adueñarse sin objeciones de tan importante trofeo (es la primera vez lo gana una formación extranjera). Pese a que en el acto consagratorio no brillaron como en otras funciones, vale consignar que doblegaron lícitamente –por segunda vez en el torneo- a los poderosos Blue Bulls, no sólo defensores del cetro, sino tricampeones y con el antecedente de haber disputado ocho cotejos decisivos en los 14 años de existencia del certamen. Incluso, ocho de los jugadores pretorianos que estuvieron desde el kick-off ante los argentinos, lucían en su currículum la actuación en el encuentro decisivo de 2010.

En la recopilación de méritos de los Pampas hay que consignar la eficiencia del funcionamiento colectivo, promovido por un juego dinámico y preservado de manera incondicional a pesar del movimiento de piezas (la solidez jamás se resquebrajó frente a la constante rotación de hombres). Esas condiciones le permitieron convertirse en un equipo ganador, con la autoridad suficiente como para ser el que imponía las pautas en una confrontación. Otro atributo reconocible estuvo vinculado con la capacidad de reacción, la lucidez –a partir del espíritu combativo- para sobrepenerse a los momentos apremiantes, adversos. Ninguna circunstancia lo hizo claudicar. Y en el terreno individual, todos los rugbiers potenciaron sus condiciones a un nivel superlativo, ganancia que, indiscutidamente, no hubieran podido obtener de permanecer inmersos en un hábitat tan limitado como el local.

Los números aportan otra señal de la supremacía argentina: el tucumano Nicolás Sánchez, con 85 puntos, terminó tercero en el ranking de máximos anotadores (detrás de Lionel Cronje, con 95 tantos, y Marnitz Boshoff, con 87), mientras que el rosarino Juan Imhoff encabezó la estadística de tries, con 10 anotaciones, como JJ Engelbrecht (Agustín Gosio apoyó 8 veces).

A cerca de un centenar de días para la inauguración de la Copa del Mundo, la brisa de esperanza y satisfacción que generaron los Pampas retroalimenta a Los Pumas. Por eso, no es descabellado pensar que algunos de los "héroes de la Vodacom" puedan ser titulares en Nueva Zelanda (de hecho, en la reciente nominación de 45 jugadores, se incluyeron 13 de los que estuvieron en Sudáfrica). Entonces, a aplaudir y benerar a los Pampas, pero con la creencia de éste puede ser el preámbulo de una auspiciosa historia, un inmejorable crédito y respaldo para lo que se viene, el desafío máximo de la cita mundialista y el Cuatro Naciones.

Santiago Roccetti es redactor de Scrum.com. Inició su trayectoria como periodista especializado en rugby en la revista Test-Match, luego pasó por Rugby Mundial y durante dos décadas se desempeñó como redactor del diario La Nación. Asistió a cuatro Copas del Mundo y, en la actualidad, también cumple funciones como Director Periodístico de la revista Try Mundial.