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Predicando con el ejemplo

Ortiz cataloga a Sammy Sosa como uno de sus ídolos y un modelo a seguir. AP Photos

SANTO DOMINGO -- Yo no era fanático de David Ortiz ... hasta ayer.

Nadie puede poner en duda el status de Big Papi como una de las "super estrellas" del béisbol de grandes ligas, ni mucho menos lo que ha logrado en 15 temporadas -- seis con los Mellizos de Minnesota y nueve con los Medias Rojas de Boston -- ni los 378 cuadrangulares ni las 1,266 carreras empujadas ni el promedio de por vida de .283. Los números hablan por sí solos y los títulos de Serie Mundial le ponen puntos de exclamación.

Pero anoche David Ortiz regresó a sus raíces y literalmente se sentó a la mesa con 50 jóvenes de 16 años clasificados por MLB como los mejores jugadores de República Dominicana y Venezuela para enfatizarle lo que él entiende es lo más importante: la educación.

"Eduquénse mis hijos. Edúquense. Esto es una carrera bonita, pero no dura para siempre", dijo Ortiz.

Y fue en ese momento que me convertí en fanático de David Ortiz.

La charla se dio en el marco de una "conferencia de prensa" convocada por MLB para destacar la serie que organizó para los jóvenes para que fueran vistos por escuchas y directores de personal de los equipos.

Era, a todas luces, un claro intento por "lavarse la cara" ante los problemas que el desarrollo de jugadores en Latinoamérica ha enfrentado ante los medios de comunicación y, aunque una iniciativa loable de MLB, en el contexto de la conferencia, era un evento de relaciones públicas.

Pero Big Papi, quien en raras ocasiones se quita sus gafas oscuras en público, habló de corazón y comparó a los jóvenes, todos enfocados en sus palabras, a cuando él era un prospecto y necesitó de la ayuda de Sammy Sosa y Raul Mondesi cuando llegó a las grandes ligas.

Se le veía en sus ojos. Ortiz se transformó y estoy seguro que en su mente pasaba el hecho de que estaba dando una charla a 50 potenciales Big Papis a quien en ese momento estaba viendo como sus hermanitos.

Hubo ocasiones que sus ojos se aguaron, no de tristeza, pero quizás de ansia de que los jóvenes internalizaran lo que estaba diciendo y aprendieran de sus palabras. De hecho, en varias ocasiones les advirtió "cuando esto ocurra, se van a recordar de mí y lo que les he contado esta noche".

"Cuando ustedes firmen verán que tendrán amigos que nunca tuvieron y familiares que nunca le hicieron caso tocando en sus puertas. Eso es así y ustedes tienen que abrir los ojos desde ahora", dijo Ortiz enfáticamente.

Por casi media hora, Ortiz habló sobre sus experiencias y destacó que "yo hubiera querido que una persona de mi calibre y mi experiencia me hubiera hablado y es por esa razón que cuando me pidieron hace par de semanas que hablara con estos jóvenes, dije que sí con gusto".

Tras su charla, Ortiz habló cándidamente con ESPNdeportes.com y admitió que invierte tiempo durante la temporada en Boston para tocar base con jugadores dominicanos en la organización y de vez en cuando darles una llamada para ver como están. "Eso fue algo que yo tuve con Sosa y Mondesí y fue algo que me ayudó", dijo.

Y ese ejemplo de Big Papi es uno que debiera ser emulado por las estrellas latinas en las grandes ligas.

Como es harto conocido, hay una explosión de jugadores caribeños subiendo por los rangos de las organizaciones al punto que para el Día Inaugural 2012, se espera que hasta un 30% de los jugadores en uniforme en las mayores sean latinos -- la mayoría de estos dominicanos y venezolanos.

Estos jóvenes de 19, 20 y 21 años, en muchos casos, saben que tienen el talento y las herramientas, pero tienen miedo. Quizás si estrellas como Ortiz, como Miguel Cabrera, Robinson Cano, Ubaldo Jimenez, etc. sacan 30 minutos de sus vidas para encaminar a algunos de estos prospectos, se pueden evitar tragedias en un futuro.

A nosotros los periodistas nos pagan para que tengamos parcialidad al cubrir y analizar las noticias. Pero no importa cuán imparcial uno intente ser, a veces las figuras que uno cubre, fiscaliza y a veces critica hacen cosas que uno tiene llanamente quitarse el sombrero y aplaudírselas.

!Bravo Big Papi! En mi libro, ya tú estás en el Salón de la Fama.