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US Open: cayeron Andreozzi y Pella

NUEVA YORK -- Los jóvenes argentinos Guido Andreozzi y Guido Pella se despidieron en primera ronda del US Open al caer con Kei Nishikori (17° favorito) y Nikolay Davydenko, respectivamente, y cerraron una semana inolvidable en Flushing Meadows, que los vio transitar con rotundo éxito por una demandante clasificación y que les otorgó como premio su primera presentación en un torneo de Grand Slam.

Andreozzi chocó con el oficio del buen tenista japonés y perdió por 6-1, 6-2 y 6-4 en una hora y 40 minutos. Pella le dio batalla al ruso, pero el ex top ten acabó imponiéndose por 7-5, 3-6, 6-4 y 6-2.

El resultado, de todas maneras, queda al margen a la hora del balance mayor. Porque los chicos argentinos (Andreozzi tiene 21 años; Pella, 22) iban por el aprendizaje, la confianza y el crecimiento en sí mismo que implica participar de un torneo de estas características. El sorteo los cruzó con dos duros escollos del circuito y el soñado debut fue también despedida.

En el caso de Andreozzi, el marcador grafica bastante lo que sucedió dentro de la cancha. El porteño comenzó muy errático, tenso y recién con el correr de los minutos y los games se fue animando más, fue encontrando sus mejores golpes y mostró algunas cosas de su repertorio que lo llevaron al cuadro principal del último Major del año.

Tanto fue así que, en el global, registró más tiros ganadores que su rival (23 contra 20). Sin embargo, la estadística que revela la historia del partido tiene que ver con los errores no forzados: 49 para Andreozzi, 19 para Nishikori. Detrás de esos números hubo muchas decisiones apresuradas, algunos tiros mal tomados e impactos que buscaban romper el peloteo de fondo de cancha que controlaba el asiático -alentado, como siempre, por una multitud de fanáticos japoneses- .

Un punto a favor en el juego de Andreozzi fue su saque. Al margen de los cinco quiebres que consiguió el japonés, Guido lo usó con inteligencia y en varios pasajes del partido resultó su principal aliado. Ocho aces totalizó el hoy 222° del Ránking ATP.

En contraposición, hay que decir que el argentino nunca pudo poner en aprietos a Nishikori cuando este estuvo al servicio. El juvenil intentó dañar desde la devolución y muchas veces encontró buenos espacios -sobre todo desde el lado del revés-, pero no consiguió forzar un break point en todo el partido.

Así, con un parate por lluvia incluido que se extendió por casi tres horas, Nishikori -cuartofinalista en los Juegos Olímpicos de Londres- redondeó una eficiente presentación en su debut y dejó en el camino a un Andreozzi que tiene mucho para ofrecer.

Inmediatamente después de la derrota de Andreozzi, aunque en otro court, su compatriota y tocayo Pella salía a la cancha ante Davydenko. Y aquí, si bien el rival arrastra un presente distinto al que lo llevó a ser N°3 del mundo (hoy está 47°), el desarrollo del encuentro fue radicalmente diferente.

La constante en el arranque fue la poca eficacia en el servicio. Parecía que Pella se encaminaba a un comienzo inmejorable, con ventaja de 5-2 y luego sacando para el set en 5-3, pero el ruso ganó cuatro games en fila y se llevó el set. En total, en esos primeros 51 minutos que pasaron hasta el 7-5 de Davydenko, hubo cinco quiebres.

Paulatinamente, la tendencia se aminoraría. En el segundo set, Pella volvió a quedar 5-3 arriba y con el servicio a disposición para igualar el marcador. Esta vez, pudo cerrarlo a su favor y entabló la ecuación.

La paridad, ya en el tercer parcial, se mantendría hasta el octavo game. Cada uno había mantenido su saque y Davydenko estaba al mando por 4-3. El argentino llegó a sacar 40-15 en ese pasaje del partido, pero no lo liquidó y el ruso pasó a liderar por 5-3. Un inmediato quiebre de Pella, cuando el ruso servía para set, parecía volver todo a foja cero. Pero el argentino, agotado físicamente, no pudo confirmar el break y el ex Top 3 desequilibró la balanza a su favor.

Ese terminó siendo el principio del fin para Pella. La última chance la tuvo estando 1-3 abajo en el cuarto set y con posibilidad de quiebre. No la pudo aprovechar y acabó sentenciando la suerte del encuentro.