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MÉXICO -- Se fue con una ovación, como se van siempre los grandes campeones, sólo que esta vez fue la prensa especializada que se reúne en el US Open la que le rindió este significativo homenaje, a una de las tenistas que han dejado huella en la historia del deporte blanco. Y es que no es común que ocurra, pero Kim Clijsters se convirtió en una bella historia que hoy culmina, tal y como ella misma lo prometió, aunque le restan los torneos de dobles, pero en realidad la historia de Kim termina con una derrota en el escenario en el que sorprendió al mundo tras convertirse en una mamá campeona en un Grand Slam. Años antes lo había hecho la australiana Evonne Goolagong, cuando conquistó Wimbledon en 1980, pero Kim no será recordada sólo por este hecho significativo, porque la vida nunca será la misma para una mujer después de la experiencia de ser madre, es cierto, pero esta atleta puso a su país, Bélgica en el plano del tenis mundial. Además de ganar en el 2009 el título inesperadamente, logró refrendar la corona al año siguiente, lo que la convirtió en una especie de consentida de la afición neoyorkina que se identificó no solo con la campeona, sino con la mujer emprendedora, y sobre todo que comparte responsabilidades en casa y en el trabajo. Desde su incursión al circuito llamó poderosamente la atención por su tenis efectivo y potente, entonces lo mas complicado era aprender a pronunciar su nombre, cosa que se fue haciendo costumbre ante su emergente ascenso en el ranking WTA, y su historia de triunfo se combinó con su sonado romance con el australiano Leyton Hewitt, eran la pareja del momento, dos campeones del tenis, como hace mucho no se vivía, y aunque fueron varios años, al final cada uno tomó su camino. Kim fue la primer jugadora de su país en ostentar la cima del ranking y en ganar un Grand Slam y además también era la número uno en la modalidad de dobles, y se convirtió en el gran ídolo juvenil de la nación europea que la veía triunfar en el circuito, del que intempestivamente se retiró ante el anuncio de que sería madre. Nadie pensó que Clijsters volvería, y menos para hacer crecer su historia al grado de ganar títulos de Grand Slam y convertirse hoy en la gran noticia en Flushing Meadows con su despedida del circuito WTA. Entró a la sala de entrevistas, como es tradición siempre al concluir un encuentro en el estadio, sonriente, la derrota frente a la joven inglesa Laura Dobson no pareció afectar su animo, y comento: "¡ultima vez!". Si, sería su último encuentro con la prensa en un Grand Slam, pero se dijo muy satisfecha de sus logros, una ganadora siempre, tanto que odia perder hasta un punto en Ping Pong, cuando juega contra su esposo en casa, y se sintió muy complacida de saber que llegó al final de su carrera profesional tal y como lo soñaba, para ahora retirarse a cumplir la misión de madre y esposa. Sonriente, como siempre es, Kim compartió su ultimo día como tenista profesional con la prensa y confesó que su mayor obstáculo en su exitosa carrera se llama Justin Henin, la otra campeona hoy retirada también del tenis, con quien vivió una asidua rivalidad. Y ya para cerrar la noche, confesó que jamás sería periodista, a pregunta de un colega, Ben Snyder. Y así como llegó, se fue, llena de recuerdos, de títulos, de amor y reconocimiento. Adiós Kim... Se cierra una página más de éxito, en la historia del tenis femenil.
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