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Un durísimo obstáculo

BUENOS AIRES -- Vuelve esa adrenalina especial y única que genera la Copa Davis. La gente la espera de una manera diferente, con el plus en Argentina por tratar de dar un nuevo paso hacia otra final -sería la quinta-, en busca de esa tan esquiva ensaladera de plata. Liderado por su figura, Juan Martín del Potro, el equipo albiceleste recibe en la arcilla del Parque Roca de la capital a la República Checa de Tomas Berdych, en un duelo que promete ser muy parejo, emotivo y cerrado. Y todos miran de reojo a la otra semifinal, entre España y Estados Unidos, en Gijón, sobre la misma superficie lenta.

Desde que en abril se conoció el cruce entre argentinos y checos, hubo duelos entre algunos protagonistas y grandes triunfos, hasta que se conoció la baja por lesión de David Nalbandian, ex abanderado de la máxima potencia latinoamericana. Hasta última hora, además, una molestia física puso en duda la participación de Del Potro, el hoy indiscutido líder de su formación, lo que le habría restado muchas posibilidades de triunfo al cuarteto anfitrión en el caso de no haber sido de la partida.

Argentina ya padeció demasiado ante Croacia, en cuartos de final, también en casa y en el mismo escenario de Buenos Aires, por lo que es consciente de que este choque es aún más difícil. Su intención es prolongar la racha invicta que ostenta de 17 series ganadas por la Copa Davis siendo local y actuando en polvo de ladrillo. En esas condiciones, su última derrota la sufrió hace 14 años, ante Eslovaquia, en aquel repechaje de 1998.

Es cierto que cayó ante España en la fatídica final de 2008 en Mar del Plata, con el hecho histórico de que cambió a una carpeta sintética y bajo techo, aunque no fue en su aliada cancha lenta. Del Potro y Nalbandian se mueven mejor en superficies rápidas, aunque en este caso el segundo singlista es Juan Mónaco, especialista en arcilla, quien atraviesa su mejor momento. Sin dudas, la localía y el piso ayudan a los locales, pero para nada son determinantes, por el nivel y la experiencia de los europeos.

El equipo anfitrión viene de lograr el récord de acceder ocho veces al menos a las semifinales en estos 11 años en la Davis, desde su regreso a la elite mundial. Igual, el sueño pasa por poder conquistar el principal torneo por naciones -nunca lo obtuvo un conjunto de América Latina-, aún más por el hecho de tener la triste marca de ser el país que no salió campeón y perdió más finales, ya que cayó en 1981, 2006, 2008 y 2011.

El historial entre Argentina y República Checa, bajo esa bandera, es 1-1, con el 5-0 de los sudamericanos en 2005, en Buenos Aires y en polvo de ladrillo, y el triunfo de los europeos por 3-2 en 2009, en Ostrava, sobre sintético e indoor. Si se tienen en cuenta los duelos con la antigua Checoslovaquia, el marcador está 3-1 a favor de los ahora visitantes. A diferencia de Argentina, su rival sí ganó la mítica Davis, en 1980 con aquella denominación. Los checos, en tanto, fueron finalistas en 2009.

Así las cosas, se viene un duelo muy exigente para ambos. Según el orden que determinó el bolillero, Del Potro abre por primera vez una serie. El Nº 8 del mundo, ex 4º y campeón del US Open 2009, juega el punto inicial frente al segundo checo, Radek Stepanek (40º, quien fue top-ten de la ATP), un adversario con talento, mucha mano y oficio, pero al que no le sientan bien las canchas lentas. Es una apertura clave para que el local gane, ya que de lo contrario se complicará muchísimo la eliminatoria.

Del Potro está 1-3 contra Stepanek, en partidos en cemento. "Siempre me complica", dijo quien jugó algunos torneos en dobles con el checo de compañero. Se conocen muy bien y eso es una ventaja para ambos y, a la vez, una contra. La Torre de Tandil espera sentirse bien de la tendinitis que padece en la muñeca izquierda, tras no haberle hecho caso al médico, que le pidió reposo para cuidarse. Si Jaroslav Navratil, el capitán visitante, decide cuidar a Stepanek va a incluir a Lukas Rosol (88º), el verdugo este año del español Rafael Nadal en Wimbledon. Jamás se midió con el líder anfitrión.

Por la instancia en juego y el peso que él tiene en el equipo, Del Potro decidió no bajarse y tratar de aportar más alegrías ante su gente. Sabe que Stepanek, ofensivo y completo, dispone de variantes que lo pueden poner en problemas, pero quiere ser agresivo y dominarlo con su potentísima derecha. A continuación, Mónaco, el 11º y reciente top-10, tiene una parada muy brava contra Berdych (6º), que viene de ser semifinalista en el US Open, donde sorprendió al ganarle al rey, el suizo Roger Federer, y caer ante el escocés Andy Murray (3º), el campeón del Grand Slam en Nueva York.

Mónaco cae 0-5 en los enfrentamientos con Berdych, con marca de 0-2 en arcilla y 0-1 en la Davis (en 2009). Es más: en los tres últimos, el tandilense no ganó un solo set. "Me motiva muchísimo, es un gran desafío", afirmó. Si la lógica, tan conocida en el tenis pero que no suele darse tanto en la Davis, dice presente, la jornada inaugural debiera finalizar 1-1. Varios locales se ilusionan con Mónaco, pero debe estar sólido y muy bien mentalmente ante un rival que pega duro e impone el ritmo con presencia.

En los papeles, en el doble tienen ventaja los checos, ya que en general la dupla la integran Berdych y Stepanek, pese a no ser designados siempre en el sorteo previo. Este caso parece ser un fiel reflejo, ya que Navratil nombró a Lukas Rosol e Ivo Minar (187º). Ellos serían descartados para el sábado y se presume que las figuras se medirán contra Eduardo Schwank (144º) y Carlos Berlocq (45º).

Por su parte, Martín Jaite, el conductor local, seguramente incluirá a ambos elegidos, porque Schwank ya iba a seguir acompañando a Nalbandian. En ese tercer punto, muchas veces crucial en este certamen, Argentina extrañará demasiado a Nalbandian, por antecedentes, manejo de la situación y de guía para Schwank, invictos como dupla copera y que también ganaron en la caída en la final del año último, en España.

La pareja Berdych-Stepanek tiene marca de 10-1 en la Copa Davis, con triunfos sobre muy buenas duplas, contando cinco victorias sin ceder un set y cuatro en arcilla. En general, aún cuando el capitán llevó otras veces a un especialista en esa prueba, terminó optando por sus mejores hombres, verdugos en la eliminatoria anterior entre ambos equipos, en 2009, ante otros argentinos. En cambio, Schwank y Berlocq jugaron a veces juntos pero les puede pesar la presión.

Por eso, no sorprendería que la serie quedara con ventaja de 2-1 para República Checa. El domingo, el cuarto choque, por reglamento, lo disputan los líderes. Del Potro, con récord de 11-4 en singles coperos, debe enfrentar a Berdych, que está 33-12 en total, con marca de 19-11 en individuales y 14-1 en dobles. El argentino supera 4-2 al checo, estando 2-1 en arcilla y 1-0 en la Davis (en 2009). Ese se presume como el gran cruce de la serie, por el nivel y la jerarquía de ambos.

En el caso de un hipotético 2-2, se definirá el boleto para la gran final en el siempre dramático quinto punto. Allí, Mónaco (7-7 en singles en este torneo, 7-2 en polvo de ladrillo) deberá jugarse todo contra Stepanek (23-11 en la Copa, con foja de 11-9 en singles y 12-2 en dobles). El local cae 2-4 ante el europeo, tiene ventaja de 1-0 en canchas lentas y está 0-1 en la Davis, ya que fue el decisivo cruce de los cuartos de 2009, en Ostrava, que ganó Stepanek en tres sets corridos.

Si Argentina avanza, recibirá en la final a España o a Estados Unidos en noviembre, en superficie a definir, según el rival. En Gijón, David Ferrer (5º) abre contra Sam Querrey (26º) y después Nicolás Almagro (12º) juega con John Isner (10º), la carta de los norteamericanos, figura en especial porque venció a Federer en Suiza. Los gemelos Bob y Mike Bryan (récord de 19-2 formando dupla copera) llevan las de ganar ante los dueños de casa Marcel Granollers y Marc López. En arcilla, los europeos son favoritos, pero deben cuidarse y rendir a pleno. Cierran esa semi Ferrer-Isner y Almagro-Querrey. Por eso, en ambas series hay emoción garantizada.

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