|
LOS ÁNGELES -- No hizo falta ningún efecto Instagram para que el partido del miércoles por la noche entre los Dallas Mavericks y Los Angeles Clippers tuviera un aspecto retro. Cinco participantes del juego en el Staples Center ya estaban en la NBA cuando el edificio abrió sus puertas para la temporada de 1999-2000: Derek Fisher, Elton Brand, Vince Carter, Shawn Marion y Lamar Odom. Y, lo creas o no, esto también fue un vistazo al futuro de la liga. ¿Sabes lo que hace que Carter, Brand, Fisher, y Chris Kaman sean tan atractivos para los Mavericks? No tendrán que pagarle a ninguno de ellos el año que viene. Brand, Kaman y Fisher tienen contratos anuales, y los Mavericks ejercen una opción del equipo sobre Carter. Lo que importa es mantener la flexibilidad para el siguiente paso, reconociendo el paisaje cambiante de la NBA bajo el nuevo convenio colectivo, con contratos más cortos y menos costosos. Sólo pude pensar que ésta era la manifestación de una conversación que tuve con el propietario de los Mavericks, Mark Cuban, durante la noche de apertura. "Hay que hacer un reinicio, porque [ahora mismo] tienes una combinación de contratos viejos y contratos nuevos", dijo Cuban esa noche, antes de que los Mavericks vencieran a los Lakers. "Cuando nos acostumbremos a que los equipos estén llenos de contratos nuevos, no va a ser tan... draconiano. Ya viste lo que hicimos nosotros, y OKC [está] atravesando el mismo proceso". Eso quiere decir adiós a la continuidad. Todos sabemos que Oklahoma City rompió su trío de Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden, ¿pero se dieron cuenta de que el miércoles los Mavericks usaron más ex Clippers (Brand y Kaman) en el partido que a miembros de su equipo campeón del 2011 (Marion)? Tal vez parezca duro relegar a los jugadores como activos en lugar de personas. Lo que pasa con los veteranos es que realmente entienden este aspecto de la profesión. No trabajan bajo falsas ilusiones y no se inmutan por los prospectos, aunque signifiquen que ellos podrían ser los próximos. "Uno ve el lado del negocio", dijo Brand. "Ves a Eddy Curry entrar, y luego salir. Ves a Troy Murphy entrar, y luego salir. Fichamos a Derek Fisher desde el sofá. Uno ve el lado del negocio. Al mismo tiempo, cuando estás en ese punto de tu carrera, no te preocupas por las estadísticas, te preocupas por las victorias. Porque cuando ganas, es un veterano en un equipo ganador. Eso es más importante que sumar puntos en un equipo malo". Podrá sonar contradictorio, pero los Mavericks envejecieron su plantel para poder iniciar un movimiento juvenil. Los jugadores en la mitad de sus carreras generalmente no están tan dispuestos a aceptar los contratos anuales que les permiten a los Mavericks iniciar la reconstrucción. "Los equipos tratarán de sumar jóvenes antes y extender a sus hombres antes, porque los están fichando con una base más baja", dijo Cuban. "Eso te permitirá mantener al equipo unido si construyes a través del draft. Si construyes a través de canjes u agentes libres más viejos, va a ser mucho más difícil porque son muchos más dólares". Todo proceso de reconstrucción implica dolor. Es casi un hecho que los equipos deben decaer antes de que puedan mejorar. Eliminar contratos, ser lo suficientemente malos como para obtener un alto pick de lotería -- todo eso es la parte incómoda del proceso. Cuban supo que ese era el caso cuando dejó ir a piezas de campeonato como Tyson Chandler, J.J. Barea y Jason Terry. Lo único que quería era, en sus palabras, permanecer "decente". Los Clippers ya han atravesado este sufrimiento. Décadas de sufrimiento. La recompensa es que ahora tienen las piezas en su lugar; Blake Griffin, DeAndre Jordan y Eric Bledsoe son tres de los jugadores jóvenes más atléticos del deporte, más un jugador de franquicia en Chris Paul. Todo lo que los Mavericks pudieron hacer fue quedarse mirando mientras los Clippers volaban frente a ellos, ya que la brecha en el atletismo fue casi tan amplia como la victoria de los Clippers por 112-90. Hubo globos, incluyendo un giro en el aire de Bledsoe en un alley-oop, y cargas de iniciativa propia, como el slam de Caron Butler por la línea de base sobre Kaman y la excursión de Jordan desde mitad de cancha hacia el aro con un solo dribble. Odom incluso aportó 11 rebotes contra el equipo con el que pasó parte de una temporada en la que no hubo más que frustración para ambas partes. "Estoy mejorando y trabajando duro para hacer lo que debo hacer para ayudar a este equipo", dijo Odom. En un momento del partido, Odom y Brand, compañeros en los Clippers durante dos años hace una década, estuvieron lado a lado. Brand preguntó: "Todavía te encanta, ¿verdad?" Odom respondió: "Todavía estoy aquí". Ese fue el elemento oculto de este juego. Por más fríamente calculado que parezca este roster de los Mavericks, tiene mucha pasión por el básquetbol. Brand podría haber ganado $16 millones de los Philadelphia 76ers sin salir de su casa gracias a la cláusula de amnistía. Pero no quería dejar el básquetbol. Sí, recibirá $2 millones extra de los Mavericks, pero a esta altura, después de haber ganado $143 millones en su carrera, un par más de millones son como una propina para el servicio. "Es una bendición y un honor estar en la NBA", dijo Brand. "De niño uno sueña con esto. Ahora tienes 33 años. Sólo quieres dar lo máximo posible. El deporte lo merece". Fisher podría estar sentado puliendo sus cinco anillos de campeonato. En cambio, en lo que hasta fue una sorpresa para él, abrió el partido del miércoles. "Me encanta el trabajo, el tiempo, la auto-disciplina que se requiere para dar lo mejor", dijo Fisher. "Esas son las cosas que todavía amo". También hubo frustración y un poco desánimo en los vestidores, otra noche perdida en la lucha continua sin el estelar Dirk Nowitzki. Los Clippers estaban entusiasmados, pero hicieron suficientes cosas mal como para que el entrenador Vinny Del Negro citara la necesidad de "reforzar". Los entrenadores dirigen, los jugadores juegan, las gerencias atienden las finanzas. Esos elementos siempre están en juego. Y el miércoles por la noche quedó un poco más claro.
|
