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La noche fue de Lin

NUEVA YORK -- Al final, los fans de los New York Knicks trataron a Jeremy Lin de la misma manera que su equipo. Aclamaciones universales al principio, abucheos cuando trataba de hacer una jugada.

La relación entre Lin, sus ex compañeros de los Knicks, la gerencia de N.Y. y los fans de los Knicks no podría ser más compleja. Y New York es una ciudad acostumbrada a las complejidades con sus estrellas.

"Fue el mejor momento de mi vida", dijo Lin, recordando la temporada pasada poco antes de entrar en el Madison Square Garden por primera vez desde la primavera anterior. "Ya se ha hablado bastante de esto. Es bueno para mí estar de vuelta y no volveré hasta dentro de un año después de esta noche".

En otras palabras: Gracias por los recuerdos, pero terminemos con esto de una vez por todas.

Luego Lin salió a la cancha y tuvo su segundo mejor partido de la temporada con 22 puntos y ocho asistencias en la victoria de los Houston Rockets por 109-89, que significó la primera derrota local de los Knicks. Hay que reconocerle esto a Lin: El hombre tiene facilidad para entregar actuaciones inesperadas.

El domingo por la tarde en Toronto -- el lugar donde metió uno de los mejores lanzamientos de la NBA la temporada pasada cuando acertó un tiro ganador en la cumbre de su magnífica seguidilla en plena temporada -- Lin encontró la fuente del problema. Después de la clase de juego mediocre que básicamente ha definido sus primeros dos meses con los Rockets, con siete puntos anotados, Lin apuntó contra sí mismo.

"No estoy haciendo ni cerca de lo que soy capaz de hacer", comentó Lin, quien sumó un total de 22 puntos en sus tres partidos anteriores. "Voy a ser mi crítico más duro, así que lo diré: [Mi desempeño] es terrible. Si pudiera encenderlo con un interruptor, así de fácil, obviamente lo haría".

Pero Lin lo hizo el lunes. Momentos después de una ovación de pie -- bueno, la gente ya estaba parada para el himno nacional, pero el hecho es que estaba de pie y lo festejaron cuando fue presentado -- Lin convirtió el primer tiro de los Rockets en una jugada que pareció planeada para que tuviera un buen inicio. Sus compañeros claramente tenían la esperanza de ponerlo en marcha, y funcionó -- Lin terminó con cinco bandejas en la primera mitad mientras continuaban los recientes problemas defensivos de los Knicks.

Fue apenas la tercera vez en la temporada que Lin alcanzó los 20 puntos. Produjo la clase de ataques ultra agresivos con los que Lin solía captar tanta atención la temporada pasada. Esto tomó a los Knicks por sorpresa, ya que no lo atacaron en los pick-and-rolls, y dejaron que él y su compañero James Harden (28 puntos) controlaran el juego.

Muy pronto, los fans empezaron a gruñir cada vez que Lin tocaba el balón.

"[El abucheo] estuvo bien, me divertí", dijo Lin tras el rápido cambio en el tono del recibimiento. "En realidad fue mucho mejor de lo que pensaba".

Fue por estos talentos de Lin que los Rockets aprovecharon las lagunas del nuevo convenio colectivo para incorporarlo el verano pasado. En caso de que te hayas olvidado, después de que entrenador de los Knicks, Mike Woodson, dijera públicamente que el equipo igualaría la oferta de cuatro años y $28 millones que Houston había preparado, el trato cambió. En cambio, los Rockets hicieron una oferta por tres años y $25 millones con un salario inflado de poco menos de $15 millones en el tercer año.

"Jeremy decidió aceptar el acuerdo de Houston y está en todo su derecho", dijo Woodson el lunes. "Hizo lo que tenía que hacer y tomó la decisión".

Eso no es enteramente correcto. Fueron los Knicks quienes lo dejaron salir tras no igualar la oferta. Sin embargo, por el tono de las declaraciones de Woodson, es bastante evidente que los Knicks consideran que Lin eligió irse, a pesar de que New York nunca le extendió una oferta formal antes de que firmara con Houston. Al igual que los fans, hubo algunos abucheos cuando llegaron los papeles.

Mientras tanto, los Knicks ya habían llegado a un acuerdo de palabra con dos bases veteranos -- Jason Kidd y Pablo Prigioni -- y estaban negociando con un tercero, el agente libre Raymond Felton, incluso antes de que Lin cerrara su acuerdo.

Los detalles de todo esto podrían ser triviales a largo plazo. Pero cuando Carmelo Anthony describió el contrato de Lin como "ridículo" en una rara violación de la etiqueta de dinero entre jugadores y Tyson Chandler dijo que en lo que respecta a "la capacidad de dirigir la ofensiva y poner a los jugadores en la posición correcta, él simplemente no estuvo ahí", la mentalidad del campamento de los Knicks quedó bastante clara.

Chandler dejó a Lin tendido de espaldas con una falta flagrante durante el partido, y luego lo abrazó. Se guardó sus pensamientos durante la ovación de los fans.

Esta comparación hará rodar algunos ojos, pero la manera en que los Knicks manejaron a Lin no fue diferente a cómo los Denver Broncos trataron a Tim Tebow. Fueron dos jugadores muy populares que impulsaron giros inesperados y terriblemente populares durante una campaña. Sin embargo, sus equipos no estaban convencidos de la sustentabilidad de sus juegos y creían que podrían encontrar algo mejor.

Hasta ahora, ambos han estado en lo cierto.

Los Knicks perdieron el lunes sin Anthony por lesiones de rodilla y tobillo tras una caída la semana pasada. Con una marca de 18-6, Anthony y tal vez Amar'e Stoudemire de vuelta esta semana, no van a desanimarse. Ya han dejado atrás sus dos partidos ante Lin -- dos derrotas por un total combinado de 41 puntos, por cierto -- y parecen estar contentos de seguir adelante.

En cuanto a Lin, tiene su contrato, tiene un equipo para conducir y, al menos por una noche, dejó de disparar en contra de su rendimiento. Y ha sumado al menos un gran partido más en el MSG, una razón más para que los Knicks intenten olvidarlo.

"Hay momentos en los que debes darte un respiro", dijo el entrenador de los Rockets, Kevin McHale. "Él es duro consigo mismo. Con un gran juego aquí, estoy seguro de que se siente muy bien ahora mismo".