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Riquelme y todo lo que esconde

BUENOS AIRES -- El año terminó con todo y la gran figura fue Juan Román Riquelme. ¡Cómo no! Es el jugador más completo de las últimas décadas.

Pero Riquelme no es grande solamente dentro de la cancha. Sino también sea un deportista muy interesante fuera de ella. El ídolo de Boca es el único que mezcla el adentro y el afuera magistralmente.

Los bobos van a pensar que el fútbol se juega solamente dentro de la cancha, grueso error, se juega afuera, antes y después de cada partido.

Todavía no sabemos si Riquelme volverá a Boca para jugar la Copa Libertadores que comienza dentro de un par de meses. Mientras esto ocurre, pensemos en un Riquelme jugador de fútbol, completo y con varias facetas poco analizadas.

Para que muchos comprendan la importancia de Riquelme como jugador, tenemos que relacionar teatro con fútbol. ¡Sí! Muchos dirán, pero qué tiene que ver Shakespeare con Boca; Bernarda Alba de Lorca, con la habilidad de Riquelme. ¡Mucho, señores!

Descubramos a un Riquelme genial que juega tanto adentro como afuera de la cancha.

El fútbol vive dos tiempos dramáticos y el juego adquiere mayor grandeza cuando ofrece una teatralidad auténtica. Un partido de fútbol es una formidable obra de teatro, pocos en su género, pueden obtener semejante grado de dramatismo. Sin ir más lejos, recordemos la final en San Pablo de la última Copa Libertadores. Boca perdió, Corinthians ganó, pero todo el marco histórico fue de un dramatismo único.

Si un partido de fútbol puede ser una obra teatral, los jugadores son los grandes actores. Y de ellos, Riquelme es el mejor de todos. Bajo esta óptica podría decirse que Riquelme es mucho mas interesante como jugador-personaje que Messi.

El jugador "que representa" a la sociedad es el admirado por la imaginación popular. Riquelme representa mejor que nadie la nítida condición humanda. Una fuerte identificación con Riquelme sienten todos los hinchas de Boca. ¿Por qué?

Riquelme, con sus ataques de bondad, con la generosidad hacia sus compañeros, con su discurso donde defiende a sus amigos y ataca a los que no tienen código, da cátedra de una ética y una moral popular, por siempre es trágica.

Tan fuerte es la personalidad de Riquelme que, en la misma final de la Copa, él decidió hacer el telón de cierre, mientras todos los jugadores del Corinthians festejaban, Riquelme se llevaba el plato fuerte de la noche, declaraba que no jugaba más en Boca.

El ídolo de Boca siempre fue de frente y esto tiene una tragedia obligada. Desde el aspecto deportivo, siempre fue un ejemplo social y humano. Entregó todo.

Cada conferencia de Riquelme es una explosión retórica del sentido figurado. Siempre deja algo en el tintero, pero aclara todo con maestría, esos juegos lingüísticos también son propios del teatro.

Sin saberlo, Riquelme es sin duda, el gran protagonista de esta obra teatral mundial, llamada fútbol profesional.

Boca Juniors, un club trágico por naturaleza. Pierde en Riquelme, no sólo a un crack dentro de la cancha, sino a un hombre que tiene mucho para decir afuera de ella.

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