BUENOS AIRES -- Un nuevo capítulo de esta novela. Y éste, sin dudas, cierra una etapa. Juan Martín del Potro anunció en conferencia de prensa que no jugará la Copa Davis en todo el año. Ya había sido desafectado por Martín Jaite, capitán argentino, para la primera ronda ante Alemania, del 1° al 3 de febrero. Idas y vueltas. Se pasan la pelota una y otra vez -por encima de la red-, como en un partido. Cualquier semejanza, ¿casualidad o causalidad?
El desgaste de este mes entre el capitán del equipo argentino Martín Jaite, el jugador y su entrenador Franco Davín, sin dudas, fue determinante para esta decisión. El teléfono descompuesto de las últimas semanas, en las que Jaite esperaba un llamado de Del Potro para confirmar -o no- su disponibilidad para la serie ante Alemania, dejó una herida que difícilmente cicatrizará. Ya desafectado de la primera ronda por el capitán, ahora el tandilense redobló la apuesta y se bajó de toda la temporada.
"Sueño con ganar más Grand Slam y ser el uno del mundo. No puedo dejar contentos a todos, hoy tengo otros objetivos. Yo lo respeto a Martín (Jaite) y le deseo lo mejor a él y al equipo", expresó Del Potro al dar a conocer los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión, la cual antes de darla a conocer públicamente se la comunicó al capitán. "No fue sencillo, pero tengo objetivos importantes en el circuito", señaló quien luego hizo referencia a la dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis: "Hay algo raro... salen a decir que tenía pedidos especiales y después de la serie los dirigentes lo desmienten, ya era tarde".
Todo esto, no obstante, comenzó a reflotarse desde septiembre en las semifinales ante República Checa, en la que Del Potro no jugó el domingo, en el cuarto punto de la serie, acusando una lesión en la muñeca izquierda que lo mantuvo fuera de las canchas por varias semanas. ¿Por qué reflotarse y no gestarse? Porque la historia viene de mucho antes. La relación entre Jaite y Davín no es de las mejores desde hace varios años. A su vez, Del Potro mantiene asperezas con el capitán argentino desde 2008, cuando éste era coach de Nalbandian y tomara una clara postura en la disputa entre el cordobés y el tandilense en la previa de la final de la Copa Davis ante España, en Mar del Plata.
Al ser consultado acerca de los silbidos que sufrió en aquella semifinal aseguró: "Me molestaron, me dolieron, pero sigo sintiendo el cariño de la gente en la calle".
Peleas, discusiones, egos... todo esta historia tiene un claro perdedor. Y es el equipo argentino, que tendrá que recibir del 1° al 3 de febrero a un duro conjunto alemán, que llegará al país con dos top 30 -y la baja de Tommy Haas-, con la incógnita de cómo responderá Nalbandian después de cinco meses sin competencia. Esta serie, sin dudas, comenzó a jugarse desde hace tiempo. Los germanos, vale decir, también atravesaron momentos críticos en estas semanas. Habrá que ver quién llega más entero, con mayor confianza, y quién se terminará quedando con una sonrisa tras los tres días de competencia.