EFE 11y

Hungría y Bulgaria, a puerta cerrada

MADRID -- La FIFA anunció este martes que su Comité de Apelación ha rechazado los recursos de las federaciones de Hungría y Bulgaria y que mantiene la sanción que obligará a ambas a jugar a puerta cerrada sus próximos partidos de la fase de clasificación para el Mundial de Brasil 2014.

Ambas selecciones fueron castigadas por la Comisión Disciplinaria de la FIFA el pasado 20 de noviembre por comportamiento antisemita y racista de parte de sus aficionados, e impuso una multa de 40.000 francos suizos (33.000?) a Hungría y de 35.000 (unos 29.000?) a Rumanía.

El 22 de marzo próximo Hungría se enfrentará a Rumanía y Bulgaria se medirá a Malta, ambos partidos clasificatorios para el campeonato del mundo de Brasil 2014

La FIFA explicó en un comunicado que ha advertido a las dos federaciones y en caso de acciones reincidentes de carácter racista y discriminatorio la comisión de disciplinaria impondrá "sanciones más severas, que podrían llegar a la pérdida del partido, a la resta de puntos o a la descalificación de las selecciones en la competición".

Las sanciones para Hungría y Bulgaria son consecuencia de los incidentes ocurridos el año pasado. El árbitro del Bulgaria-Dinamarca, de clasificación para el Mundial 2014 disputado el 12 de octubre de 2012, comunicó que en el minuto 7 se arrojaron bengalas al campo y que el jugador danés Patrick Mtiliga fue blanco de insultos racistas por parte de un grupo de aficionados búlgaros cada vez tocaba el balón tras entrar en el terreno en el minuto 54.

En el minuto 73, el comisario del partido habló con el cuarto árbitro y se advirtió a los aficionados locales a través de los altavoces. A pesar de que el público se calmó, las ofensas racistas se siguieron escuchando hasta el final del encuentro.

La FIFA resolvió que las acciones ofensivas, denigratorias y discriminatorias de un reducido grupo de hinchas búlgaros eran vergonzosas y suponían una clara violación del Código Disciplinario de la FIFA. Además, los artefactos incendiarios que se arrojaron al campo amenazaron seriamente la seguridad de los espectadores y no pueden tolerarse.

Después del amistoso entre Hungría e Israel, disputado el 15 de agosto de 2013 en Budapest, la FARE (Fútbol contra el racismo en Europa), la Congregación religiosa israelita de Viena y el Centro Simon Wiesenthal comunicaron a la FIFA que un grupo de seguidores había entonado cánticos antisemitas y exhibido símbolos ofensivos.

Al término de una investigación, los miembros de la Comisión Disciplinaria de la FIFA acordaron por unanimidad condenar el episodio de racismo, antisemitismo y de naturaleza provocativa y agresiva que cometieron los hinchas de la selección nacional húngara.

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