BUENOS AIRES -- En el Mundial de los "oriundi", quien se destacó en la selección campeona fue un italiano de pura cepa. Giuseppe Meazza llevó a la Azzurra al bicampeonato y al primero de un conjunto jugando fuera de casa.
Su entrenador en la nazionalle, Vittorio Pozzo, sugirió que su presencia era similar al hecho de empezar "todos los partidos arriba 1-0", mientras que el arquero Aldo Olivieri dijo que era "como tener un equipo de doce hombres".
El futbolista de Inter de Milán no titubeó en ninguna de sus actuaciones en el Mundial 1938, llevando la conducción y el liderazgo ofensivo de los suyos.
Meazza estuvo a la sombra goleadora de Leónidas da Silva (anotó 8 goles) aunque en el duelo mano a mano entre italianos y brasileños, el exquisito inside izquierdo resultó ganador.
En dicho encuentro, Italia tuvo un penal a favor cuando el marcador aún estaba cerrado. Entonces, Meazza tomó carrera y cuando le faltaban dos pasos para llegar a la pelota se le cayó el pantalón. El ejecutor, sin ponerse nervioso ni mucho menos, se lo levantó rápidamente con la mano derecha y sin darle tiempo a Walter, el arquero brasileño, convirtió el tiro desde los doce pasos.
Giuseppe Meazza venía de ganar la Copa de 1934 en casa y cuatro años más tarde volvió a brillar en Francia. Ya capitán y con más experiencia, Peppino se convirtió en uno de los futbolistas más importantes de la historia.