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MIAMI -- A duras penas serían 500 las personas que llegaron hasta Bayfront Park, en el downtown de Miami, para ver a Floyd Mayweather Junior y al mexicano Saúl "El Canelo" Alvarez. Los boxeadores, que el 14 de septiembre se enfrentarán en Las Vegas en la mayor pelea del año, llegaron a la Capital del Sol, sexto punto de su gira promocional por 11 ciudades de Estados Unidos y México. Tal vez haya sido el sol abrasador y la pegajosa humedad del ambiente la que alejó a los miamenses del evento, que en otras urbes anteriores ha atraído a miles de fanáticos. Incluso, al decir del propio Canelo, en Ciudad México, donde estarán el domingo, esperan la asistencia de 30 mil personas.
Aquí los pocos que desafiaron las altas temperaturas por horas antes de que llegaran las estrellas de la jornada se quedaron también con ganas de ver show. Pero más que rivales, Mayweather y Alvarez parecían los mejores amigos, con elogios mutuos ante el micrófono. Sólo en la tradicional pose para la foto en que ambos se colocaron cara a cara se sintió alguna tensión entre dos púgiles que evidentemente, se respetan. Por un momento, parecía Rocky IV, con un Mayweather relajado, sonriente y gesticulando payasescamente, como hiciera Apollo Creed en la presentación de aquel fatal combate ante el soviético Iván Drago. Canelo era Drago. Con la vista fija al frente, sin mover un músculo de la cara, escuchando, calculando. Al final, los fieles fanáticos tuvieron su merecido premio, pues tanto uno como el otro se acercaron al público, saludaron, firmaron autógrafos y se dejaron retratar. Para el joven mexicano de 22 años, la cifra de presentes no fue decepcionante. "No, para nada. Es de entenderse, con este calor", dijo secándose el copioso sudor que le bañaba el rostro, como si hubiera salido de una sesión de entrenamiento. "Pero para nosotros es un placer tenerlos, sean miles o sea uno. Gracias a quienes vinieron a apoyarme a mí o a Floyd", concluyó el pelirrojo, quien pronosticó que el 14 de septiembre comienza la era del Canelo.
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