<
>

La explosión

Nico logró su segunda victoria en Silverstone Getty Images

BUENOS AIRES -- Media docena de vueltas, de pelea rueda a rueda, lucha por la victoria y definición de lugares en el podio, no alcanza para enmendar una carrera caótica, cercenada por las fallas de los neumáticos que marcaron el pulso del Gran Premio de Gran Bretaña, en el emblemático circuito de Silverstone.

La victoria de Nico Rosberg, segunda del año para el alemán y Mercedes, y justo después del proceso en el que se juzgó la participación de la marca en una prueba de neumáticos organizada por Pirelli luego de la carrera en España, quedará en el anecdotario de una competencia destinada a ser recordada por otros avatares.

Aquello que debió haber sido una alarma fue dejado de lado como un hecho aislado hasta que comenzó la octava fecha. El incidente con el McLaren de Sergio Pérez en la práctica previa a la clasificación, en la que el mexicano sufrió la rotura del neumático trasero izquierdo, no fue tomado como lo que resultó: el aviso de un patrón que se repitió en carrera. Lewis Hamilton, Felipe Massa, Jean-Eric Vergne y otra vez el tapatío Pérez lo padecieron en el recorrido por la ex base aérea británica.

Cuando es más fácil apuntarle al proveedor que analizar el proceso completo, es justo recordar que la Federación Internacional del Automóvil decidió inicialmente que una única compañía proveyera a todos los equipos para evitar una competencia que disparara los costos. Luego del retiro de Michelin a fines de 2006, Bridgestone fue el único neumático en los siguientes cuatro años y Pirelli tomó la posta en 2011.

Al constructor italiano se le pidió que fabricara gomas que ayudaran a mejorar el espectáculo, con compuestos de dispar rendimiento y desgaste para que pilotos y equipos tuvieran más desafíos. A la vez, aumentaron las restricciones para realizar pruebas en pista, el mejor lugar para entender el comportamiento de lo que se piensa delante de una computadora y se produce en la fábrica.

El caucho ha marcado el desarrollo de las competencias en los últimos años: los equipos y pilotos que mejor se acomodaron a las características de las gomas a disposición terminaron marcando la diferencia. El australiano Mark Webber, quien acaba de anunciar que dejará el Campeonato Mundial a fin de año -y una codiciada vacante en el campeón Red Bull- para correr con Porsche en competencias sport de larga duración, aseguró que en las últimas tres temporadas nadie escuchó la opinión de los pilotos sobre los neumáticos.

La falla en Silverstone fue recurrente: la goma trasera izquierda sufrió cortes hasta que se reventó deshaciéndose en pocos metros. Pirelli recomienda a los equipos las presiones de inflado y combas a usar en la puesta a punto, pero las escuderías tienen libertad para trabajar con los valores que creen más convenientes. Hamilton duró menos de ocho vueltas: lideraba con cierta comodidad desde la pole position cuando su rueda colapsó.

A Massa, quien había brillado al saltar del 11º cajón de la grilla al quinto puesto de la fila en la vuelta inicial, le ocurrió lo mismo dos giros después. Vergne lo sufrió en la 15ª ronda, lo que determinó la primera entrada del auto de seguridad y Pérez lo padeció en la 46ª, no bien se reanudó la carrera luego de la neutralización por el abandono de Sebastian Vettel. Este último reventón ocurrió cuando Fernando Alonso estaba justo detrás de Checo, atacándolo a la salida de Chapel, lo que dejó muestra del dramatismo extra de semejantes roturas: los trozos de caucho y alambre que salen como proyectiles y golpean a quien viaja detrás.

Mientras los técnicos de Pirelli analizaban en boxes las hilachas de las gomas rotas, algunos ingenieros les pedían a sus pilotos que evitaran pisar los pianos de las curvas 4 y 5 con las gomas demasiado calientes. Rosberg, que había perdido un lugar en el arranque al ser superado por Vettel, encontró una victoria servida por lo acaecido con Hamilton y la rotura del Red Bull del campeón. Vettel era cómodo líder cuando la caja dejó de responder y cortó una racha de 14 carreras consecutivas anotando puntos.

A la recuperación final de Webber, quien luego de otra pobre largada se había tocado con Romain Grosjean en la primera curva y cayó al 14º lugar con rotura de trompa incluida, le faltó un par de vueltas para superar a Rosberg. Alonso colectó un podio inesperado que no tapa la preocupante falta de ritmo de Ferrari. El asturiano podría haberse ido a 49 puntos de Vettel en el Mundial pero dejó Silverstone a 21 del tricampeón. Hamilton salvó algunos puntos y limitó el daño causado por la rotura del caucho que lo dejó entre los últimos. La estrategia de dos detenciones -combinada con las neutralizaciones- no resultó para Kimi Räikkönen, quien en las vueltas finales se quedó sin ritmo para sostener su lugar en el podio, aunque logró el record de carreras consecutivas sumando puntos: el finlandés, acaso el sucesor de Webber en Red Bull, lleva 25 Grandes Premios seguidos entre los diez que anotan.

Algo similar le ocurrió al alemán Adrian Sutil, a quien el plan de dos paradas no le resultó por la intervención del auto de seguridad: cayó de segundo a séptimo en las vueltas finales. Sin embargo, nadie perdió tanto en Silverstone como la propia Fórmula Uno.