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Muchos números, pocos juegos

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Hace apenas 5 semanas, nadie imaginaba lo que la votación para el Juego de Estrellas traería en cuanto a controversia y en qué sentido. Cada vez que se dan a conocer los resultados de los jugadores titulares elegidos por el público y de los suplentes que escogieron managers y jugadores, evidentemente surgen comentarios inmediatos en torno a quién falta y quién sobra en cada roster.

Pero en ésta ocasión, todo el punto de discusión se ha centrado en un solo tema: el tratar de definir si es "justo" que Yasiel Puig vaya al clásico de media temporada, aún cuando, de asistir, tendría en ese momento 39 juegos como máximo en su primera campaña en las Grandes Ligas.

La polémica ha llegado a tal punto, que como parte del "Voto Final" para determinar al último participante de la Liga Nacional, el cubano ha destado controversia total, con miembros de los Bravos de Atlanta que, apoyando a su compañero Freddie Freeman, han llegado a señalar que la atención mediática de las plataformas en sitios de internet y redes sociales de las Grandes Ligas, está con Puig, y que quieren llevarlo a como dé lugar al Juego de Estrellas.

Todo ésto le ha puesto un ingrediente extra a la semana previa al juego estelar en New York, pero más allá del impacto mediático de la situación, el análisis frío y personal, nos debe dar la clave para determinar si Puig merece o no asistir a las festividades.

Si hablamos de numeros, evidentemente los tiene. Batea .409, con 8 dobletes, 8 cuadrangulares, 19 carreras producidas, 5 robos, slugging de .667 y OPS de 1.102, cifras que hablan por si solas de alguien que merece asistir al Juego de Estrellas, pero la estadística de 33 juegos para compilar dichos numeros, parece un dato lapidario a las aspiraciones del cubano, aunque en ningún lugar ha quedado estipulado el número de encuentros necesarios para poder ser considerado.

El punto clave aquí es que, más allá de las estadísticas, el fenómeno que ha provocado el cubano a su llegada a la Gran Carpa, es lo que lo hace merecedor de participar en el clásico estelar. Cuando Puig subió el equipo grande, el 3 de junio, los Dodgers, se encontraban en el sótano de la división, a 8.5 juegos de distancia del primer lugar, con 9 derrotas más que victorias y, más que nada, jugando como un grupo desangelado y sin motivación.

En un mes y seis días, los Dodgers se han colocado en el segundo sitio del Oeste de la Nacional, a 3.5 del primer lugar y dos juegos por debajo de .500, pero la actitud de los jugadores es completamente diferente. Los Dodgers son más agresivos, pelean por cada base, por cada pelota en juego, y esa electricidad se ha transmitido del campo de juego a las tribunas, en donde la asistencia ha aumentado en Chavez Ravine gracias a la llegada del "Misil Cubano".

Evidentemente el regreso de Hanley Ramírez (.419-7-21), también ha sido fundamental para el despertar de los Dodgers, pues en la misma cantidad de encuentros, tiene ligera ventaja en estadísticas sobre Puig y nadie puede quitarle méritos al dominicano, que ha hecho una gran mancuerna con Yasiel no solo en el terreno de juego.

El cambio de química, el haber despertado a un grupo de jugadores de su letargo, el hacer de un roster un verdadero equipo, el vender souvenirs a ritmo record y el haber regresado a los fanáticos al estadio, me parecen suficientes argumentos para incluir a Yasiel Puig en el Juego de Estrellas. Basta seguir día a día la controversia que ha generado su posible participación, para darse cuenta que es un tipo mediático y que le pondría un sabor muy especial al evento en New York.

Al final, Puig tendrá muchos años más para ir a un Juego de Estrellas, pero la enseñanza debe quedar para las Grandes Ligas. La controversia que se ha generado en torno a la participación de Puig pudiera cortarse de tajo para futuros años, si MLB regula la situación y establece un mínimo de juegos, turnos al bat o innings lanzados, algo que no sería muy complicado si se apegaran, por ejemplo, a los parámetros que se utilizan para determinar quiénes pueden aspirar a los líderatos de las distintas categorías, basados precisamente en las cifras de turnos al bat y entradas trabajadas.

Pero después de todo, y con lo que se ha dicho y escrito en torno al caso de Yasiel Puig durante ya casi dos semanas: ?Quién quiere acabar con esa controversia tan sabrosa, y que siempre es parte de una buena charla beisbolera?