ESPN.com (Traducción) 11y

La fuente de la juventud de Ibáñez

Tengo 51 años, pero honestamente no me siento más viejo de cuando tenía 21 o 31… hasta que me veo en el espejo, observo una foto reciente o escucho otra pieza de música introductoria de un bateador que no puedo identificar.

Raul Ibáñez comparte ese sentimiento, aunque probablemente él está un poco mejor en la cuestión de las canciones.

"La gente me pregunta, '¿Te sientes de 41?' Y no sé cómo se supone que uno deba sentirse", dijo Ibáñez. "Realmente no recuerdo cómo era sentirse de 25, así que no importa. Me siento bien".

De hecho, Ibáñez debería sentirse genial. Él cumplió 41 años hace un mes, y ya tiene 22 cuadrangulares esta temporada. Está con ritmo de pegar más jonrones que nadie a los 40 años o más. Darrell Evans conectó 34 vuelacercas a los 40 años, y Ted Williams sumó 29 a los 41.

Ahora, yo sé que algunos están echando un vistazo a los números de Ibáñez con sorpresa. Él tuvo un inicio mejor en 2009 -- 20 jonrones hasta principios de junio -- luego hubo un pequeño furor derivado de un blogger que sugería la posibilidad del uso de sustancias para mejorar el rendimiento (sin acusar directamente a Ibáñez). Esa es la época en la que vivimos. Cada gran actuación atlética enfrenta semejante especulación. Pero Ibáñez la negó vigorosamente, diciendo, "Ustedes pueden disponer de mi orina, mi cabello, mi sangre, mis heces --cualquier cosa que quieran examinar. Les regresaré cada centavo que ha ganado si el resultado es positivo". Y yo le creí.

Si Evans pudo pegar 34 cuadrangulares a los 40 años, no es una exageración para Ibáñez el retar esa marca. El cuerpo es capaz de más de lo que podemos darnos cuenta conforme envejecemos.

"Tu fuerza se incrementa después de los 35, si tienes una buena base", dijo Ibáñez. "Pienso que en lo que debes trabajar es en la velocidad de tus pies y en ciertos músculos de contracción rápida.

"Físicamente, soy más fuerte de lo que era hace cinco años. El peso no miente... la fuerza no es el problema -- debes asegurarte de que los reflejos y la velocidad se queden. Y hay mucha ciencia que nos permite enfocarnos en eso.

Además, conforme envejecemos, afirma él, "Tu entrenamiento es más inteligente, y tus hábitos alimenticios mejoran. Aprendes cómo hacer mejor esas cosas".

Ciertamente. Hablar con Ibáñez acerca de la dieta y el acondicionamiento físico es como una conversación con el Dr. Oz. Él es un buen recordatorio que muchas de las cosas para mejorar el rendimiento no son más que una dieta saludable y ejercicio.

"He eliminado algunos alimentos de mi dieta", afirma Ibáñez. "Ya no consumo gluten. Había tenido intolerancia al gluten y a los lácteos y ya no los consumo. Trato de comer cosas más naturales, que han sido pescadas, o cazadas, o recolectadas. No como muchos alimentos procesados. Mi dieta no es nada alocada. No consumo gluten ni lácteos. Como probablemente 80 por ciento de alimentos no procesados. Todavía como otras cosas a veces. Es un estilo de vida. Te ayuda con los dolores y puede ayudar tus niveles de energía".

Ibáñez dice que su desayuno típico consiste de tres huevos de omega-3 (huevos de gallinas alimentadas con una dieta abundante de grasas omega-3), batatas picadas y cocinadas en aceite de oliva o coco, y quizá col rizada cocinada con ajo.

Babe Ruth probablemente no comió col rizada en el desayuno. Y ya que hablamos de eso, probablemente no hay muchos peloteros que la consuman en cualquier comida.

Y no es que Ibáñez sea vegetariano.

"Intento comer solamente carne de reses alimentadas sólo con pasto, porque noto una diferencia significativa si como de ese tipo de carne por la forma como se siente mi cuerpo", afirma Ibáñez.

"Mis tobillos se sienten mejor si la carne es de reses alimentadas sólo con pasto. No quiero que los ganaderos se enojen conmigo; pero si el ganado no fue alimentado con pasto, puedo sentir la diferencia. Mi esposa se burla de mí. Me despierto y digo, 'No comimos carne de reses alimentadas con pasto'. Y ella responde, 'Ohhhhh, son tus tobillos'".

La jugadora de tenis estadounidense Bethanie Mattek-Sands tiene 28 años, pero ha lidiado con una larga cadena de lesiones durante gran parte de su carrera. El pasado invierno, ella se enteró de que tenía 26 alergias a los alimentos y cambió drásticamente su dieta. Ella me dijo en el Abierto Francés que su nueva dieta ayudaba a que su cuerpo se recuperara de las lesiones mucho más rápido y de forma más consistente. Cuando le comenté esto a Ibáñez, su mirada se iluminó.

"Me encanta escuchar eso, porque cuando se lo digo a mis amigos que no creen en eso, ellos dicen, 'Oh, por favor'", dice. "Pero si yo bebo 10 tazas de café, ¿eso me hará sentir de cierta manera? Probablemente. Olviden el asunto de la intolerancia. Si yo me como cinco tazones de helado, me hará sentir de cierta forma. La comida actuará casi como una droga si la usas de forma errónea.

"Cinco tazas al día de té verde probablemente sean buenas para ti. ¿Veinte tazas al día de té verde con cafeína? Probablemente no tan bueno".

Ibanez consiguió inspiración del libro de Christopher McDougall "Born to Run" (Nacido para Correr), sobre los que participan en los llamados ultramaratones, incluyendo la tribu mexicana-india Tarahumara, que son capaces de correr cientos de millas y utilizan las semillas Chia como parte prinicipal de su dieta. McDougall también escribe sobre un estudio sobre los tiempos en la maratón que reveló que la gente que comenzó a correr dichas carreras alrededor de los 19 años llegarán a su pico al final de sus 20 años. Pero sus tiempos en la maratón no van a volver al nivel cuando comenzaron en su adolescencia hasta que estén en sus 60 años.

"Tengo un amigo que es un Navy SEAL y tiene 42 años", dice Ibáñez, quien ha agregado rutinas de ejercicio que enfatizan los músculos de contracción rápida. "Él todavía tiene que hacer todas las cosas que ellos hacen. Y todavía las realiza. Si él puede hacer eso, si Bernard Hopkins puede defender un título semicompleto a los 48 años, si Randy Couture puede pelear a los 47 años en el mundo de la UFC, nosotros podemos jugar béisbol a edad avanzada".

Un hombre de 80 años escaló el Monte Everest en mayo. El año pasado, un hombre de 100 años pedaleó 100 kilómetros en 4 horas 17 minutos -- alrededor de 14.5 millas por hora, una velocidad que la mayoría de los estadounidenses tendrían dificultad para igualar a cualquier edad.

Comparado con eso, lo que Ibáñez hace no es tan sorprendente.

"Mucho tiene qué ver con tu estado mental", dice Ibáñez. "No permitir que nadie te diga cómo se supone que debes sentirte y qué se supone que debas hacer, no permitir eso en tu cabeza al grado de que empieces a creerlo o a obsesionarte con eso".

Nosotros podemos hacer más de lo que la gente cree que podemos hacer. El verano pasado, celebré mis 50 años pedaleando el Alpe d'Huez, un ascenso icónico del Tour de Francia. Llegué a la cima de las 21 curvas que se elevan a 3,700 pies por espacio de 9 millas, en 1 hora y 18 minutos. El auto de alquiler que manejaba mi esposa no llegó a la cima, y se quedó varado en una pendiente empinada. Yo no lo hubiera conseguido a los 40, o a los 30 o a los 20, antes de que yo me involucrara en el ciclismo.

Tengo 51 años, pero estoy en mejor condición que nunca, antes de que yo comenzara a pedalear. Sé que en algún punto, iré en declive. Voy a envejecer. Eso es inevitable. Pero pospondré eso lo más que se pueda.

Y ver a Ibáñez pegar cuadrangulares me hace sentir mucho más joven.

Ahora, si solamente pudiera evitar verme en un espejo.

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