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Tipsarevic, gran atracción en Bogotá

BUENOS AIRES -- Janko Tipsarevic arriba a Bogotá con un claro objetivo: volver a ser. El serbio perdió su lugar de privilegio en el top 10 a raíz de un año bastante irregular y encuentra en el ATP 250 de Colombia, sobre canchas duras y en la altura, la oportunidad de recuperar terreno. Hoy, 14° del mundo y 35° en la Carrera a Londres, se muestra listo para el desafío. "Espero que sea el punto de quiebre para empezar a ganar", remarcó en la previa.

El serbio no atraviesa una buena temporada. Después de un inicio de año ganando el título de Chennai y alcanzando los octavos de final del Abierto de Australia una lesión en un pie le puso un pequeño freno. Y ahí, los problemas. Se bajó de la primera ronda de la Copa Davis e hilvanó cuatro caídas seguidas, en Montpellier (vs. Llodra), Marsella (vs. Tursunov), Dubai (vs. Davydenko) e Indian Wells (Gulbis). El panorama pintaba oscuro.

Y luego de un oasis en Miami, con triunfos ante Dudi Sela y Kevin Anderson, llegó la tormenta. Nueva derrota en primera ronda, esta vez en Monte Carlo frente al búlgaro Dimitrov, y un mensaje en su cuenta de twitter que encendió las alarmas. "Me tomaré algo de tiempo libre. Esto no tiene que ver con los golpes de derecha y revés. No va más", escribió en la red social. Y, enseguida, aclaró para los apocalípticos: "A sólo unos días de descanso para despejar mi mente".

Siguió, entonces, tras su actuación en el Masters 1000 monegasco. Y también continuó con su ritmo dubitativo. Sumó dos victorias (ante Santiago Giraldo una de ellas) y cuatro derrotas en Bucarest, Munich, M1000 de Madrid y Dusseldorf hasta llegar a la gran cita del polvo de ladrillo: Roland Garros. En París tuvo interesantes duelos frente a Nicolas Mahut y Fernando Verdasco antes de ceder en sets corridos ante Mikhail Youzhny. Parecía un despegue, pero luego cayó en la primera ronda de Wimbledon ante su compatriota Viktor Troicki en tres parciales. Seguía estancado.

En definitiva, su 2013 marca un récord de 13-13, aunque sólo ganó seis partidos de los últimos 19. "Recientemente no he ganado demasiado, pero puedo asegurar que sólo era una cosa mental", señaló Tipsarevic, quien hace unos días sumó una nueva caída ante el francés Jeremy Chardy en la Bundesliga alemana.

Pero su pálido andar en las canchas contrasta con su momento personal. Luego de su participación en el Grand Slam londinense, tuvo su esperado momento de relax en las playas de Dubai, donde festejó sus tres años de casado con su esposa, Biljana Sesevic.

Justamente ella, a la que marca como el gran sostén y el equilibrio justo para su carrera, fue vital para cumplir un sueño que perseguía desde hace tiempo. Biljana se corrió un poco de su profesión de diseñadora y llevó adelante el interesante proyecto que montaron en conjunto y que dio a luz hace unos meses: una academia de tenis en Belgrado.

Allí, Tipsarevic, además de desplegar en cascada todos sus conocimientos deportivos podrá poner en práctica su formación universitaria de sport manager. Pero eso más adelante. Hoy es tiempo de tenis. Y también para usar la música como cable a tierra. Continúa mezclando discos, se anima a hacer sus propios sets y se esconde en un deseo oculto de haber sido un DJ internacional.

Él -por ahora- no lleva su música por el mundo de manera masiva; sí su tenis. Y sus tatuajes, algo de lo que no le gusta hablar. Ahí refleja cosas privadas: su familia, gustos personales y su amor por la literatura clásica, algo que sin abandonar fue pasando a un segundo plano, pero que siempre tendrá presente como la frase "La belleza salvará al mundo", del autor ruso Fiódor Dostoyevski, que luce en su brazo izquierdo.

Tipsarevic, la gran atracción en Bogotá. Por juego, vida, presente, pasado y futuro.

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