Jerry Crasnick 11y

No más lástima para McCutchen

NUEVA YORK -- Los Piratas de Pittsburgh emergen del descanso del Juego de Estrellas como una de las mejores historias en el béisbol. Son más adorables y tiernos que Yasiel Puig, cada pedazo tan improbable como Chris Davis y un favorito de los observadores imparciales quienes pueden sentir empatía por la fanaticada que ha congelado sus aspiraciones por más de dos décadas.

Andrew McCutchen no puede hacer ningún reclamo de que sufre desde hace mucho tiempo, ya que se crió en Fort Meade, Florida, y tenía seis años de edad cuando los Piratas perdieron a Barry Bonds en la agencia libre y comenzaron su largo descenso hacia el olvido del deporte en el 1993. Pero tiene recuerdos vívidos de su año de novato en el 2009, cuando Zach Duke era el caballo de hierro del cuerpo monticular de los Piratas, Nyjer Morgan estaba comenzando a sacar para afuera su identidad Tony Plush e inclusive la sinergia fraternal de Andy y Adam LaRoche no pudieron ponerle una sonrisa en la cara de la inaptitud del equipo.

Los Piratas alcanzaron un récord de 62-99 ese año bajo el manager John Russell para terminar a 28 partidos y medio lejos del primer lugar en la División Central de la Liga Nacional, y cayeron a lo profundo del standing con una marca de 57-105 en el 2010 antes de mejorar a 72 y 79 victorias en las próximas dos temporadas bajo Clint Hurdle. Todos esos ajustes y comienzos y falsas alarmas puede poner a prueba la paciencia de un joven y darle un curso intensivo sobre perspectiva.

"Cuando no te va bien por tanto tiempo, uno eventualmente tiene que mejorar", dijo McCutchen. "Con selecciones más alta del draft. Consiguiendo jugadores claves. Es la ley de la física. Las cosas tienen que cambiar y eventualmente moverse a tu favor. Tomó un poco más de tiempo de lo que la gente quería. Pero cada año desde que fui seleccionado en el draft, hemos mejorado".

Los Piratas vuelven a jugar el viernes contra Cincinnati, obstaculizados por dos desvanecientes temporadas consecutivas, pero energizados por la emoción que han creado y alentado con el ejemplo de los Orioles de Baltimore del 2012- quienes fueron dudados, ridiculizados y difamados todo el camino hacia los playoffs. Con la constante incitación de su multitalentoso jardinero central con sus rastas, los Piratas continuarán siendo creyentes hasta que alguien los convenza de lo contrario.

Con 26 años, McCutchen se ha establecido como la cara de la organización y como la fuerza motora en lo que los Piratas esperan que sea un resurgimiento a largo plazo del béisbol en la ciudad. Él le demostró su compromiso a Pittsburgh en marzo del 2012 firmando una extensión de contrato de seis años y $51.5 millones que incluye una opción de club de $14.5 millones para el 2018. El acuerdo lo puede llevar hasta los 32 años y ponerlo a un gran contrato de distancia para retirarse como un querido Pirata por toda su carrera.

McCutchen alcanzó su tercera participación en el Juego de Estrellas este año y demostró su velocidad al robarse una base con sus ganchos color amarillo brillante antes de poncharse en sus dos turnos al bate en la derrota de la Liga Nacional de 3-0 ante la Liga Americana en la noche del martes. Sus compañeros de equipo Pedro Álvarez, Jason Grilli, Mark Melancon y Jeff Locke se unieron a él en la plantilla del equipo de la Liga Nacional, dándole a los Piratas cinco Todos Estrellas por primera vez desde que Willie Stargell, Steve Blass, Roberto Clemente, Al Oliver y Manny Sanguillen representaron a los Buccos en el Juego de Estrellas del 1972 en Atlanta.

Los Piratas han avanzado desde bien abajo desde sus años en desgracia, cuando Tony Womack, Mike Williams, Jack Wilson, Evan Meek y otros jugaron el rol del símbolo del equipo como representantes en el Juego de Estrellas. Aunque los Piratas están empatados en el vigesimosexto puesto en las mayores en carreras anotadas este año, la ofensiva está comenzando a desarrollar un sentimiento de colaboración con la emergencia de jugadores de apoyo para McCutchen.

El jardinero izquierdo Starling Marte y McCutchen son los primeros compañeros de equipo de los Piratas en alcanzar un receso por el Juego de Estrellas con 20 bases robadas cada uno desde que Bonds y Andy Van Slyke lo hicieron en el 1987. Y Álvarez está en curso de convertirse en el primer Pirata con temporadas de 30 cuadrangulares consecutivas desde Jason Bay en el 2005 y el 2006.

La importancia de McCutchen como 'El Hombre' en Pittsburgh surge de múltiples factores. Se subscribe al concepto de liderazgo con el ejemplo, pero está dispuesto a decir lo que piensa si surge la necesidad. También sigue jugando a pesar de las facturas que le cobra el cuerpo por el robo de bases y por cubrir un vasto espacio en el jardín central. Desde el 2010, McCutchen clasifica en el duodécimo puesto en el béisbol en apariciones al plato y el undécimo en partido jugados (559).

"No hay muchos jugadores que inmediatamente se convierten en líderes, tan pronto llegan a la liga", comentó Melancon. "Definitivamente él es uno de esos en los que puedes confiar. Uno sabe lo que va a recibir todos los días. Él es el mismo independientemente de que si ganamos o perdemos. Sin él, nuestro club no está ni cerca de lo que está ahora".

La primera mitad de McCutchen ha estado un poco mixta según sus estándares. Tiene un promedio de slugging de .471 comparado con el de la temporada pasada de .553, pero los números del Inside Edge lo ponen en un radio de turnos en los que le pega duro a la pelota de un 27 por ciento de sus turnos al bate, comparado con el 38 por ciento de hace un año. Aunque parece estar tratando de halar más la pelota en el plato, aún logró reducir sus ponchetes de un 19.6 por ciento en sus turnos al bate a 14.2 por ciento esta temporada.

McCutchen salió cojeando de la gatera con un promedio de bateo de .247 en abril pero continuó bateando para promedios de .324, .303 y .372 en los tres meses desde entonces. Decaídas y las inevitables malas rachas no parecen desalentarlo.

"Es gracioso", dijo Locke. "A.J. Burnett y yo estábamos hablando del Día Inaugural. Andrew se dirige al plato y A.J. dijo, '¿Qué es lo que ves ahora mismo en este muchacho?', Yo dije, 'Se ve bien. Parece listo para ir'. A.J. dijo, 'Veo confianza en él. Cuando él se acerca al plato, no es el jugador más grande del mundo. Es veloz, pero posiblemente no el más rápido en el mundo. Pero es una de las personas más confiadas en el mundo. Solamente requiere un poco de éxito para construir tu confianza'.

"No hay una pelota que Andrew no pueda atrapar. No hay una jugada en la que él no pueda hacer un lanzamiento y sacar a alguien de out. No hay una recta adentro que él no pueda manejar. No hay nada que no pueda hacer el en campo. Por eso fue tan especial el verlo extender su contrato. Para él demostrar que quiere estar aquí y ayudar al equipo construir alrededor de él, eso es algo muy especial".

El valor definitivo de McCutchen para los Piratas es reflejado por su total de WAR. Clasificó segundo detrás del Jugador Más Valioso de la Liga Nacional Buster Posey con un WAR de 7.0 un año atrás y está empatado con Paul Goldschmidt de Arizona por el tercer puesto esta temporada detrás de Carlos Gómez y David Wright. Es sexto entre los jardineros centrales en el listado de carreras salvadas de la biblia de fildeo con un + 11 y se ha beneficiado claramente de la libertad que Marte le ha dado al tratar de atrapar todo lo que batean por el jardín izquierdo.

Por falta de una mejor palabra, los compañeros de equipo de McCutchen encuentran divertido el verlo emprender una veloz carrera en busca de atrapar los batazos entre los jardines. Especialmente los lanzadores.

"Me gusta verlo correr", compartió Grilli. "Es bastante rápido. Ha hecho que pelotas difíciles parezcan de rutina y eso es algo que uno no puede medir. Es una cosa cuando uno ve los momentos más destacados en televisión. Pero cuando uno está en el terreno y el juego es mucho más rápido, solamente para entender y realmente aprehender eso desde mi perspectiva, uno se queda como, 'Wow, eso es asombroso'".

A la larga, la onerosa carga del bullpen de los Piratas puede que alcancen a los relevistas, y el gerente general Neal Huntington podría estar desafiado a encontrar un bateador de impacto para mejorar la ofensiva. Pero el simple acto de evitar preguntas acerca de otro colapso al final de la temporada le da a los jugadores de los Piratas mucho incentivo de seguir ganando. Cuando McCutchen y sus compañeros de equipo salen ante el público, tienen a mucha gente recordándoles lo que un récord de 56-37 significa para el orgullo cívico.

"Es una ciudad deportiva, Pittsburgh", expresó McCutchen. "Es todo acerca de los deportes. Siempre han dado apoyo, y no solo a los Piratas. También a los Pens y a los Steelers. Tienen hambre de un ganador, y es genial que estén viendo uno ahora mismo. No importa si el partido comienza a las 10 p.m. Se van a quedar porque nos quieren ver salir al terreno y jugar y ganar. Es increíble ser parte de algo así".

Desde el Día Inaugural hasta el Juego de Estrellas, los Piratas han sido una historia maravillosamente esperanzadora para los fanáticos del desfavorecido. Mientras McCutchen y sus compañeros de equipo emergen del receso, están todos hambrientos de terminar lo que empezaron.

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