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Bryan Habana: tries y más tries

BUENOS AIRES-- Todo aquel que quiera saber cómo juega un wing al rugby, debe fijar sus ojos en Bryan Habana, un jugador que impactó a todos por su asombrosa velocidad y potencia adentro de la cancha. Con una marca de 10.4 segundos en 100 metros, el jugador del Western Province de Sudáfrica es uno de los hombres más rápidos en el mundo rugby y, cuando arranca, no hay quien lo pare.

A los 12 años, su vida cambió cuando visitó el estadio Ellis Park para presenciar la final del Mundial de Rugby de 1995 en la que su país natal venció a Nueva Zelanda para coronarse campeón. A partir de ese momento, dejó la pelota de fútbol y se enamoró de la ovalada.

Si bien arrancó jugando como centro y medio scrum, de a poco se fue dando cuenta de sus dotes para finalmente pasar a jugar de wing. Lentamente, Habana comenzó a hacerse escuchar y en el 2003 hizo su primera aparición internacional para su selección jugando el Seven World Series. Al verlo jugar, los entrenadores decían, sin dudas, que dejaría una huella en el rugby y bien que lo hizo.

Dos años después, tras un paso fugaz por los Golden Lions, firmó para los Blue Bulls, equipo en el cual brilló para luego ser citado a los Springboks y jugar su primer Tres Naciones. Con el correr de los partidos, se ganó la titularidad a base de una seguidilla de tries que parecía no terminar más.

"Vivo mi vida al máximo mientras vivo mi sueño"

Ya con experiencia, llegó el Campeonato Mundial de Francia en el 2007 y Habana llegó a la cima de su carrera. No solo fue campeón, sino que apoyó en ocho oportunidades, cuatro de ellos ante Samoa, e igualó el record que ostentaba Jonah Lomu, wing neozelandés, en 1999. Tal es así, que fue elegido como el mejor jugador del año por la IRB siendo el segundo sudafricano en ganarlo, tras el tercera línea Schalk Burger. En ese mismo año, se coronó en el Super 14 con su club y en 2009, repitió.

Es de público conocimiento que, después su aporte defensiva pero sobre todo por su velocidad, la fama lo llevó a realizar un comercial en el cual corrió ante un guepardo y la diferencia entre ambos fue menor a la que uno imaginaba. Después de haberse cansado de marcar tries, las estadísticas comenzaron a bajar. En sus primeros 34 partidos anotó 30 tries, pero los ocho restantes los hizo en 37 tests. Llegó a 38 ensayos, marca que mantenía vigente el medio scrum Joost van der Westhuizen y le costó más de un año batir el récord. El 26 de junio de 2010 había apoyado por última vez, y recién el 22 de septiembre del 2011 consiguió su try número 39 en la goleada ante Namibia por 87-0.

Habana se convirtió en un referente de la selección de Sudáfrica y el número 11 en su espalda ya era todo un símbolo. En el 2009 consiguió el Tres Naciones y en el campeonato mundial de Nueva Zelanda 2011, Australia lo privó del bicampeonato en cuartos de final.

Tras cinco años en los Blue Bulls, se decidió a cambiar de aire. Firmó con los Stormers y los llevó a su primera final de Super Rugby, mientras que también pasó a Western Province para disputar la Currie Cup. Luego del Rugby Championship Habana continuará su carrera en el Toulon, del Top 14 francés.

Con 50 tries en su haber, Habana sigue siendo pura velocidad y potencia. Desde su debut ante Inglaterra en el 2004, try de por medio, hasta hoy, el wing se convirtió en uno de los mejores jugadores en la historia del rugby y en una leyenda que permanece intacta.

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