MÜNICH -- Brasil se quedó con la Copa Jules Rimet tras ganarla por tercera vez en México 1970. La obra diseñada en 1929 por Abel Lafleur y hecha de plata esterlina chapada en oro con una base azul de lapislázuli encontró su dueño eterno y por eso la FIFA se vio en la necesidad de crear un nuevo trofeo. Así, el trofeo que fue escondido en una caja de zapatos durante la guerra, robado y encontrado por un perro en 1966 le dejó su lugar a un nuevo objeto de deseo.
A comienzos de la década del setenta, artistas de siete países presentaron 53 diseños diferentes y, de todos ellos, la FIFA eligió la obra del italiano Silvio Gazzaniga, quien así describió su creación: "Las líneas surgen de la base y se elevan en espirales hasta encontrarse con el mundo. De estas excepcionales tensiones dinámicas que se producen en el cuerpo compacto de la escultura brotan las figuras de dos atletas en el momento culminante de la victoria".
El trofeo mide 36,8 cm de altura y está hecho con 5 kilos de oro sólido de 18 quilates con una base de 13 centimetros de diámetro con dos anillos de malaquita. A diferencia de su antecesor, ninguna federación se quedará con la Copa de manera definitiva, sólo la recibirán el día de la final y la conservarán hasta que se ponga en juego una vez más. Sí tendrán una réplica oficial.