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Thurman fue mucho para Chaves

Diego Chaves arrancó bien, tal cual como lo había prometido: mucha izquierda en punta, actitud para mantenerse en el medio del ring, la derecha a fondo en directo. Keith Thurman, su desafiante y también el favorito, se mostró como un boxeador lento, de guardia bien armada, sólido en el ataque.

Habíamos especulado, antes del combate, sobre las reservas anímicas que podía tener cada uno, y las preguntas eran dos. La primera, ¿Podría Chaves, sin experiencia internacional sólida, estar a la altura de las consecuencias o se conformaría con una pelea segura y en llegar de pie? El otro interrogante, ¿Cómo reaccionaría Thurman si, con el correr de los asaltos, no lograba conectar sus potentes golpes?

Las respuestas también son parte fundamental del comentario. Chaves aceptó la pelea con actitud, y trató en todo lo posible de adoptar la iniciativa, sin caer en el combate abierto, en donde las ventajas estarían para el noqueador. Pero a partir del quinto, sexto round, adoptó una actitud mucho más especulativa, manteniéndose más lejos del rival que cerca.

Thurman, a su vez, mostró que aunque le esquiven golpes, el sigue adelante, sin perder la línea ni las convicciones. De hecho, rotó la cintura y dejó más de una vez mal parado al argentino. Como se tala un árbol, Thurman fue trabajando de menor a mayor, sin alterar su ritmo, pero manteniéndolo constante, aún en aquellos pasajes a mitad del combate en los que ambos se mantenían de lejos, apostando al error del otro.

Y de esta manera, gradualmente, comenzó a crecer el trabajo del norteamericano y a declinar del hasta entonces campeón: perdió velocidad de desplazamientos y, aunque logró conectar golpes de derecha de muy buena factura, no tenía el poder de frenar a un rival lento, tal vez, pero constante y persistente.

Por fin, Thurman lanzó un gancho al hígado de impecable recorrido, que puso en la lona a Chaves en el noveno asalto. Y si decimos "por fin" es para señalar que con ese hook, el combate estaba terminado. Salió al décimo al argentino, pero sin posibilidades de traslación y sin chances de meter una mano salvadora.

Fue arrollado por Thurman, hasta que el árbitro -el puertorriqueño Luis Pabón, de muy buena labor-, detuvo la pelea tras una nueva caída del argentino: ni se molestó en contarle. Y de hecho, Chaves tardó unos minutos en recuperarse. Aquello de "matar al cuerpo", viejo dicho del boxeo, se había hecho realidad una vez más.

Chaves perdió su invicto en 23 peleas (ahora queda con 22-1, 18 KO). A su vez, el flamante campeón Interino welter AMB, Thurman, suma ahora 21 victorias (19 antes del límite) y un combate sin decisión. El actual campeón regular es Adrien Broner, mientras que a su vez, el argentino Marcos El Chino Maidana viene reclamando, con insistencia, su condición de retador al campeonato. Broner, según se afirma, dejaría la corona, con lo que podría llegar a reflotarse la idea de un enfrentamiento entre Thurman y Maidana, que en su momento no fue aceptado por el equipo argentino.

Pero son especulaciones. Lo cierto es que el sábado 27 de julio, en el AT&T de San Antonio, Texas, Thurman fue un legítimo ganador.

Los dos encuentros que siguieron fueron de un altísimo nivel emocional.
En lo que fue una batalla "de campana a campana", como decían los viejos periodistas, Omar Panterita Figueroa le ganó por puntos al japonés Nihito Arakawa. Estuvo en juego el campeonato mundial, Interino, del CMB. El AT&T Center fue escenario de un combate desde ya gran candidato a ser una de las mejores peleas del año.

El ganador quedó con una marca de 22-0-1, (17 KO); a su vez, Arakawa quedó con 24-3-1, 16 KO. Con un coraje increíble, el japonés no solamente remontó dos situaciones muy difíciles, incluidas cuentas del referí Laurence Cole en los asaltos segundo y sexto (para nosotros en la segunda cuenta el japonés no había sufrido caída), sino que terminó con el rostro totalmente desfigurado por el castigo recibido.

Y, por supuesto, recuadro de honor para la gran definición de la noche y para el gran vencedor de la noche, ya que en la pelea estelar, y cuando todo parecía encaminarse a un triunfo por puntos de Andre Berto, apareció un tremendo gancho de izquierda a la mandíbula lanzado por el mexicano Jesús Soto Karass, para definir la pelea de una manera cinematográfica. El referí Jon Schorle inició la cuenta y luego detuvo el combate, ya que el estado de Berto era preocupante.

Soto Karass -quien iba dos puntos abajo en dos tarjetas, mientras que en la otra había empate- suma ahora 28 victorias, 8 derrotas, 3 derrotas con 18 nocauts. En septiembre del año pasado, en el MGM, el mexicano había perdido por fuera de combate por primera vez en su vida frente a Marcos El Chino Maidana.

Ahora volvió a tener una gran actuación tras castigar durísimamente a Berto, quien lo tuvo por el suelo en el 11er. asalto (el mexicano se quejó luego de que, en realidad, había sido un golpe bajo). Esa cuenta, que provocó un 10-8 a favor de Berto, era también decisiva para el puntaje, pero Soto Karass, a los 48 segundos del último asalto, terminó con todas las especulaciones. El perdedor tiene que ahora 28 ganadas, 3 derrotas y 22 nocauts y deberá pensar seriamente en el futuro. La victoria del mexicano es la victoria de un "obrero del ring", esos hombres que siempre están dispuestos a pelear con quien sea y como sea y que, en cada presentación, dejan hasta la última gota de transpiración y de sangre...

Y así fue la velada de San Antonio, en la que Chaves prometió brillar y, aunque cayó dignamente, fue superado ampliamente por un Thurman que, de ahora más, será una amenaza entre los welters.