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Alemania Federal campeón

De esta manera cubrió el diario español La Vanguardia la final del Mundial 1954 Diario La Vanguardia

BERNA -- Alemania ha ganado el Campeonato mundial de fútbol, brillantemente, por varias razones: en primer lugar porque venció al favorito del torneo, Hungría, que hasta entonces, en un período de cuatro años, no había perdido ningún partido, y en segundo lugar porque jugó más en este encuentro decisivo, superando a los húngaros en muchos aspectos: en juego, en técnica, en fortaleza física y, sobre todo, en moral.

Un lleno absoluto en el estadio de Berna y el terreno en buenas condiciones, pero algo blando a causa de la lluvia que cayó antes.

Los húngaros habían marcado dos tantos en los primeros ocho minutos, dando la impresión de que triunfarían por una goleada. La misma impresión que dio su primer partido de los cuartos de final en el que triunfaron por ocho a tres. Nadie pensó entonces que en tal partido los alemanes querían asegurar su calificación ante un segundo partido contra Turquía, y habían puesto nada menos que siete reservas, pues de los once que jugaron contra Turquía en su primer encuentro fueron sustituidos ocho.

Con dos a cero para empezar, cualquier equipo, aun de los más fuertes de este Campeonato, se hubiera amilanado. Los alemanes, en cambio, reaccionaron fuertemente desde el segundo tanto y se organizaron mejor, de tal modo que se puede afirmar que el equipo ya funcionó a maravilla, demostrando una perfecta compenetración, un gran conjunto, tanto en el ataque como en la defensa. A los seis minutos había marcado Puskas, y dos minutos más tarde el extremo Csibor.

VIENE EL EMPATE
Bajo la dirección de Fritz Walter, el cerebro del equipo alemán, se lanzó al ataque toda la delantera, multiplicándose los defensas e incluso medios contrarios. Pero la presión ha
sido tan abrumadora, que tuvo su fruto. Un gran pase de Liebrich lo recoge Morlick, que a toda velocidad pasa a los defensas y marca el primer tanto. Ante la perspectiva de un gran encuentro, el público aplaude calurosamente al equipo alemán, animándole.

Siguen dominando, forzando dos córners seguidos. A los diecisiete mminutos el extremo derecha Rahn marca el tanto del empate. Mayor entusiasmo aún por parte del público. Entonces todo el mundo creía que los alemanes tenían sus posibilidades de triunfar. Y más que el simple espectador, con toda mseguridad pensarían lo mismo los propios jugadores. Daban la impresión de un gran aplomo. Parecían decididos a triunfar.

Con éste empate se puede asegurar que los dos equipos ya se tuteaban; ya no se veía la menor superioridad por parte de los húngaros. En los veinte o veinticinco minutos que quedaban, tan pronto dominaba un equipo como otro, pero el alemán era más duradero y peligroso. Sobresalían en velocidad. El juego alemán estaba mejor organizado. Tenían mejor técnica, desbaratando con facilidad todas las incursiones, mientras que los húngaros se empleaban realmente a fondo para que mno marcasen nuevamente los alemanes. Y se llegó al descanso con el empate a dos tantos.

SE IMPONEN LOS ALEMANES
En la primera media hora del segundo tiempo el juego se inclinaba ligeramente a favor de Alemania, aunque los mismos peligros se presentaban en los dos marcos. Poco a poco los húngaros parecían menos resistentes, lo que se debía al tren vivo impuesto por los alemanes.

Al iniciarse el último cuarto de hora, varió un poco el cariz del partido, inclinándose bastante hacia el bando alemán, que realizaba mayor número de incursiones, con combinaciones más vistosas. Resultaba que ofrecían mejor conjunto. Diríase que en el bando húngaro, al que sé le consideró como una máquina perfecta por la calidad de sus jugadores, por su forma y por su entrenamiento, faltaba algo. Había algo de esto, y residía en dos de sus jugadores, Puskas y Bozsik, que son sus ases. No han funcionado como otras veces. Y ni Kocsis ni Hidegkuti.

Aparte del cansancio o falta de condiciones de los dos primeros, no hay que olvidar el estrecho mareaje
preconcebido de los jugadores alemanes. Sus jugadores fueron una verdadera sombra de los ases o de los jugadores más peligrosos del equipo contrario. Los medios húngaros descendieron bastante para ayudar a los defensas, al parecer los más flojos del equipo. De esta manera, a pesar del dominio, no marcaban los alemanes.

LO INESPERADO
Faltaban entonces diez minutos. Ocho minutos. Parecía que el partido necesitaba un tiempo extra, la prolongación. Pero de pronto un pase largo hacia los extremos, ambos rapidísimos. El último pase lo recibe Rahn, el de la derecha, que se lanza como una bala y remaba la jugada. Fue el tanto de la victoria, recibido por el público con una gran ovación, como premio a la jugada y al juego desplegado por los alemanes. Se hizo cuando faltaban seis minutos para terminar.

Los húngaros buscaron el empate a la desesperada lanzándose a fondo. Habían desaparecido los medios, no había más que delanteros. Por su parte los alemanes desarrollaron el plan más apropiado: una defensiva correcta, puesto que tenían el tiempo a favor. Pocos delanteros, y los más se veían en la retaguardia. Así pudieron defender la ventaja. Así triunfaron ayer.

TRIUNFO MERECIDO
Se dirá que es una sorpresa. Antes del Campeonato se podría considerar asi, y también en los octavos de final. Pero ya en cuartos de final había que pensar de otro modo. Se había estimado a los alemanes por debajo de su valor. Y cuando vencieron fácilmente a los austríacos, entonces se patentizó que podrían vencer al que fuera, al mejor. Porque además de la clase habían demostrado una forma espléndida que ha ido mejorando en cada partido, y sobre todo en moral, y en cuanto a técnica, no se puede discutir hablando de los alemanes.

Se dirá que los húngaros han vencido a des fuertes equipos, Brasil y Uruguay. Alemania pudo, hacer lo mismo, tal como se encontraba. El quinto título mundial está ahora en buenas manos.

En Solothurn, los derrotados jugadores húngaros se encontraban junto a sus esposas y amigos en ésta, en una búsqueda de última hora en las tiendas de Solothurn en preparación de su salida para Budapest mañana martes, por la tarde. A los jugadores se les había prometido cuatro semanas de vacaciones en Suiza, pero esto fue cancelado después de su derrota por 3-2 frente a Alerrunia en la final del Campeonato mundial.

CON KUBALA
El hotel estaba lleno de simpatizantes esta mañana. Entre éstos se encontraba Ladislao Kubala, figura del Club
de Fútbol Barcelona, cuya retirada en si ultimo minuto del equipo español ante su partido de desempate contra Turquía, desencadenó una sensacional polémica entre les altos directivos de la FIFA.

Kubala escuna ex figura húngara. Fue calurosamente saludado por los jugadores, pero particularmente por Puskas, con quien jugó al fútbol siendo muchachos.

Sobre la final de ayer, Kubala dijo lo siguiente: "Conozco a mis amigos húngaros muy bien y es por lo que estoy convencido de que algunos de ellos, particularmente Bozsik y Puskas, no estaban en buenas condiciones tras los partidos jugados contra Alemania, Brasil y Uruguay. Con un equipo con los jugadores en plenas condiciones, Hungría hubiera vencido fácilmente".

En efecto: Alemania 3, Hungría 2.

*Publicado en el diario español La Vanguardia del 6 de julio de 1954.