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¿Se dirige Helton a Cooperstown?

Christopher Hanewinckel/USA TODAY Sports

Los tours de despedida dependen estrictamente de los gustos personales. Chipper Jones anunció en marzo del 2012 que se retiraría al finalizar la temporada, armando el escenario por varios meses de ovaciones y de dulces regalos de despedida. Uno de los beneficios de la última temporada de Mariano Rivera como Yankee fue un conmovido tributo por parte de sus compañeros Todos Estrellas en el Citi Field en julio, pero su impacto en el deporte han sido tan aparentes como sus encuentros personales con los trabajadores del estadio y toda la "gente común" a quienes a tocado o compartido este verano.

En contraste, Scott Rolen fue evasivo sobre su futuro, a pesar de que los Rojos de Cincinnati lo querían de vuelta esta temporada para una campaña más. En febrero, Rolen rechazó la invitación del gerente general Walt Jocketty para ir al entrenamiento de primavera en Arizona, oficialmente dando un paso fuera del béisbol y de ser el centro de atención.

El primera base de los Rockies de Colorado, Todd Helton, uno de los mejores bateadores de su generación, se adhiere al acercamiento de Rolen de a poco y dignamente ir esfumándose en el olvido. Su corazón le dice que sería agradable el pararse dentro del diamante y saludar a la fanaticada, pero su aversión a todas esas situaciones sentimentales lo convierten en un escenario difícil de soportar mientras permanezca uniformado. Helton puede ser auto-despectivo, sarcástico, encantadoramente cándido y un huraño adorable, pero preferiría ponerse un Golden Sombrero que convertirse en el foco de una demostración de afecto pública.

Después de 17 temporadas y casi 2,500 hits, Helton está virtualmente seguro que todo terminó cuando la temporada del 2013 finalice. Pero pensar acerca del retiro y decir las palabras para el consumo público son dos proposiciones completamente diferentes.

"Eso sería una buena suposición", Helton respondió esta semana, cuando le preguntaron si esta es su última temporada. "Pero si estoy 99 por ciento seguro, me voy a asegurar de estarlo al 100 por ciento. Si me entra un impulso en el receso de temporada y quiero jugar, voy poder jugar".

En el ínterin Helton viaja por un camino marcado por logros personales y profesionales. Recientemente conectó su cuadrangular número 362 para sobrepasar a Joe DiMaggio y colocarse en el puesto número 76 en la lista de todos los tiempos. El martes en Filadelfia, celebró sus 40 años y se fue de 4-0 contra Tyler Cloyd y el bullpen de los Filis.

El manager de los Rockies, Walt Weiss, ha sufrido para poner a descansar a Helton contra Clayton Kershaw, Cliff Lee y otros lanzadores zurdos de élite y lo sienta en partidos diurnos seguidos de los nocturnos, pero un equipo tiene su límite para proteger a su estrella desvaneciente de las garras de la vejez. Helton está bateando para un promedio de .250 con el OPS más bajo de su carrera de .699, y está profundamente consciente de que tiene que comenzar su swing antes para tener una oportunidad frente a las rectas que solía demoler.

No obstante, sus compañeros más perspicaces lo observan todos los días y se dan cuenta de que ellos están frente a algo especial- un jugador estrella con una mentalidad de la vieja escuela que está terminando una corrida de más de 2,200 partidos con la misma franquicia.

"La cosa es que el no admitiría ni confesaría que este es su último año", comentó el jardinero de los Rockies Michael Cuddyer. "Es casi como Jim Thome hace un año. Aún si lo creen en sus corazones, no quieren ese espectáculo. Si este es su último año, todo el mundo en este club debería sentirse dichoso de que pudieron estar cerca de uno de los mejores de todos los tiempos. Tuve mucha suerte de que pude batear frente a Todd Helton y Jim Thome durante sus carreras".


VISTA AL SALÓN DE LA FAMA

Una vez que Helton se retire, su legado tendrá un matiz de "lo que pudo haber sido" en él. A sus 30 años, tenía acumulado cinco apariciones en los Juegos de Estrellas, cuatro premios Silver Slugger y tres Guantes de Oro en su résumé. Hank Greenberg era su comparación de carreras más cercana en Baseball-reference.com, parecía como un miembro seguro del Salón de la Fama potencialmente desde su primera aparición en la boleta.

Pero la segunda mitad de la carrera de Helton a demostrado notables declives en producción. Promedió casi 37 cuadrangulares por temporada desde el 1999 al 2004 pero no ha alcanzado los 20 en una temporada desde el 2005. Estuvo ausente por problemas crónicos en la espalda, un severo malestar intestinal y una lesión en la cadera que requirió cirugía el año pasado.

Aunque Helton clasifica vigesimocuarto en la historia del béisbol con un por ciento de embasarse de .415 y decimoséptimo en dobles con 583, será un reto el que logre llegar a Cooperstown. El electorado del Salón no ha sido amable con el jardinero Larry Walker, quien ganó un premio como Jugador Más Valioso y tres títulos de bateo en Colorado pero no consigue más de 22.9 por ciento en tres apariciones en la boleta. Helton, quien tiene un OPS de carrera de 1.049 OPS y 221 cuadrangulares en Denver comparado con .857 y 141 en el resto, posiblemente se enfrente con una similar respuesta negativa relacionada al Coors Field.

Craig Wright, un estadístico, autor y discípulo de Bill James quien clasifica a los jugadores según una medida llamada Win Shares Above Replacement Level, clasifica a Helton como el vigesimoséptimo mejor primera base de todos los tiempos. Considera a Fred McGriff, Will Clark, Norm Cash, Carlos Delgado y John Olerud como candidatos más merecedores a ser miembros del Salón de la Fama que posiblemente nunca alcancen a llegar a Cooperstown.

"Helton ha tenido una buena carrera y ha sido un tremendo pelotero, pero claramente no lo suficiente para el Salón de la Fama a menos que los votantes se dejen asombrar por el impacto de su parque local", explicó Wright en un correo electrónico a ESPN.com.

Aún así, si uno juzga a un hombre por la compañía que mantiene, Helton reside en un plano mayor. En el 2000, se unió a Babe Ruth, Lou Gehrig, Jimmie Foxx y Greenberg como los únicos jugadores en la historia en alcanzar al menos 200 hits, 40 cuadrangulares, 100 carreras, 100 carreras impulsadas, 100 hits de extrabases y 100 bases por bolas en una temporada. En las pasadas 50 temporadas, solamente Wade Boggs, Rod Carew y Tony Gwynn alcanzaron los 2,000 hits en menos turnos al bate de lo que necesitó Helton. Y la lista continua.

"Él es la respuesta para cada pregunta de trivia que existe", opinó Cuddyer.


UNA INSTITUCIÓN EN COLORADO

Helton también pertenece a un grupo especial como un jugador que realizó toda su carrera en un mismo equipo (career one-team guy). Entre jugadores activos, él tiene la tercera permanencia (tenure) más larga con un mismo club, solamente detrás de Derek Jeter y Rivera en Nueva York.

Cuando Helton se unió a los Rockies saliendo de la Universidad de Tennessee como la octava selección en el draft del 1995, el manager para aquel entonces, Don Baylor estableció un edicto para el resto de la organización de que no se metieran con su swing. Los Rockies derivaron su identidad de Andres Galarraga, Dante Bichette, Walker y los Blake Street Bombers en aquellos días, pero eventualmente se transformaron en el equipo de Helton. Con la excepción de unas mal aconsejadas búsquedas en el mercado de la agencia libre con grandes acuerdos para Mike Hampton y Denny Neagle, Helton proveyó a la franquicia con su identidad hasta que Troy Tulowitzki y Carlos Gonzalez emergieron como estrellas y él asumió el personaje alternativo como el cascarrabias "Toddfather".

"Es una organización relativamente joven, y él le ha dado credibilidad", dijo Weiss, el campocorto de los Rockies en el 1997, la primera temporada de Helton en las mayores. "Nadie va a ser la misma persona 15-20 años después de cómo eran cuando comenzó. Pero Todd siempre ha sido ambicioso y enfocado. Desde el día en que llegó, simplemente se mantuvo cabizbajo y trabajó duro".

Era un motivo de celebración en Colorado cuando Helton firmó una extensión de nueve años y $141.5 millones en el 2001 y de consternación cuando sus números decayeron y el acuerdo repentinamente pareció una carga. Helton estaba por ahí para la llegada del humidificador al Coors Field, la exhilarante corrida de los Rockies hacia la Serie Mundial en el 2007 y la misteriosa lesión en la clavícula de Clint Barmes mientras cargaba un paquete de carne de venado tras una excursión de ATV en el rancho de Helton.

Quizás el momento de tratar más en la carrera de Helton vino en febrero, cuando fue arrestado por conducir bajo la influencia del alcohol. Clasificó el incidente un "error monumental", y sus comportamiento y comentarios subsecuentes durante el entrenamiento de primavera reflejaron su vergüenza y arrepentimiento.

Helton siempre se ha ganado puntos de extra crédito por seguir trabajando duro a pesar de sus lesiones. Raramente, si alguna vez, deja de consumir algún turno ofensivo o no corre lo suficientemente duro hacia primera base, a pesar de que ha aprendido a elegir sus momentos (spots) para "conservar" energía, como él dice. El veterano todavía tiene varios trucos en su arsenal; durante la victoria de 5-3 sobre los Filis el martes, Helton puso fuera a Jimmy Rollins utilizando su mascota de una manera teatral, digna de la escuela de actuación de Lee Strasberg de Método y de Jugar una Primera Base Creativa.

Ahora que se acerca el final, Helton se separa de las potenciales distracciones para sumergirse en su preparación para cada día de juego. Un atleta más sentimental podría abandonar el dugout del Wrigley Field o el Dodger Stadium, absorbería los paisajes y sonidos y sentiría una sensación melancólica por ser su última vez atravesando el terreno. Helton no colecciona memorabilia de batazos importantes en su carrera y alega que no ha pensado en ser coach o locutor en ninguna ambición post carrera.

"La próxima parada es en Miami, y la temporada de caza de palomas comienza el 1 de septiembre", comentó Helton esta semana. "Hasta ahí llego pensando en el futuro. El planificar no es mi fuerte. Voy sin rumbo fijo día tras días, lo cual me ha ayudado mucho en el béisbol".

Quienes han sido testigos del desarrollo de la carrera de Helton creen que estableció estándares tan extraordinariamente altos para sí mismo que nunca disfrutó del juego o de sus triunfos como lo puedo haber hecho, pero Helton difiere. Está cansado de los viajes y la constante separación de su familia, pero los partidos siguen siendo su parte favorita del día.

"Aunque me pongo mucha presión y soy muy exigente conmigo mismo, siempre me encantó", compartió Helton. "Me gustaría poder salir al terreno con una sonrisa en la cara y jugar y actuar como si me estuviese divirtiendo. Podría hacerlo, pero posiblemente no sería tan bueno. Simplemente no es quien soy".
Las mecedoras ceremoniales, discursos conmovedores y ovaciones tendrán que esperar al día en que Helton cruce el umbral del 99 al 100 por ciento de seguridad respecto a su futuro. Desde ahora hasta finales de septiembre, el tour de despedida más silencioso en el béisbol se revolverá en enfocarse en los partidos, nada más. Así es como Todd Helton prefiere hacerlo.