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Las PED's, los fans y la hipocresía

¿Cuál lado prefieren? ¿El de héroe local, o tramposo por drogas? No puedes tener los dos lados. Getty Images

Bartolo Colón fue suspendido 50 partidos el año pasado tras arrojar positivo por consumo de sustancias prohibidas, y luego fue ligado al escándalo de Biogénesis este año. También se fue con récord de 18-6 y efectividad de 2.65 con los Atléticos esta temporada. Y cuando subió a la lomita en el primer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana contra los Tigres el viernes por la noche, los aficionados de Oakland lo vitorearon en señal de apoyo.

Jhonny Peralta fue suspendido durante 50 partidos esta temporada por su involucramiento con el escándalo de Biogénesis. Él también llegó al Juego de Estrellas y bateó para .303 con 11 cuadrangulares y 30 dobles con los Tigres este año. Y cuando se paró en la caja de bateo como emergente en la novena entrada del primero partido, los aficionados de Oakland lo abuchearon de forma vehemente.

Esto, en resumen, captura nuestra postura inconsistente acerca de las sustancias prohibidas. Úsalas para ayudar al equipo local, y eres un héroe digno de ovaciones de pie. Úsalas para el equipo rival, y eres un tramposo, mentiroso, que debería ser suspendido de por vida.

Pero no estoy señalando a los aficionados de Oakland. Sus porras y abucheos no fueron un ejemplo aislado. Después de todo, los aficionados de Detroit vitorearon a Peralta en el tercer juego, y probablemente hubieran abucheado a Colón si él hubiera estado en la lomita. Y es porque todos somos inconsistentes en este tema.

Condenamos a algunos usuarios (Barry Bonds y Roger Clemens) y perdonamos a otros (Jason Giambi y Andy Pettitte), mientras sigan ayudando a nuestro equipo para ganar con cuadrangulares dramáticos y acumulando victorias de postemporada. Grandes Ligas parece que otorga algo menos que la sentencia mínima para algunos jugadores (Manny Ramírez), y a otros les da un castigo excesivo (A-Rod), que deriva en una inevitable demanda. Algunos deportes (béisbol) están sujetos a constantes críticas en la prensa y se convierten en chistes nacionales, mientras otros (fútbol americano), a comparación, parecen recibir perdón constante por uso obvio de sustancias prohibidas.

Es más, nuestras respuestas a menudo dependen de cómo actúe un atleta luego de que arrojó positivo, que haya recibido su sanción y que vuelva a la alineación. Pon estadísticas enormes y te elogiaremos por aprovechar una "segunda oportunidad". Juega de forma pobre y los aficionados locales te acosarán por el resto de tus días.

Nos preguntamos por qué los atletas multimillonarios parecen no entender nunca la lección acerca de las sustancias prohibidas. ¿Pero cómo pueden entender si no les enviamos un mensaje claro?

Cierto, somos de esta forma en la mayoría de los aspectos en el deporte. Los jugadores del equipo local siempre son vitoreados (a menos que se equivoquen en Boston y Filadelfia), y los jugadores visitantes siempre son abucheados. Apoyar a los nuestros y estar en contra de los otros es parte de la diversión en el deporte. Pero este es un tema mucho más serio que si un jugador usa el uniforme de tu equipo o el del rival. Cuando se trata de acusaciones y castigos acerca de las sustancias prohibidas, la inconsistencia no debe ser tolerada.

No podemos ser selectivos. No podemos condenar el uso de sustancias prohibidas a menos que estemos dispuestos a condenar a todos los que sean sorprendidos, y no solamente a los atletas de otros equipos y otros países. (Nuestros deportistas olímpicos siempre están limpios; los campeones olímpicos de otros países están manchados, especialmente si odian a su gobierno). Si no pensamos que esto es terrible cuando uno de nuestros jugadores es sorprendido usando sustancias prohibidas, entonces no deberíamos considerarlo como algo mucho peor cuando un jugador rival es sorprendido.

Será interesante ver cómo reaccionan los aficionados y la prensa de Milwaukee cuando Ryan Braun regrese la próxima temporada. ¿Con insultos? ¿Con perdón? Cualquiera que sea la respuesta, no debe estar basada en su juego o su productividad, y debería ser consistente con la forma en cómo ellos tratan a Peralta o a cualquier otro pelotero relacionado con sustancias prohibidas que llegue a la ciudad.

Los atletas que rompen las reglas son tramposos y mentirosos. Pero los aficionados y la prensa que condenan a algunos, pero perdonan a otros basándose en un poco más que la lavandería que esos jugadores usan es igual de malo. Somos unos hipócritas.