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Continuidad vs. cambio en el clásico

BUENOS AIRES -- Una tercera jornada llena de goles en la UEFA Champions League no pudo ocultar lo que venimos diciendo hace tiempo: la primera fase está, más que nada, para que los equipos grandes calienten motores.

Puede haber algunas dudas y eventualmente algún poderoso quedará eliminado: hoy, la Juventus está en una posición difícil, y entre Arsenal, Borussia Dortmund y Nápoli habrá uno que se quede afuera, pero la hora de la verdad empezará en la segunda fase, con los mejores 16.

Mis cuatro candidatos siguen firmes, y dos de ellos siguen ganando, goleando y gustando: Bayern Munich y Paris Saint Germain tienen puntaje perfecto, por más que no estén en boca de todos como sí lo están los otros dos, Barcelona y Real Madrid.

De hecho, muchos miramos la fecha pensando principalmente en la previa del evento que se lleva toda la atención de la semana: el clásico de España. Un clásico y moderno, porque en los últimos años, de la mano de la rivalidad entre Guardiola y Mourinho y por la cantidad de estrellas que pueblan ambos equipos, se ha convertido en un partido del cual se habla no solamente en España y en Europa, sino en el mundo entero.

Pocas veces se ve un duelo con tantas figuras juntas: el sábado puede que haya en cancha 22 internacionales, y hablamos de jugadores de las principales selecciones del mundo: España, por supuesto, pero también Argentina, Brasil, Alemania, Francia, Portugal...

Claro que los nombres no garantizan el espectáculo. Ni siquiera lo hace la certeza de que habrá un equipo que monopolizará el balón: Barcelona seguramente será dueño de la posesión, pero como sucede muy a menudo e incluso lo vimos esta semana ante el AC Milan, a veces eso hace que el ritmo del partido se vuelva tedioso, con uno que tiene la pelota pero no consigue crearse chances, y otro que sencillamente lo espera agazapado a la espera de su oportunidad para dar el golpe.

Casi le sale bien la apuesta al Milan, que con un conservador 4-5-1 aprovechó un error del Barcelona para que luego Kaká mostrara toda su clase metiendo el pase en el momento perfecto, al lugar preciso (ni un centímetro atrás ni adelante) para que Robinho definiera. Lamentablemente, se equivocó muy rápido perdiendo una pelota que tomó a todo su mediocampo corriendo hacia atrás, y permitió que un Messi que no está aún al cien por cien igualara un partido que, a partir de ahí, no tuvo muchas más emociones.

Justamente, el hecho de que Messi recién esté volviendo de su lesión es lo que le quita al Barcelona esa repentización que tantas veces inclina los partidos a su favor. El fútbol no es como el boxeo, donde se hacen un par de peleas al año y los tiempos de preparación son mucho más extensos. En el fútbol, y sobre todo en el alto nivel que se juega a un altísimo ritmo, parar por 15 días hace que, al regresar, el futbolista no tenga el mismo timing ni la misma sensibilidad.

Si a un Messi en un nivel por debajo del que nos tiene acostumbrados, le sumamos que con rivales tan encerrados, ni Xavi ni Iniesta encuentran esos centímetros extra para meter los pases de alta precisión que dejan a compañeros de cara al arco, entenderemos un poco mejor por qué a veces, por más que el Barcelona se floree con la pelota, el ritmo de sus partidos se vuelve monótono a los ojos del espectador.

Con ese panorama, se vuelve clave pensar en qué planteo hará el Real Madrid de Ancelotti. Pensando en la experiencia de Mourinho, le fue mucho mejor sobre el final de su ciclo, cuando intentó jugar más de igual a igual, que al principio, cuando fue excesivamente respetuoso.

Claro que para eso, Mourinho tuvo que recorrer un camino en el que convenció a sus jugadores de una determinada forma de jugar y le imprimió un estilo a su equipo. Para Ancelotti, ese camino recién empieza: lleva apenas unos meses en el cargo y todavía no consiguió darle su identidad al equipo, si bien en los últimos partidos se ha notado una mejora. Tiene personalidad y experiencia de sobra para hacerlo, pero necesita tiempo: solamente con el correr de los meses se verá al verdadero Real Madrid de Ancelotti.

Ante Juventus, se vio a un equipo muy ofensivo. Habrá que ver si Ancelotti se anima a tanto en el Camp Nou. No creo que, en este momento en el que su equipo está todavía en formación, le convenga salir a jugarle de igual a igual a un Barcelona que, con Martino, mantiene la filosofía y el funcionamiento de los últimos años.

Hoy por hoy, atrás el Madrid luce sólido, aunque si se resigna demasiado a un rol secundario puede pasarla mal. Del medio para adelante, tiene a Di María en un gran nivel y a un Cristiano Ronaldo que no para de confirmar que, de haber nacido en una época distinta a la de Messi, sería sin dudas el mejor del mundo. Pero de quiénes sean sus socios en un esquema que viene cambiando (¿Khedira, Xabi Alonso, Bale?) dependerá cuánto proponga el Madrid en terreno visitante.

Barcelona sabe que tendrá la pelota e intentará hacer lo mismo que tan buenos resultados le dio en estos últimos años. Su talón de Aquiles pasa, como siempre, por cuánto se pueda equivocar atrás. El Milan desnudó, en apenas dos jugadas, que sigue siendo vulnerable. Y el Madrid, como decíamos arriba, tiene jugadores de sobra para exponer esas flaquezas.

Felicidades.