ROMA -- En 1988 el fútbol de la Concacaf se vio conmovido por el caso de "Los cachirules". Así se le llamó al caso de los futbolistas mexicanos Gerardo Jiménez, José de la Fuente, José Luis Mata y Aurelio Rivera, quienes participaron de un torneo regional sub 20 con mayor edad de la reglamentaria, lo que provocó la suspensión de todas las Selecciones de ese país. Debido a este grave incumplimiento de las leyes deportivas, México no pudo jugar las Eliminatorias para la Copa del Mundo 1990. Este hecho, casi de casualidad, hizo posible una de las grandes sorpresas del campeonato jugado en Italia.
La Selección de Costa Rica era reconocida y exitosa en su continente, pero casi nunca había podido lograr triunfar fuera de América central. Por eso la ausencia del gigante representaba una oportunidad de oro para, de una vez por todas, lograr la clasificación al gran torneo. El equipo que dirigía Marvin Rodríguez eliminó a Panamá en la primera fase y luego hizo una campaña extraordinaria en el pentagonal, donde finalizó en el primer puesto. Ganó todos los partidos menos uno (empate con Trinidad y Tobago) y logró el pasaje a su primer Mundial.
Antes de la Copa, la dirigencia costarricense decidió contratar a un entrenador de experiencia en este tipo de torneos. Así, llegó el yugoslavo Bora Milutinovic, quien venía de llegar a cuartos de final del campeonato anterior con la Selección de México. El DT europeo se hizo cargo del Seleccionado poco antes del certamen y se fue después, con toda la gloria.
La base del plantel era el Deportivo Saprissa, campeón nacional en 1988 y 1989. El cuadro morado aportó ocho futbolistas, mientras que Herediano aportó cinco y Alajuelense cuatro. Todos los integrantes de la Selección mundialista se desempeñaban en el fútbol de su país.
Tras el sorteo, muchos pensaron que Costa Rica sería sólo un invitado de lujo a un grupo que también contaba con Brasil, Escocia y Suecia. Sin lugar a dudas, el equipo americano era el más modesto de los cuatro integrantes de la zona C. Sin embargo, la opinión pública cambió muy rápido, ya que en su primer partido los ticos demostraron que no habían viajado a Italia sólo de paseo.
"La selección de Costa Rica jugó el primer partido de su historia en una fase final de Campeonato del Mundo y protagonizó la segunda gran sorpresa de Italia'90, al batir por 1-0 a Escocia gracias a un gol de Cayasso en el que era el primero de los dos remates bien dirigidos de los costarricenses en todo el partido. No se puede negar que Bora Milutinovic preparó con gran esmero este partido". Así relató el diario La Vanguardia de España la gran victoria de Costa Rica sobre Escocia en Génova. El conjunto tico jugó con gran inteligencia, logró administrar muy bien la ventaja obtenida en el inicio del segundo tiempo, y contó con un arquero excelente como Luis Gabelo Conejo. Así, comenzó a forjarse la leyenda tica.
Además, ese resultado generó grandes inconvenientes en Escocia, donde la prensa lanzaba sangrientas diatribas como esta: "¡Paren el mundo, nos queremos bajar! Desastre en Génova. Avergonzados y masacrados por los panaderos y fabricantes de candelas de una república bananera. Francamente apestamos. Escocia fue la carcajada mundial, después de ser humillada por un equipo de desconocidos y semiprofesionales".
En la segunda presentación no hubo lugar para el batacazo, ya que Brasil le ganó 1-0 en Turín con gol de Müller, pero la hazaña terminó de tomar forma en Génova, donde el que quedó de rodillas fue Suecia. "Costa Rica ya había cumplido una especie de cuento de hadas hastael momento y un empate le basta ba para entrar en la leyenda. Pero una victoria in extremis sirvió para confirmarla como una de lás sorpresas de Italia'90. Así, Costa Rica hacía historia, igualando la gesta deportiva que había logrado Colombia un día antes". La prensa europea se rendía ante el equipo de Milutinovic, que triunfó con los goles de Flores y Medford y se metió en octavos de final, donde esperaba Checoslovaquia.
El encuentro disputado en Bari no tuvo equivalencias y los europeos golearon 4-1. Sin embargo, la historia ya estaba escrita. Los técnicos de FIFA afirmaron tras la eliminación: "El magnífico espectáculo de Costa Rica estuvo basado en cuatro elementos: gran capacidad de trabajo, talento, ambición y suerte. (...) Como premio a esto no solo lograron clasificarse para Italia, sino que hicieron gala de una espléndida actuación colectiva, demostrando que el futbol es, ante todo, un juego de equipo".
El diario constarricense La Nación resume mejor que nadie la actuación de este equipo en Italia: "El trabajo fue titánico, aquel junio inolvidable. La hazaña se concretó con un futbol latino, de buen toque, habilidad, sacrificio y buena protección de la pelota. Costa Rica, con sus caudillos del balón, había aprobado su primera presencia en la élite del futbol mundial".