<
>

Brasil-Holanda, el mejor partido

WASHINGTON -- Holanda y Brasil protagonizaron en cuartos de final de la Copa del Mundo de Estados Unidos el mejor partido del torneo, que finalizó en triunfo del equipo sudamericano por 3-2. De esta manera lo comentó el diario español La Vanguardia.


Holanda y Brasil aguardaron a la segunda parte para destapar el tarro de sus esencias. Los suramericanos rompieron a los holandeses de la única forma que lo podían hacer, con jugadas individuales de Romario y Bebeto. Sin embargo, Holanda no estaba muerta y empató el partido. Le hizo a Brasil más goles de los que había recibido en todo el Mundial. Pero un tiro de Branco, desde afuera del área, sentenció.

El partido comenzó con mucho juego en el centro del campo y evidentes precauciones y los primeros disparos a puerta se produjeron como consecuencia del lanzamiento de sendas faltas. A los tres minutos, Branco lanzó desde muy lejos por encima de la portería de De Goey. Dos minutos más tarde fue Koemam, cuyo balonazo golpeó en Jorginho.

Brasil dominaba un poco más el partido, tal vez porque tenía más tiempo el balón en su poder, pero no llegaba con peligro al área de De Goey, el altísimo portero de Feyenoord. Hasta el minuto 15 no hilvanaron una jugada Bebeto y Romario. Bebeto cedió a Jorginho y su centro desde la banda fue rematado por Romario, un poco forzado, y el balón salió fuera.

Brasil, como le había sucedido en los últimos partidos, dominaba más el balón, lo movía con mucha soltura en el centro del campo pero le faltaba profundidad. Una vez más, ponía en evidencia que sólo una genialidad de Romario o Bebeto le podía salcar el partido porque se veía muy difícil hilvanar una jugada.

Conforme se llegaba al descanso, Brasil se fue acercando un poco más a la portería de De Goey, destacando un tiro duro y fuerte de Mauro Silva que salió fuera, una falta peligrosa en el semicírculo del área grande, que Branco estrelló en la barrera, y un cabezazo de Marcio Santos, en postura espectacular, que salió fuera por poco.

Con empate a cero en el marcador se llegó al descanso, después de 45 minutos en los que ambos equipos jugaron con muchas precauciones defensivas, buscando más que no les marcasen un gol antes que hacerlo. Por lo visto, el partido estaba defraudando a las muchas expectativas que se habían levantado.

Sin embargo, el descanso nos dio paso a una segunda parte brillante, de lo mejor visto hasta ahora en este Campeonato del Mundo. La segunda parte cambió con los goles y por la diferente forma de jugar de unos y otros, lanzados ya al ataque de forma clara.

El partido comenzó a cambiar de la única forma en que se podía hacer: pase en profundidad magnífico, de campo a campo, de Aldair a Bebeto, que corre por la banda y centra hacia Romario para que de al balón conforme le venía, alojando el esférico en el fondo de las mallas. Era el 0-1 que obligaba a Advocaat a dar entrada a Roy para reforzar la delantera. Sólo quedaba el gol de Bebeto, quien dio el primer aviso tres minutos después aunque lanzó el balón a la cepa del poste, para marcar más tarde (min. 62) en una jugada extraña porque la defensa se quedó estática pidiendo fuera de juego, lo que aprovechó Bebeto para irse, sortear al portero y hacer el 0-2 que luego dedicó, de forma ostensible, a su hijo recién nacido.

Pero el partido no quedó sentenciado porque dos minutos más tarde de este gol apareció Bergkamp con su clase innata para acortar distancias y seguir dando emoción al marcador. Con el 0-2 estaba el partido resuelto, pero con el 1-2 cambiaba. Había aún partido. Tanto que al filo de la media hora, Winters cabeceó un baló al fondo de las mallas establenciendo el 2-2. Era la primera vez en este Mundial que a Brasil le hacían dos goles en un partido.

Brasil quería retomar otra vez las riendas del partido, pero, ahora, Holanda ya no se rezagaba porque había comprobado con Brasil era vulnerable. Sin embargo, un lanzamiento directo de afuera del área permitió a Branco poner el 2-3 en el marcador a falta de nueve minutos para el final.

Con el marcador en contra, Holanda volvió a la carga en busca del gol del empate, aunque apenas quedaba tiempo. Brasil cerró un poco más sus líneas y buscó el contragolpe, mientras que Holanda jugaba ya a la desesperada. Al final, 2-3. Brasil a semifinales y Holanda, a casa.