WASHINGTON -- Los cinco goles de Oleg Salenko no representaron la única situación inédita ocurrida en el césped del Stanford Stadium de San Francisco el 28 de junio de 1994. No, además del récord goleador del jugador ruso, el camerunés Roger Milla entró en la historia grande de las Copas del Mundo al convertirse en el futbolista más viejo en marcar un gol en dicho campeonato.
Milla, el ícono del fútbol africano, ya estaba retirado antes de Italia 90, sin embargo, el propio presidente de Camerún intercedió para que jugara el Mundial que luego ganó Alemania Federal. Cuatro años más tarde, absolutamente nadie esperaba que el legendario delantero volviera a ponerse la camiseta de los Leones indomables. Sin embargo, su coraje lo llevaron a Estados Unidos y allí volvió a escribir su nombre en los libros.
El día del debut de Camerún, frente a Suecia, Milla tenía tiene 42 años y 29 días, lo que lo convirtió en el jugador más veterano en disputar un Mundial. El irlandés Pat Jennings, quien jugó en España 82 con 41 años, perdía su lugar en los libros.
Nueve días más tarde, con su equipo casi eliminado, el atacante nacido en Yaoundé volvió a ser noticia. En el inicio del segundo tiempo frente a Rusia, Camerún perdía por goleada frente a Rusia y quedaba eliminado en primera fase. Entonces, apareció Roger Milla y marcó el gol del descuento. Así, a los 42 años, 1 mes y 8 días pasaba a ser el futbolista más viejo en marcar un gol mundialista. Ese récord tardará muchos años en superarse, porque hombres con la tenacidad de Milla no nacen todos los días.
Para cerrar, nada mejor que una frase del protagonista de esta historia: "La sonrisa refleja relajación, confianza, alegría de vivir. Eso, además, se transmite también a los compañeros. No se puede jugar con tensión. El que juega sin sonreír es porque ha tenido que forjarse como futbolista, porque ha tenido que trabajar mucho desde pequeño, sin un talento de nacimiento".