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Maradona jugó con el tobillo inflamado

El tobillo de Maradona tras el partido con Rumania Getty Images

Diego Maradona sufrió un duro golpe en su tobillo izquierdo durante el partido frente a Rumania, en la primera fase del Mundial, y debió infiltrarse para jugar el resto del torneo pese a una tremenda inflamación en la zona.

El capitán argentino incluso dio el pase gol para Caniggia en el partido con Brasil tras una muy buena jugada individual, pese al intenso dolor que sintió durante aquel partido y los siguientes.

Después ese duelo, el semanario El Gráfico publicó una foto del diez en la que se veía la forma de su tobillo, con un tamaño que impresionaba por lo enorme, de un radio similar al de una naranja, acompañado por la siguiente leyenda: "Así jugó Diego... (y sin embargo fue Maradona)".

"Sólo un monstruo como él es capaz de salir a la cancha con el tobillo en las condiciones en las que estaba. En eso es ejemplo. Está al 20 por ciento de sus posibilidades y ni se le ocurre desertar", se pudo leer en esa misma edición de la revista.

No fue la única lesión que sufrió el astro en este torneo. Antes del partido frente a Camerún, se lesionó la uña del dedo gordo del pie derecho y ni siquiera podía ponerse los botines para entrenar. Practicaba descalzo y con mal humor, e incluso le advirtió a los gritos a un grupo de periodistas que no se acercaran al foco de dolor mientras abandonaba los entrenamientos.

Tanto en ese partido inaugural como en el partido con Rumania, Maradona sufrió un duro castigo de sus defensores, lo que ocasionó que recibiera inyecciones con calmantes en gran parte del campeonato.

Acerca del tercer juego del grupo, el periodista Juvenal escribió: "Jugó porque su amor propio lo lleva a jugar siempre. Clínicamente no estaba en condiciones de pisar la cancha. Jugó igual. Lo golpearon de entrada, hizo amoestar a dos rivales que saben (Hagi y Lacatus) y siguió en el campo porque un capitán debe siempre dar el ejemplo. Pero no se le podía pedir más de lo que hizo, que fue poco".

El tobillo se hinchó aún más tras aquel encuentro y Diego declaró previo al duelo frente a Brasil, en Turín: "Jugaría hasta enyesado". Estuvo en el césped y logró su obra cumbre del Mundial, que lo llevó a otra declaración exagerada: "Creo que fue el mejor pase de mi vida".