Jerry Crasnick 10y

Béisbol enfrenta una nueva rivalidad

Scott Boras ha negociado más de $5 billones en contratos de Grandes Ligas y construido una agencia de béisbol que es el modelo de la industria. Él ha acuñado las frases "jugador icónico" y "contrato de almohada", ayudó a revolucionar el draft, y declinó invitaciones para aparecer en el show de HBO "Arli$$" porque perpetuaba muchos de los estereotipos negativos acerca de la profesión que adora.

Él ha sido comparado con Lex Luthor, el archienemigo de Supermán, y con Darth Vader, el villano de Star Wars, mientras establece récords en incrementos de decenas de millones. Boras incluso dictó una conferencia en Harvard, una experiencia emocionante para un muchacho que creció conduciendo un tractor en la granja familiar antes de estudiar en la Universidad del Pacífico. Una vez que Boras completó su charla con los estudiantes de la Escuela de Leyes de Harvard, ellos esperaron formados pacientemente para estrechar su mano y obtener algunos consejos profesionales.

"Les dije, 'nunca pude ingresar a Harvard, y ahora que estoy aquí, no puedo salir'", dijo Boras, bromeando.

Pero Boras nunca tuvo una razón para considerarse a él mismo como ícono de la cultura popular hasta dos sucesos que pasaron previamente este año. Un día, sus amigos y clientes le llamaron para informarle que él había sido la respuesta a una pregunta en el programa de concursos "Jeopardy". Y luego, en julio, su nombre apareció en una canción del rapero Shawn Carter, alias Jay-Z. La canción "Crown", incluida en el disco "Magna Carta Holy Grail", incluye la siguiente letra:

"Scott Boras, estás acabado, Robinson Canó, tú te vienes conmigo".

En abril, Canó soltó una bomba, revelando que él había abandonado a Boras y sería representado en sus negociaciones de béisbol por Creative Artists Agency, y en sus compromisos fuera del campo por Roc Nation Sports, propiedad de Carter. Los jugadores de béisbol cambian de agentes de una manera igual de rutinaria como cambian la música con la que se presentan para batear, pero esta transición era más importante que la mayoría. Canó, de 31 años, ha ido a cinco Juegos de Estrellas, tiene promedio de bateo de por vida de .309 y más dobletes (375) de los que Mickey Mantle consiguió en toda su carrera con los Yankees. Con Derek Jeter cerca de cumplir 40 años y Alex Rodríguez deshonrado y también cerca del retiro, Canó podría ser el rostro de la franquicia más renombrada de Grandes Ligas hacia el futuro.

El siguiente gran paso en la carrera de Canó llegará bajo la guía del rapero y emprendedor Jay-Z, que se está expendiendo al campo del deporte como agente certificado con la NBA y Grandes Ligas. Su clientela, todavía pequeña pero imponente, incluye a Kevin Durant, del Oklahoma City Thunder, Skylar Diggings del Tulsa Shock (WNBA) y los jugadores de NFL Víctor Cruz (N.Y. Giants) y Geno Smith (N.Y Jets).

El reto de Jay-Z a Boras dispuso una dinámica fascinante. Por una parte, se tiene a la figura extremadamente ambiciosa y plenamente establecida en el béisbol que ha ayudado habilidosamente a que los dueños se despidan de su dinero desde la administración de Ronald Reagan. Por otra parte, está la figura poderosa de la industria de la música, con un don para convertir todo lo que toca en oro --o platino.

"Ciertamente, es el duelo de titanes", dijo Bob Boland, director académico del Centro Tisch para la Administración Deportiva, que forma para de la Universidad de Nueva York. "No se trata solamente de alguien que ingrese al negocio de los agentes o que abra una oficina. Es alguien que está retando al hombre más grande de la industria, Scott Boras, en su propio modelo.

"La gente percibe al negocio de los agentes como una licencia para imprimir dinero, pero Boras es increíblemente exitoso, porque él tiene clientes con demanda y él aporta mucha habilidad al proceso. No es un negocio donde cualquiera pueda entrar y tener un gran éxito. Él está en ese lugar actualmente, gracias a un arco de 30 años de trabajo. Él es objetivo principal de Jay-Z porque lo que él más quiere es tener a estos talentos de máximo nivel".

Aunque Boras declina opinar acerca de Canó o Jay-Z directamente, él expondrá ampliamente las demandas de la profesión y sus propias credenciales como ex jugador profesional y abogado que ha invertido más de $150 millones en su negocio. Él pasa mucho tiempo de viaje, observando partidos de béisbol y consumiendo comida rápida, y ha construido una base de datos tan llena de información que él necesita almacenarle en una habitación con una temperatura de 50° F para mantenerla fresca. Boras cree que representar a jugadores de Grandes Ligas requiere un grado de entrenamiento y experiencia que son mejor adquiridas al involucrarse completamente.

"Yo vivo lo que hablo", señaló Boras. "Nuestra filosofía como compañía es, 'Somos béisbol, 24/7'. Todo lo que hacemos está relacionado con el rendimiento de un jugador, su durabilidad y el compromiso con su equipo y su carrera. Todos los dueños me conocen. Me pueden llamar por la noche, y saben que no estoy hablando con un jugador de hockey, básquetbol de fútbol americano. Quiero poder sentarme con los dueños y gerentes generales y decirles, 'Mi vida es tu vida --compromiso total a un juego'. Eso es lo que hacemos".

¿Dónde deja eso a Jay-Z o a cualquier otra persona que intente ver la representación de atletas como un proyecto de vanidad o una actividad paralela a otra proyección? Tómense la libertad de sacar sus propias conclusiones.

"Si Steven Spielberg entrara al Centro Médico de USC y dijera, 'quiero ser neurocirujano', no le darán un bisturí", afirma Boras.

¿Una fuerza creciente?

Mediante sus representantes de prensa de Roc Nation, Jay-Z declinó comentar para esta historia. Los agentes en CAA también declinaron opinar, canalizando a ESPN.com a las declaraciones efectuadas durante el anuncio inicial de la sociedad con Jay-Z. En una entrevista con MLB.com en abril, Brodie Van Wagenen, de CAA, un ex jugador de Stanford que ha sido considerado como uno de los prospectos más prometedores de la industria, llamó a la alianza con Roc Nation una "colaboración auténtica", y dijo que Jay-Z estaría "seriamente involucrado" en las negociaciones contractuales de Canó.

CAA es un grupo formidable por sí solo, con una multitud de servicios para proveer y una de las clientelas más estelares en el béisbol Pero la firma ha dejado su huella más grande al negociar las extensiones de contrato para jugadores antes de que lleguen a la agencia libre más que con los jugadores en el mercado libre. La lista de pilares de la compañía incluye al receptor de los Gigantes de San Francisco Buster Posey ($167 millones) y al lanzador Matt Cain ($127.5 millones), al jardinero de los Cerveceros de Milwaukee Ryan Braun ($105 millones), al tercera base de los Nacionales de Washington Ryan Zimmerman ($100 millones), al jardinero de los Orioles de Baltimore Adam Jones ($85.5 millones) y al jardinero de Dodgers de Los Ángeles Dodgers Andre Ethier ($85 millones).

Van Wagenen estará ostensiblemente en las líneas frontales, negociando e intercambiando cifras con los ejecutivos respecto a Canó, pero las dinámicas internas de la sociedad siguen siendo un misterio. ¿Jay-Z estará monitoreando cada paso del proceso o se involucrará al final? ¿Dará su opinión como parte de un esfuerzo colectivo o será el que dé las órdenes? ¿Y qué tanta aportación recibirá Jay-Z del presidente de Roc Nation Juan Pérez o de Rich Kleiman, quienes también han sido certificados como agente de béisbol por la asociación de jugadores?

Jay-Z ya ha ejercido su influencia al reclutar atletas y deslumbrarlos con atención personal desde su llegada. En mayo, le dio a Diggins un Mercedes-Benz como regalo tras graduarse de Notre Dame. Y recientemente, fue noticia por ser el anfitrión de una sofisticada fiesta de cumpleaños para Canó en Antwerp, Bélgica, donde se consumieron múltiples botellas de champaña Armand de Brignac Ace of Spades. Cuando Canó recibió un reloj valuado en $33,900 como parte de las festividades, eso prendió las alarmas entre los otros agentes y las personas de la asociación de peloteros que diseñaron las regulaciones de los agentes en este deporte.

A pesar del glamour y la ostentación, sería un error menospreciar la visión de brillantes de Jay-Z como hombre de negocios. Él ha vendido aproximadamente 50 millones de álbumes en todo el mundo, ganado 17 premios Grammy y tiene una fortuna valuada en $500 millones.

"Él es multimillonario y mega exitoso", dijo un prominente agente de béisbol que solicitó el anonimato. "Él probablemente ha negociado sus propios contratos con los ejecutivos de las disqueras, que son más despiadados que cualquier gerente general de un equipo de béisbol. Si quieren hablar de enormes negocios –eso es un negocio enorme.

"Esto no tiene mayor ciencia. La gente en CAA ha invertido mucho tiempo en esto, y conoce cada variable de cada contrato elaborado. Tienen esa plantilla delineada. Seguro, existen ciertas matices para negociar en este ambiente, y Jay-Z no tiene ninguna de ellas, pero no creo que él vaya a tener problemas para que le regresen las llamadas".

Para los periodistas y ejecutivos de los equipos que se estuvieran preguntando, la agenda de Jay-Z parece que no le permitirá asistir a las reuniones invernales de Grandes Ligas en Orlando, Fla., en diciembre. Esa semana, él estará en Los Ángeles, Fresno y San José, Calif., como parte de su gira "Magna Carta World Tour" así que las posibilidades para que él rente una suite en el Walt Disney World Swan and Dolphin Resort y haga una aparición sorpresa con su esposa, Beyonce, son remotas.

¿Imán de patrocinios?

Hay mucho en juego para Canó. Fuentes señalan que él buscaba un contrato de 10 años y $310 millones durante el verano, mientras que los Yankees pensaban en algo más parecido al acuerdo de Joe Mauer con los Mellizos de Minnesota, por ocho años y $184 millones. Ese es un margen considerable, y aunque el dinero parezca enorme para el público en general, tengan por seguro que los agentes competidores tomarán nota si Jay-Z se queda corto en las expectativas.

"Veo ocho años y $200 millones como el contrato más grande que se pueda imaginar para Canó", dijo Boland. "Pero los agentes rivales le jurarán a cada cliente que cualquier cosa por debajo de $300 millones es un fracaso. Y lo harán con alegría".

Canó, cuyo cambio con Jay-Z fue predicado en parte para fortalecer sus oportunidades de patrocinios fuera del campo, ya obtuvo un acuerdo regional de mercadeo con Pepsi bajo sus nuevos representantes. Pero el panorama general para los jugadores de béisbol sugiere que sus oportunidades futuras serán limitadas. La lista 2013 de los 100 atletas más ricos incluyó a 27 beisbolistas, de la A (Adrián González) a la Z (Barry Zito). Ellos ganaron de manera combinada un total de $564 millones en sueldos el año pasado, y $28 millones en patrocinios, con Jeter e Ichiro Suzuki acumulando aproximadamente $15 millones de ese total.

Kobe Bryant, en contraste, ganó $28 millones en salario y $34 millones en patrocinios, mientras que LeBron James ganó $18 millones en sueldo con el Miami Heat y $42 millones en ingresos fuera de la duela. Aunque Mike Trout, Bryce Harper y algunas de las figuras jóvenes del béisbol definitivamente tienen potencial como voceros, la exigencia diaria del deporte y el demográfico de aficionados del béisbol que envejece parecen contradecir la noción de que Canó puede ser la mina de oro como producto de patrocinios.

Boras, cuya compañía tiene un área de mercadotecnia que negoció un acuerdo de televisión nacional para Harper con GEICO, dice que las demandas de la temporada de béisbol hacen imperativo que los jugadores pongan sus prioridades en orden.

"La mercadotécnica es completamente distinta en el béisbol de lo que es para una modelo, un músico o incluso un jugador de básquetbol o fútbol americano", señala Bordas. "Requiere conocimiento enorme de la industria y del jugador para hacerlo correctamente. Si no lo haces correctamente, cualquier cosa que hagas en mercadotecnia servirá como una pérdida de cientos de millones de lo que un jugador puede ganar contractualmente".

En otras palabras, si Robinson Canó está tan agotado por perseguir patrocinios que batea .240, Madison Avenue perderá interés rápidamente. La temporada de béisbol es tan desgastante, que muchos de los jugadores no tienen el apetito para sesiones fotográficas de todo el día en enero. Ellos preferirían pasar sus días libres cazando, jugando golf o compensando el tiempo perdido con sus familias.

"Tengo cuatro hijos, y realmente no estoy interesado en patrocinios", dijo el jardinero de los St. Louis Cardinals Matt Holliday, un cliente de Boras desde 2005. "Scott tiene un gran equipo de mercadotecnia, y ellos te dicen que pueden obtener un poco de dinero adicional, pero lo que siempre enfatizan es 'Puedes ganar mucho dinero como un gran jugador de béisbol, así que preocúpate por ser el mejor pelotero que puedas'. Ellos no necesariamente quieren a sus clientes viajando por todo el país grabando comerciales en el receso de campaña. Esa es una gran oportunidad para trabajar en tu juego y tu cuerpo, y asegurarte que resistirás 162 partidos al máximo nivel".

No está realmente "acabado"

A pesar de la incursión de Jay-Z, la clientela de Boras va desde estrellas de alto perfil a prospectos prometedores en ascenso. Prince Fielder tiene un contrato de $214 millones con Detroit, y Holliday, el jardinero de los Nacionales, Jayson Werth y el parador en corto de Texas Elvis Andrus están en el club de las nueve cifras. Al otro extremo del espectro, Boras representa a Mark Appel, Kris Bryant y otras selecciones de primera ronda que se están desarrollando en sucursales.

Entre esos dos extremos, hay una variedad de talento para que Boras siga generando ingresos hasta más allá del año 2020. Él representa a Matt Harvey, Stephen Strasburg, Jose Fernandez, Harper, Carlos González, Chris Davis, Gerrit Cole, Hyun-Jin Ryu, Max Scherzer, Jacoby Ellsbury, Shin-Soo Choo, Domonic Brown, Eric Hosmer, Mike Moustakas, Matt Wieters, Carlos Gómez, Trevor Rosenthal, Austin Jackson, Pedro Álvarez y Nolan Arenado, entre muchos otros.

El objetivo principal de Jay-Z quizá sea muchas cosas. Pero alguien "acabado" no es.

Sin embargo, Boras está chapado a la antigua. Incluso los directivos que podrían mostrar su disgusto con la mirada cada que escucharan sus sermones económicos, no cuestionarán su preparación o su disposición para enfrentar a los peloteros y retarlos si se niegan a comprometerse con su oficio.

Eventualmente, algunos jugadores terminan decepcionándose de Boras, por varias razones. Quizá excedió los límites mientras esperaba un acuerdo en febrero que nunca se materializó. O un jugador que no necesariamente sea una estrella podría tener sus llamadas devueltas por uno de los lugartenientes de Boras en lugar de que las responda el hombre a cargo. Hay un chiste entre algunos directivos que los clientes de Boras de menor nivel son degradados a la "División Mike Fischlin", en referencia a uno de los agentes de la compañía.

Mark Teixeira, quien dejó al grupo de Boras en 2011, tres años después que Boras le consiguió un contrato de $180 millones con los Yankees, habló de la decisión de Canó para marcharse con CAA y Roc Nation, durante una entrevista con el New York Daily News en abril.

"Todo mundo sabe que a Scott le gusta controlar todo", dijo Teixeira. "Él tiene en su negocio servicios que cuidan las finanzas, rendimiento deportivo, rendimiento mental. Todo lo que posiblemente tengas que hacer, él se encarga de eso –si así lo decides. No necesariamente beneficia a todos los jugadores. Algunos necesitan eso, otros quieren eso, pero aquellos jugadores que quieren tener el control de sus propias vidas y tomar sus propias decisiones, entonces él no es el ideal".

Sin embargo, muchos de los clientes longevos de Boras confían plenamente en él, por su atención a los detalles Él tiene dos institutos para la preparación deportiva, psicólogos deportivos en su staff y varias personas de confianza –más notablemente Jeff Musselman, Scott Ciamparino, Fischlin y Mike Fiore --quienes fueron de jugar a ser agentes, y han estado con este grupo durante años.

Dos clientes de Boras, Holliday y Álvarez, hablaron ampliamente con ESPN.com acerca del impacto que Boras ha tenido en sus carreras, e intentaron desacreditar ciertas nociones ampliamente conocidas acerca de Boras y su metodología.

Idea errónea # 1: Sólo se trata acerca del dinero.

Holliday recuerda una reunión con Boras durante un viaje a Los Ángeles en mayo. Él bateaba un respetable .270 con seis jonrones, pero él se sentía molesto e incómodo con su swing y su metodología. Boras llegó a la cena con notas de conversaciones previas con Holliday y montones de información que mostraban cómo actuaba Holliday cuando expandía su zona de strike y le hacía el swing a las pelotas en la esquina interna del plato. En el fondo, Boras es un cerebrito del béisbol al que le encanta hablar acerca de "arrastrar el bat" y "planos del swing" de la misma forma como del valor de franquicias y las ramificaciones del impuesto de lujo.

"Pienso que hay una idea errónea de que a Scott le encanta hacer estos contratos enormes para burlarse de los dueños", afirma Holiday. "Su pasión, y lo que él disfruta realmente, es el contacto personal, el uno a uno, tener la charla de 'Sentémonos y encontremos una forma para que tengas la mejor carrera posible, por el mayor tiempo posible'. Él me envía mensajes de texto a media noche, y yo pienso '¿Él nunca duerme?', su mente gira todo el tiempo".

Idea errónea #2: Boras tiene un control excesivo sobre sus jugadores, y ellos esencialmente trabajan para él, en lugar de que sea al revés. Ha sido perpetuado por historias de los gerentes generales que se preguntan si sus ofertas a los agentes libres fueron transmitidas totalmente, o los directores de scouteo que quieren hablar directamente con sus principales selecciones del draft, pero que descubren que ellos misteriosamente cambiaron sus números de celular.

No hay duda de que Boras controla más que otros agentes. Pero Holliday, quien firmó un acuerdo por $120 millones con San Luis en 2010, dijo que él tomó las decisiones en el proceso, mientras Boras constantemente le actualizaba acerca de sus opciones.

"Le pago a Scott para que trabaje para mí y mi familia", señala Holliday. "Pienso que la mayoría del tiempo, el jugador se va por más dinero. Pero que la gente asuma que Scott simplemente presiona a los jugadores para que tomen el contrato más alto y no les de otras opciones, me parece ridículo.

"Hubo un par de ciudades donde le dije a Scott, 'No quiero ir ahí'. Batallamos y le advertí, 'Te voy a retorcer el cuello'. La gente pierde la perspectiva de que los jugadores son los que toman sus propias decisiones. Es tu vida y tu carrera, y tienes que vivirla".

Álvarez, seleccionado como el número 2 global por Pittsburgh en 2008, procedente de Vanderbilt, no firmó sino hasta agosto de ese año y fue criticado por presuntamente ser ambicioso o alguien que quería más de lo que merecía. Pese al daño colateral, él reflexiona de su experiencia y dice que él estaba "Controlando al 100 por ciento su destino" y desarrolló fe y confianza absoluta en los juicios de Boras.

Algunos scouts y ejecutivos muestran con la mirada su incomodidad cando Boras, un ex segunda base de Ligas Menores con los Cardenales y Cachorros, usa el discurso de "Yo jugué este deporte". Pero eso le dejó una impresión a Álvarez.

"Él tiene a ex jugadores trabajando con él que saben lo que es irse sin hit durante dos semanas", afirma Álvarez. "Ellos saben qué se siente el no poder lanzar un strike o ejecutar un lanzamiento cuando quieras. Esa familiaridad para identificarse con el jugador es enorme.

"Es uno de los intangibles que ellos pueden ofrecer. Cuando hablas con la gente en la compañía que han jugado y les expresas tus sentimientos, tu angustia o lo que sea, me consta que hay una persona al otro lado de la línea que ha pasado por lo mismo por lo que estás atravesando. ¿Y saben qué? Probablemente tendrán una buena respuesta para ti".

El Gran Contrato espera

Las dinámicas de la aventura de Canó como agente libre se desarrollarán en las próximas semanas. Inicialmente, los analistas de medios predijeron que el cambio de agente de Canó facilitaría volver a Nueva York porque CAA y Roc Nation serían mucho más flexibles que Boras para firmar una extensión. Siete meses después, Canó están en el mercado libre y un nuevo grupo de preguntas han surgido.

¿Jay-Z y su grupo redujeron la ventaja de Canó por hacer tan inminente que él quiere quedarse en Nueva York para sacar ventaja de sus oportunidades de mercadotecnia? ¿Y si los Yanquis no tienen razón para creer que Canó estaría interesado en jugar para los Vigilantes, Orioles o algún otro club, no deberían tener mano firme e invertir el dinero que se ahorren con Canó en el pitcher sensación japonés Masahiro Tanaka o el jardinero agente libre Carlos Beltrán?

Si los Yankees le temen a la posibilidad de que Canó se marche a otra parte, ellos están haciendo un gran trabajo para ocultarlo. En una entrevista con Bloomberg Television en septiembre, Randy Levine, presidente del equipo, dejó en claro que hay límites acerca de lo que el equipo desea gastar en Canó o en cualquier otro jugador.

"Nadie es un jugador para 'firmar al precio que sea'", señaló Levine.

El próximo contrato de Canó tiene grandes ramificaciones para los Yankees, para los futuros agentes libres estelares y los hombres que negocien los contratos. Si Jay-Z consigue ese acuerdo millonario, daría pie a más Robinson Canós en un futuro. Si el trato de Canó es ligero, él tendrá cosas qué comprobar dentro de la industria.

Boras, mientras tanto, es visto bajo un reflector totalmente nuevo por algunos de sus jugadores desde la salida al mercado de "Crown".

"Le llamé y le dije, '¿Estás en una canción de rap?' Finalmente eres alguien", bromeó Holliday.

Cuando en este invierno, Boras maneje hacia su oficina en Newport Beach, Calif., o cuando salga de ella, conversando con los gerentes generales acerca de Ellsbury, Choo o Stephen Drew, él quizá ponga un CD del ex jardinero de los Yankees Bernie Williams, un cliente de muchos años que ha logrado una carrera exitosa como guitarrista de jazz. Fuera de un poco de Luther Vandross por aquí, y un poco de Robin Thicke por acá, él admite que su conocimiento musical es relativamente limitado.

Jay-Z quizá apunte hacia su imperio, pero él planea seguir como siempre.

"Yo intento cantar en la regadera", señala Boras. "Y soy bastante malo".

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