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El coleccionista

Vettel festejó en Bélgica, Italia, Singapur, Corea del Sur, Japón, India, Abu Dhabi y ahora en Austin AP

BUENOS AIRES -- El hambre intacta aunque el campeonato sea suyo desde hace tiempo. Con el insaciable apetito de los grandes, Sebastian Vettel hilvana triunfos como cuentas de collar. Son 12 en el año pero, más sorprendente aún, ocho en fila. El alemán, el cuádruple campeón más joven de la historia, el único que obtuvo sus primeros cuatro títulos de manera consecutiva, consiguió un nuevo récord con la seguidilla que incluye Bélgica, Italia, Singapur, Corea del Sur, Japón, India, Abu Dhabi y Austin. Vettel marcha invicto desde que la Fórmula Uno retomó su temporada luego del receso del verano boreal: triunfó en las ocho competencias corridas.

Vettel no le aportó más matices al Gran Premio de Estados Unidos que unas cuantas vueltas veloces aún cuando no le hacían falta, y que pusieron nervioso al plantel de ingenieros del equipo campeón. No se podía esperar mucho más de número 1. Desde la pole position, el alemán mantuvo su lugar de privilegio pese al ataque de Romain Grosjean camino a la primera curva, manejó el ritmo y sólo perdió el liderazgo cuando cumplió con su única parada en boxes. Seb ganó por primera vez en Estados Unidos, donde debutó en 2007 -en el circuito mixto de Indianápolis- como sustituto del lesionado polaco Robert Kubica en el equipo BMW.

La controlada degradación de los neumáticos y la temperatura en la pista texana de Austin permitieron que la mayoría decidiera parar sólo una vez en boxes. Eso quitó uno de los ingredientes que podía aportar la penúltima fecha del año. Detrás de Vettel, único sitio para buscar emociones, Lewis Hamilton trató de mantener a raya a Mark Webber mientras pudo, pero el australiano lo pasó en la 13ª vuelta, al final de la recta larga y por afuera, justo cuando los neumáticos del inglés empezaron a languidecer.

Webber, cuya campaña mundialista concluirá en Brasil con la temporada, nunca estuvo cerca de pelear por la victoria. En clasificación perdió buena parte de sus chances, cuando un error en la última curva le costó la pole position. En la largada, habitualmente su punto más flojo, fue superado por Grosjean y Hamilton. Si bien pudo con el campeón 2008, jamás logró darle alcance al francés nacido en Suiza. Webber, quien aún no ha ganado este año a pesar de la docena de victorias de su compañero, se arrimó cerca del final pero ya no tenía tiempo ni resto para pasar al Lotus.

Grosjean se metió como cuña entre los mejores autos del Campeonato Mundial, como ha ocurrido en buena parte de la segunda mitad de temporada. En cambio, su flamante compañero Heikki Kovalainen no consiguió sumar. El finlandés fue convocado de apuro ante la baja de Kimi Räikkönen, quien decidió someterse a una operación en la espalda para corregir dolores persistentes. El campeón 2007 dio por concluido su año mientras se prepara para correr con Ferrari en 2014, y mientras espera que Lotus le pague todos los salarios adeudados correspondientes a 2013. Kovalainen, quien durante buena parte del fin de semana usó la ropa interior ignífuga de Räikkönen, cerró una buena clasificación pero penó en carrera. Una larga detención que incluyó el cambio del alerón delantero lo quitó de la decena que anota puntos.

El español Fernando Alonso sacó el mayor rédito posible de la lenta Ferrari F138. Luego de una intensa lucha con el alemán Nico Hülkenberg, el asturiano logró emerger entre los cinco primeros como para mantener a Ferrari en la lucha por el segundo lugar en la Copa de Constructores. La Rossa perdió terreno con Mercedes, que sumó con sus dos autos gracias a Hamilton y el alemán Nico Rosberg.

Apenas días después de saber que McLaren no le renovará contrato para 2014, el mexicano Sergio Pérez mostró sus condiciones en la carrera más cercana a casa. La organización calculó que unos 30.000 mexicanos cruzaron la frontera para ver a sus pilotos y Checo devolvió la gentileza con un plausible séptimo lugar, a pesar de los problemas de calentamiento de los neumáticos traseros que padeció el McLaren y que le quitaron ritmo para pelear con Alonso y Hülkenberg. El tapatío Pérez jamás perdió las ganas, un rasgo que comparte con los más grandes. Y no es poco.