JOHANNESBURGO -- Por primera vez desde Chile 1962, más de dos futbolistas finalizaron como máximos goleadores de una Copa del Mundo. En Sudáfrica, el alemán Thomas Müller, el español David Villa, el holandés Wesley Sneijder y el uruguayo Diego Forlán sumaron cinco tantos cada uno. Sin embargo, el botín de oro debe llevárselo un sólo futbolista y por eso se tomaron en cuenta las asistencias. En este aspecto, Müller sacó ventaja y por eso se quedó con el premio.
El delantero de Bayern Münich dio tres pases-gol, contra uno de sus tres adversarios. Así, además de haber sido elegido como el mejor jugador joven del torneo, se quedó con el reconocimiento al máximo artillero.
El homónimo del gran Gerd, uno de los grandes goleadores de todos los tiempos, convirtió su primer tanto en el debut del Seleccionado teutón, frente a Australia a los 23 minutos del segundo tiempo. Ese fue su único grito en la primera fase. En octavos de final fue el encargado de liquidar a Inglaterra, ya que en sólo tres minutos le marcó el tercer y cuarto gol.
Frente a Argentina en cuartos de final abrió el marcador de lo que luego sería una goleada 4-0 histórica y su último festejo fue en el partido por el tercer puesto, contra Uruguay.
"Es un premio para la posteridad. Una gran confirmación al trabajo realizado en este último año y, desde luego, es todo un honor compartir tal distinción con jugadores de la talla de Beckenbauer o Pelé. Pero también demuestra que Alemania está cultivando con éxito jóvenes valores. Por eso quiero dar las gracias a mis preparadores del Bayern de Munich y de la Selección Alemana, así como al seleccionador, que ha confiado en mí plenamente. Me lo he pasado en grande jugando con mis compañeros", afirmó el Botín de oro tras la Copa del Mundo.