<
>

Crónica de una muerte anunciada

Se agota la temporada de Víctor Cruz y sus Giants sin posibilidad de acceder a postemporada. AP

NEW YORK -- Cuando los New York Giants se enfrenten a los Seattle Seahawks el próximo fin de semana en MetLife Stadium, Víctor Cruz se hallará en una posición desconocida en sus cuatro años de carrera, jugando en un partido donde su equipo ya quedó matemáticamente eliminado de la postemporada.

Y es que por primera vez desde que Tom Coughlin fue nombrado entrenador en jefe de "Big Blue" en el 2004, los Giants quedaron fuera de los playoffs con tres partidos restantes de la campaña regular de la NFL.

"No es algo usual para mí, pero al igual que cualquier otra época del año, hay que seguir teniendo el mejor desempeño posible y mantener una actitud positiva y simplemente jugar al fútbol americano", señaló el receptor puertorriqueño en una rueda telefónica con la prensa neoyorquina. "También hay que saber disfrutar de estar ahí fuera en el campo, porque nunca se sabe lo que podría suceder más adelante. Hay que terminar la temporada fuerte, mantenernos saludables, hacer las cosas bien desde el punto de vista deportivo y apreciar el momento que tenemos juntos".

Cabe destacar que el fin de la temporada azul no fue sorpresa para nadie; todo era cuestión de tiempo.

New York perdió seis partidos al hilo para iniciar la campaña 2013, arrancando con marca de 0-6 por primera vez desde que el equipo de 1976 perdió sus primeros nueve juegos consecutivos, una deplorable caída para una franquicia que ganó el Super Bowl hace apenas dos años.

Los Giants luego despertaron la llama de la esperanza entre sus aficionados al ganar cuatro partidos seguidos, pero una derrota en casa ante Dallas el 24 de noviembre hizo el final sólo una cuestión de tiempo.

Y el augurado desenlace llegó el domingo en San Diego, donde una humillante derrota 37-14 ante los Chargers, combinada con el triunfo de los Philadelphia Eagles sobre los Detroit Lions y de los San Francisco 49ers sobre los Seattle Seahawks, descartó cualquier oportunidad de ganar la división u obtener un boleto comodín, no que realmente hubiese existido la oportunidad.

Con los Giants fuera de los playoffs por cuarta vez en las últimas cinco temporadas, todos los rumores giran en torno al posible despido de Coughlin y a los muchos cambios necesarios en el roster y el cuerpo técnico, lo cual Cruz calificó como asuntos fuera de su control.

"Sólo puedo preocuparme por mí mismo en cuanto a ese tipo de cosas se refiere. Hay una oficina que toma todo ese tipo de decisiones y no tengo ni idea de qué podría suceder", dijo el receptor de 27 años. "Siempre que inicia la temporada esperas lograr cosas buenas en equipo y esperas continuar haciéndolo cada temporada y a través de los playoffs, por lo cual todo esto es obviamente decepcionante".

Con nada por jugar, Cruz evocó las palabras de sus compañeros de equipo y del entrenador Coughlin de que lo único que queda por hacer es terminar la campaña con la frente en alto haciendo un buen papel en los tres partidos restantes contra Seattle, Detroit y Washington Redskins.

"El orgullo siempre debe servir como motivación, pero en este momento es todo lo que nos resta por jugar, por nuestro orgullo y carácter. Tenemos gran carácter en este equipo y vamos a dar el máximo en cada juego hasta que termine la temporada".

Cruz agregó que una victoria en casa sobre los Seahawks, quienes con marca de 11-2 ya poncharon su boleto a playoffs en lo que ha sido la mejor temporada en la historia de la joven franquicia, podría servir como bálsamo para el espíritu neoyorquino en el camerino tras la eliminación.

"Pondría una sonrisa en nuestra cara y nos recordaría que cuando jugamos a nuestro mejor nivel podemos ganarle a cualquier equipo de la liga, y al mismo tiempo nos daría a entender que es algo que podríamos haber logrado todo el año si hubiésemos hecho las cosas correctas", concluyó el boricua.

El mismo Coughlin se refirió al partido del domingo contra Seattle como uno de importancia para el orgullo de la franquicia, pero destacó que ésa ha sido la mentalidad a través de toda la temporada y que continúa enfocado en las tres semanas restantes y no en el futuro.

"No hay duda sobre el hecho de que vamos a estar motivados por la naturaleza del equipo que va a venir aquí, pero tratamos de estar motivados e inspirados para cada equipo cada semana", señaló el coach que llevó a Eli Manning y al resto de sus pupilos a victorias en los Super Bowls XLII y XLVI.

"El factor orgullo es la clave siempre y la competitividad nunca cambia. Nos quedan tres partidos y vamos a tratar de jugar al máximo y tomar las cosas una a la vez, y luego, al final de esta temporada vamos a reflexionar, pero ahora no es el momento".