Julio Lamas 10y

Los bases de la selección

BUENOS AIRES -- Este 2014 presenta un calendario cargado para la selección argentina de básquetbol, con competencia en los Juegos Odesur, el Campeonato Sudamericano y la Copa del Mundo. En ese contexto decidí trabajar prioritariamente con cuatro jugadores en la posición de base. Ellos serán Pablo Prigioni, Facundo Campazzo, Nicolás Laprovittola y Juan Fernández.

Hoy Prigioni es el dueño del puesto y sería reiterativo si explico los méritos que ha hecho en todos estos años para ganárselo. Lo de Pablo está fuera de todo análisis.

Al mismo tiempo, los otros tres también hicieron cosas positivas. Aunque quiero aclarar que ya no son más "los pibes" y no deben ser tratados como tales, ya que hoy que cuentan entre 22 y 23 años. Es cierto que todavía tienen proyección, pero ellos ya cumplieron un proceso en diferentes torneos de conocimiento del puesto de base y de las obligaciones que exige conducir a la selección argentina. Es hora de exigirles que se consoliden y que ofrezcan un rendimiento de adultos.

¿Por qué digo que no son más pibes? Porque tanto Campazzo como Laprovittola llevan un tiempo conduciendo equipos profesionales de alto nivel, mientras que a Fernández, que hizo el camino largo por su formación universitaria, ha jugado profesionalmente los dos últimos años y ganó experiencia

Para los tres será positivo que compartan entrenamientos y partidos con Prigioni, que es un maestro en el puesto y del que tienen mucho por copiar, en 2014, año que posiblemente termine siendo su último en la selección.

Los tres tendrán una nueva oportunidad de crecimiento dentro del equipo nacional y yo confío en ellos.

En Campazzo, porque confirmó que puede jugar en la selección mayor. Tiene virtudes, cree en él y demostró su capacidad. Es una realidad, por lo que este 2014 puede dar otro paso adelante en su carrera.

En el caso de Laprovittola, por estar viviendo una gran experiencia, jugando como extranjero en Brasil, lo que significa una mayor exigencia, en una liga que está al nivel de la de Argentina. Sin embargo, lo hace en un equipo con aspiraciones como Flamengo, en el que hay una demanda de rendimiento diario. Es alentador que esté jugando muy bien y demostrando su potencial.

En cuanto a Fernández hay que observar que eligió el camino más largo, al formarse en el básquetbol universitario norteamericano. Eso le permitió una educación personal y deportiva valiosa. Tras su paso por Italia, y su reciente incorporación a la Liga Nacional, podrá recortar la ventaja en "oficio" que los otros dos le sacaron.

La buena relación que existe entre estos tres jugadores y la forma sana con que compiten por el puesto, con la máxima intensidad, exigencia y lealtad, es un valor agregado. Y eso es lo mejor que le puede pasar al Alma de esta selección para que construya su propia historia.

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