Martín Urruty 10y

Black Jack

Hace tiempo, ya anciano, John Arthur Brabham ensayó una mueca de malicia y soltó la sentencia: "Mi gran objetivo ahora es morir sin enemigos en este mundo. Voy a vivir más que esos desgraciados". Y vivió hasta los 88 años.

Sir desde 1979, Black Jack por su pelo oscuro y carácter taciturno, parco en sus tiempos de corredor esforzado, murió en su casa de Gold Coast, Australia. Su nombre debe ir acompañado del rótulo de leyenda, bien ganado por cuanto hizo como piloto y constructor. Jack Brabham debutó en Fórmula Uno cuando todavía corría Juan Manuel Fangio y fue contemporáneo de Stirling Moss, Graham Hill, Jim Clark y Jackie Stewart. Quizá por eso a menudo el reconocimiento mayor le fue retaceado. Él creía que ello ocurría por no haber sido lo suficientemente simpático con los periodistas.

Brabham, el único piloto que ganó un título mundial empujando su coche y el único campeón al mando de su propio auto, fue mecánico antes que corredor. Jack había nacido el 2 de abril de 1926 en Hurstville, cerca de Sidney. Era nieto de un inmigrante inglés. Su padre tenía un almacén de comestibles y venta al por mayor, y no tardó en enseñarle a manejar. A los 12 ya conducía y a los 15 empezó a trabajar en un taller mientras pasaba las tardes estudiando en la escuela técnica de Hurtsville. Aunque quería ser piloto de avión, sirvió dos años como ingeniero de los Beaufighters en la Real Fuerza Aérea Australiana incluso en el final de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde montó un pequeño taller de reparación de motores y así conoció a Johnny Schonberg, quien corría en midget en circuitos de tierra. El retiro de Schonberg, a instancias de su esposa, propició el debut de Brabham. Después de algunas instrucciones y unas pocas pruebas, ganó tres carreras en la noche de su debut, en Sydney Showgrounds.

En aquel tiempo iniciático se cruzó también con el diseñador Ron Tauranac, con quien trabó una relación que seguiría hasta la Fórmula Uno. Volcado a las carreras de autos, Brabham cayó en desgracia con las autoridades australianas porque pintó publicidad en su vehículo. Corrió entonces en Nueva Zelanda y allí fue invitado para que compitiera en Gran Bretaña, donde no tardó en destacarse. Nunca fue un talentoso, sí un trabajador impenitente. No sobresalía por su habilidad natural, sí por su tozudez y persistencia. Tampoco tomaba riesgos excesivos: sabía hasta dónde podía exigir a su coche. John Cooper, en cuyo equipo Brabham compitió durante seis años, supo describirlo como un brillante ingeniero que corría con la cabeza: "No hay que decirle qué táctica usar, sólo mantenerlo informado de lo que ocurre en carrera y dejarlo actuar como mejor le parezca".

Brabham ganó su primer título, en 1959, empujando el auto. Llegó a la última carrera, el Gran Premio de Estados Unidos en Sebring, peleando la corona con Stirling Moss (Cooper) y Tony Brooks (Ferrari). El inglés peleó la punta en el comienzo pero abandonó temprano debido a un problema de transmisión. Cerca del final, el Cooper-Climax T51 del australiano líder empezó a quedarse sin nafta. Su compañero Bruce McLaren lo superó -y marchó rumbo a su primer triunfo en Fórmula Uno- mientras Brabham seguía sólo con el impulso del envión. Cuando aún faltaban unos 100 metros para la meta, se bajó y comenzó a empujar el coche. Cuando cruzó la raya, cayó exhausto. No sabía en qué posición había concluido. Fue cuarto, detrás de Brooks, suficiente para alzarse con su primer título mundial, también el primero de un auto con motor trasero, un concepto por entonces resistido por otros constructores.

Cinco victorias consecutivas -Holanda, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Portugal- en una temporada con nueve Grandes Premios (sin contar las 500 Millas de Indianápolis, en ese tiempo parte del calendario) fueron suficientes para que renovara su título en 1960. Después del avance de Ferrari en el 61, Brabham dejó Cooper y formó equipo en sociedad con Tauranac. Sus autos fueron competitivos en Fórmula 2 hasta que el primer Brabham de Fórmula Uno apareció en la segunda mitad de 1962. Dos años después, el estadounidense Dan Gurney le dio a su compañero Jack la primera victoria como constructor.

Cuando el Mundial adoptó en 1966 los motores de tres litros, Brabham convenció a la compañía australiana Repco para que le construyera impulsores sobre la base del viejo Oldsmobile V8. Esto apuró las bromas sobre la antigüedad de piloto y máquina. Black Jack se desquitó en Zandvoort, Holanda. Con una larga barba falsa, caminó apoyado en un bastón, renqueando hacia su auto. Otros pilotos se asociaron a la broma y lo ayudaron a subir al BT19-Repco que estaba en la pole position. Brabham se quitó la barba, tiró el bastón y ganó la carrera. Antes ese año había vencido en Francia e Inglaterra. Más tarde lo hizo en el viejo Nürburgring. Su tercer campeonato lo transformó en el primer tricampeón luego de Juan Manuel Fangio y en el único piloto -probablemente para siempre- que se coronó en un vehículo de su propia marca.

Brabham, el piloto, siguió corriendo. Solía pilotar su propio avión hacia las carreras -llevaba, entre otros, a McLaren, Gurney, Denny Hulme, Jochen Rindt y Jacky Ickx- y cuentan que transportaba hasta la carne que iba a consumir porque desconfiaba de la comida en el exterior. La última victoria fue en la apertura de la temporada de 1970, en Sudáfrica. Estuvo a punto de ganar en Mónaco, pero se despistó de manera insólita en la última curva de la vuelta final cuando era apurado por Rindt. Más tarde, en Brands Hatch, perdió otra victoria -llegó segundo- porque se quedó sin nafta debido a un error en el control del nivel del tanque. El mecánico encargado era el joven Ron Dennis.

La muerte de su amigo McLaren mientras probaba en Goodwood resultó un empujón hacia el retiro. La presión de Betty Evelyn Beresford, su esposa durante más de 40 años y madre de sus hijos Geoff, Gary y David, también contribuyó. Jack tenía 44 años pero sentía que podría haber seguido corriendo. Tauranac, su socio, se hizo cargo de la escudería pero a fines de 1971 se la vendió a un inglés bajito, hombre de negocios, que había sido apoderado de Rindt hasta su muerte: Bernard Charles Ecclestone. Mientras Jack, de regreso en Australia, manejó su granja, una distribuidora de automóviles y la compañía de aviación, Bernie siguió adelante con el equipo, campeón con Nelson Piquet en 1981 y 1983, antes de venderlo a fines de los 80 para hacerse cargo del negocio mayor. La escuadra Brabham, en la que llegó a correr David, el único hijo de Jack que participó en el Mundial, terminó disolviéndose en 1992.

El apellido sigue en las carreras. Matthew (hijo de Geoff) y Sam (hijo de David) Brabham, nietos del tricampeón, se forjan nombre propio. Matthew, que ya tiene dos títulos en categorías promocionales de Estados Unidos, acaba de triunfar por primera vez en Indy Lights, en Indianápolis. Y se dispone a correr este viernes en el óvalo, donde 53 años atrás su abuelo llamó la atención cuando se presentó con un Cooper con motor Climax trasero de 2,7 litros y 270 caballos frente a los mastodontes con impulsores de 4,5 litros y 430 caballos. Black Jack llegó a estar tercero en aquellas 500 Millas... Así mostró su juego también en Norteamérica. Y dejó su marca.

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