Con la conquista de su estrella número 12, el Toluca se ha consolidado dentro de la élite del futbol mexicano
Al hablar de la jerarquía del futbol mexicano, la conversación siempre comienza con los "cuatro grandes" de la Liga MX. El América, las Chivas, el Cruz Azul y los Pumas acaparan constantemente la atención del mundo deportivo del país. Como los equipos más destacados y poderosos, no solo son la vanguardia, sino también un referente para otras promesas de la liga. Pero tras ganar el título del Apertura 2025 el domingo, el Toluca ha convertido a esos cuatro grandes en cinco.
"Era el destino", dijo el delantero estrella Alexis Vega a TUDN sobre anotar el penal ganador en la final del Apertura del domingo.
Tras alzar su segundo título consecutivo al vencer a Tigres en una emocionante tanda de penales a 12 rondas, con una victoria por 9-8 tras un global de 2-2, Los Diablos Rojos son una valiosa incorporación al club de los grandes de la Liga MX. De forma similar a la cantidad de penales cobrados, el Toluca ahora cuenta con 12 campeonatos de la máxima categoría del fútbol mexicano, lo que lo coloca en el segundo puesto de la lista histórica, junto con las Chivas. Demostrando su fuerza en la era moderna de la Liga MX, nueve de esos títulos han ocurrido en los últimos 30 años.
Su afición incondicional, que el domingo se sentó detrás de un tifo que decía "Hoy y siempre unidos hasta el final", también los mantiene entre los más destacados del futbol mexicano.
Dicho esto, alcanzar el campeonato el domingo no fue fácil. Claro, Toluca era el favorito como cabeza de serie tras una temporada regular estelar, pero no contaron con Vega durante toda la postemporada, sino hasta el último partido de la serie final de ida y vuelta. En todas las rondas de postemporada, comenzando con los cuartos de final el mes pasado, Los Diablos Rojos también recibieron el primer gol.
Al remontar una de esas desventajas contra Tigres en la final, Toluca perdía 1-0 tras un torpe error del portero Hugo González en el partido de ida del miércoles pasado. En respuesta, el técnico del Toluca, Antonio Mohamed, se arriesgó significativamente al poner al suplente Luis García como titular en su lugar para el partido de vuelta del domingo. Y, como es habitual en la Liguilla, los hombres de Mohamed buscaban la ventaja.
La distancia entre Toluca y Tigres se duplicó tras el gol de Fernando Gorriarán en el minuto 14 del partido de vuelta. Casi como si los dioses del futbol le estuvieran gastando una broma cruel, el disparo de André-Pierre Gignac tras un tiro libre pareció al principio una atajada fácil para García, antes de rebotar en las piernas de Gorriarán.
Con el Toluca necesitando al menos dos goles para mantenerse en la final, las cámaras de televisión enfocaron a la afición local en el Estadio Nemesio Díez, destacando a una pareja que rezaba a poderes divinos superiores para que intervinieran o les trajeran la misma fortuna que les dio el título la temporada pasada. Esas súplicas fueron respondidas con la unidad del equipo, que reflejaba el tifo en las gradas.
"Somos una familia", dijo el capitán Marcel Ruiz a TUDN sobre la mentalidad del equipo. "Nos queremos mucho más allá de la cancha; somos una familia. Nos queremos mucho".
Primero llegó un golazo del extremo brasileño Helinho en el minuto 40, y luego, en el 52, fue el delantero portugués Paulinho quien puso el 2-2 en el global. Empatados al final del partido, y tras dos tiempos extra, los penales decidirían el destino.
Con rosario en mano, Mohamed presenció la tanda de penales hasta que se definió en muerte súbita. Para el "undécimo asalto", los porteros también intervinieron, y García detuvo un penal de su compañero portero Nahuel Guzmán para mantener con vida al Toluca. En ese momento, el entrenador de Los Diablos Rojos ni siquiera pudo observar.
"Ni siquiera vi los penales", admitió Mohamed después del partido. "Solo oí el ruido".
Vega, quien regresó de una lesión en su primer partido de Liguilla de la temporada tras ser sustituido en el minuto 80, se detuvo un poco más de 10 segundos antes de lanzar el disparo que definiría la serie. Encajó el balón ante Guzmán, consolidando dos campeonatos consecutivos y el duodécimo título para Toluca.
Poco después del pitido final, el canterano de 28 años saltó a la zona de aficionados para cantar con ellos. "Con mis amigos celebro otra victoria", decía.
A menudo viviendo a la sombra de los cuatro grandes, especialmente de aquellos que se encuentran cerca, en el corazón cultural y deportivo del país, en la Ciudad de México, la afición de Los Diablos Rojos tiene mucho que celebrar. No se trata solo de levantar otro trofeo, sino, como ya se mencionó, también de consolidar al club entre la élite del futbol mexicano.
Durante décadas, los cuatro grandes clubes han dominado la Liga MX. Incluso con la pregonada paridad que existe en la liga, los debates y análisis generales tienden a centrarse en esos cuatro clubes. Esto está empezando a cambiar en la era moderna, e incluso si el resultado del domingo hubiera sido favorable a Tigres, otro equipo mexicano que ha invertido fuertemente en el siglo XXI, la conversación sería la misma.
Mientras que el Club América se mantiene en la cima con 16 títulos históricos, el Toluca se encuentra ahora a cuatro, con 12 campeonatos, junto con las Chivas. De haber ganado Tigres, habrían empatado con Cruz Azul en el cuarto lugar con nueve títulos.
Al analizar a fondo las causas del éxito tanto del Toluca como de los Tigres, quizá no sorprenda que invertir más en jugadores e infraestructura (Los Diablos Rojos cuentan con el primer "departamento de atención al jugador" de la Liga MX) se traduzca en éxito en la cancha. Sin embargo, sigue siendo una advertencia para los gigantes de siempre: la Liga MX evoluciona con o sin ellos. Y el Toluca tiene hambre de más.
"Todavía no es una dinastía", dijo Mohamed. "Pero queremos seguir ganando. Nos gusta estar en este escenario, y bueno, seguiremos por este camino".