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Argentina: Con la chance intacta

Carlos Delfino es la figura de Argentina en preolimpico. AP

La selección de Argentina que juega en este torneo Preolímpico de las Américas ha sido noticia antes de lanzarse el primer balón al aire por un detalle, la cantidad de jugadores de la camada más productiva en la historia del básquet de este país que no estarán participando en esta competencia.

De los actuales campeones olímpicos y ocupantes de la cuarta posición en el pasado Mundial celebrado en Japón, hay 7 jugadores que se han excusado de esta competencia por diversas razones. Cuatro de ellos participan en la NBA y son muy conocidos por la generalidad de los aficionados estadounidenses, Manu Ginóbili, Fabricio Oberto, Andrés Nocioni y Walter Herrmann. Otros dos tuvieron una estadía corta en la liga y quizás no sean tan recordados pero igual han sido jugadores muy importantes en los éxitos obtenidos por este equipo, Juan "Pepe" Sánchez y Rubén Wolkowiski. Un séptimo jugador, Gabriel Fernández, sin el pedigrí de los otros seis pero igual de importante en un equipo que siempre se ha caracterizado por el colectivismo y la unidad de propósitos, también decidió tomarse este verano de descanso ante la inminente ausencia de tantos compañeros.

Cualquier equipo internacional que pierda tantos jugadores de tan alto nivel debe debilitarse grandemente. Es por esto que Argentina ni siquiera es considerada por lo expertos como una de las selecciones favoritas para finalizar en las primeras dos posiciones de esta competencia y ganar una de las plazas disponibles para clasificar directamente a las Olimpiadas de Beijing del año entrante.

Estados Unidos, con la totalidad de su equipo compuesto por estrellas de la NBA, luce como amplio favorito para ganar la competencia de forma invicta. Brasil, con jugadores conocidos por el aficionado común, como Leandro Barbosa, Nené y J.P. Batista, es mencionado insistentemente como preferido para obtener la segunda clasificación, máxime cuando viene de ganar las dos competencias de menor envergadura en la que ha participado previo a este torneo, los Juegos Panamericanos, celebrados en su país y la Copa Genaro Marchand, llevada a cabo en Puerto Rico.

Sin embargo, descartar a Argentina como equipo candidato a la clasificación puede ser un error garrafal, como ha quedado demostrado en los partidos de preparación y en el primer encuentro de este torneo ante Uruguay. Argentina cuenta con sólo dos jugadores que sean relativamente conocidos en Estados Unidos, Carlos Delfino, otrora jugador de los Detroit Pistons y hoy de los Toronto Raptors y Luis Scola, cuyo nombre ha estado en las noticias durante las pasadas semanas, debido a que fue firmado recientemente por los Houston Rockets, luego de varios años siendo el mejor jugador de la liga española y uno de los mejores de toda Europa.

Por no figurar en el mercado estadounidense, muy pocas personas saben que el base de este conjunto, Pablo Prigioni, es uno de los mejores armadores del mundo, siempre entre los líderes de asistencias, tanto en España como en Europa. Tampoco conocen de la experiencia y garra competitiva de jóvenes veteranos como Paolo Quinteros, Román González, Diego Lo Grippo y Federico Kammerichs, siempre capaces de hacer las cosas pequeñas para llevar a su equipo a la victoria.

Pero lo que hace a este equipo argentino tan especial, no importando el nivel de los jugadores que lo compongan, es la capacidad y disponibilidad de todos sus integrantes a supeditar los egos por el bien del conjunto. Argentina hace circular el balón en ofensiva, respeta los esquemas tácticos planteados por su entrenador, Sergio Hernández y siempre hace el pase adicional para que el tiro sea ejecutado por el jugador que se encuentre en mejor colocación. En defensa se emplean en bloque con ayudas constantes para frenar las penetraciones y atacando los rebotes en grupo.

Por todo esto es que Argentina consigue que el resultado del todo sea mayor que las partes que lo componen. Siempre fue así con Ginóbili, Nocioni, Oberto y compañía y sigue siendo así, aun con sus ausencias. No pueden ser descartados en este campeonato ni en ninguno otro en el que participen, porque con talento o sin el, juegan el baloncesto de la forma correcta.