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Bienvenido, Bolillo

BUENOS AIRES -- Afortunadamente Hernán Darío Gómez se queda más tiempo con Santa Fé. Es realmente desgastante el tema del rojo capitalino. A veces parece que ni siquiera el gran Alex Fergusson podría levantar una copa para el primer campeón de la Dimayor. Quién sabe si el rey midas del momento Gus Hiddink inclusive podría entrar a los cuadrangulares. Así de inalcanzable como tener un par de técnicos de esos quilates parece el éxito para una institución que lo tiene casi todo.

Parece el cuento de la pobre viejecita de Rafael Pombo, sin nada que comer si no carne, huevo y pez. Voy a intentar analizar cada rango desde un punto de vista imparcial porque además del cariño que le tengo a los cardenales por comentarles sus partidos un buen tiempo y convivir en la misma ciudad no me une nada más con ellos.

Empecemos por la cabeza, por los directivos. Me parece que en su mayoría tienen buenas intenciones pero sus divisiones internas se han hecho evidentes cuando las coyunturas lo exigen. En el tema del "pecoso" Castro y su reemplazo actual, se vieron esas fisuras que terminaron por perjudicar el rendimiento del equipo. Ahora mismo se sabe que una parte de la directiva no quiere más al Bolillo.

Grave error, si bien es cierto que tener a todos de acuerdo en nuestro país es labor casi imposible, también es verdad que no se puede lograr algo sin un mínimo de coordinación. Así como se filtró que querían poner a Gómez, se sabía que un grupo hace rato lo quiere sacar. Por eso Hernán no se puede quejar de esa situación y de hecho no lo hace. Si una directiva no tiene claro el norte, de ahí para abajo empieza todo a funcionar mal.

No todo es plata en el fútbol, no solo hay que tener a los mejores, hay que empujar hacia el mismo lado. El plantel tiene nombres muy importantes y salvo la falta de convencimiento de lo que tienen no es fácil explicar su baja producción. Es como si escogieran partidos (eso le pasa a muchos jugadores de todo el mundo), para jugar bien. El grupo viene trabajando casi el mismo desde el año pasado y en mi concepto se reforzó donde más necesitaba ayuda, en la mitad de la cancha. No habría dejado ir a Valoyes pero trajeron a Arrechea que ha aportado. Es decir, de pronto les quedó faltando un delantero más. No cierran los partidos, ni aprovechan su velocidad en la altura. Pero es un equipo ordenado y fuerte que con trabajo puede llegar a más. No se si a un título por juego, pero por nómina si.

Como el motivo de esta columna es la casi salida del técnico, primero quiero referirme a la hinchada, para cerrar con el protagonista. Con todo el respeto que se merecen los sufridos hinchas rojos, creo que ya va siendo hora que dejen esa actitud derrotista y quejumbrosa que deriva en intransigencia para apoyar de frente al equipo. En todos los estadios del mundo que he estado no he visto una tribuna como la occidental de Santa Fe.

No voy a excusar al Bolillo por el tema de los insultos, pues cuando uno se sienta en ese banquillo sabe lo que le espera, pero no les gusta nada, así ganen critican, exigen demasiado, no van a divertirse a la cancha si no a sufrir parece. Yo se que les ha tocado muy duro, pero por lo menos tienen historia, dignidad, orgullo santafereño. No se dejan contagiar por nada positivo y esa energía asi parezca tema de brujos se transmite al césped. Es muy jarto perder o empatar, pero para ganar hay que pasar por ahí. Me parece importante una hinchada exigente con los directivos, jugadores y técnico, pero no que se descargue permanentemente con los protagonistas.

Hernán Darío Gómez es tal vez el técnico más importante que tenemos en el rentado colombiano y junto con Pacho Maturana la dupla que más satisfacciones nos han dado, además en el plano internacional es nuestro referente más capacitado. Indudablemente sabe mucho y trabaja como pocos, y a si no me parezca que deba llegar por ahora nuevamente a la selección, si considero un acierto que haya considerado que se apresuró al renunciar. El es un terciopelo, muy sensible, siente esto a su manera y tiene derecho de cansarse.

Está por encima del bien y del mal el profe ya, no tiene porque aguantar todo. La solución para este equipo es unión y paciencia, de todos sus estamentos. Bondad en la crítica, perseverancia, creerse buenos y no renunciar a soñar que es lo más bonito que nos da la vida. Por más duro que nos den, hay que creer en los sueños y este es el de muchos, tal vez menos que antes pero no es el momento para perderlos. Independientemente de lo que pase, primero hay que unirse y bienvenido otra vez Hernán; Independiente de otra cosa, Santa Fe.

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