Raúl Allegre 10y

Ofensiva en serie

BRISTOL -- Si la semana de playoffs divisionales es la mejor, aunque este año haya quedado a deber, la de campeonatos es la más intensa. Los partidos del domingo lo confirmaron.

Un par de años la NFL experimentó con jugar el Super Bowl la semana siguiente a los partidos de campeonato. La prueba no duró mucho. No sólo es complicado implementar la logística de trasladar a dos equipos, sus oficinas, y familias a la sede del Super Bowl, también es difícil para los jugadores recuperarse de la intensidad y la frecuencia de los golpes recibidos en la búsqueda del boleto a la tierra prometida.

El común denominador de ambos partidos fue la dureza y frecuencia de los golpes, pero también hubo jugadas espectaculares, buenas y malas decisiones, y jugadores que se arrugaron y que otros se sublimaron.

El primer partido presentó la versión XV de los enfrentamientos clásicos entre Peyton Manning y Tom Brady. Era la cuarta vez que llevaban a sus equipos a la postemporada y la tercera para disputar el pase al Super Bowl. A pesar de su grandeza y experiencia, ambos empezaron nerviosos el partido y erraron pases que normalmente completan. Durante el transcurso del primer tiempo, uno de ellos se asentó, mientras que el otro siguió con problemas.

Una de las interrogantes antes del inicio tendría que ver con la estrategia de ofensiva de ambos equipos. En el partido que jugaron el 24 de noviembre, Denver estableció el ataque terrestre con 48 acarreos que redituaron 280 yardas. Por su parte, en sus tres últimos partidos, Tom Brady completó un total de 41 pases. Contra Indianápolis tuvieron sólo 25 intentos de pase, y 46 acarreos. Ambos equipos optaron por lanzar.

La ventaja de jugar en casa fue evidente. El ruido de la afición se hizo sentir, al igual que el desgaste físico que provoca la altitud sobre el nivel del mar. Es común en Denver ver a pateadores convertir intentos largos de goles de campo y mandar sus patadas de salida fuera del terreno de juego. También afecta la precisión de los QBs acostumbrados a lanzar sus pases con cierta velocidad y toque. Brady no pudo calibrar sus pases, y seguido voló a sus receptores en rutas profundas, mientras que Manning rara vez las intentó, prefiriendo las trayectorias cortas e intermedias.

Todos los entrenadores predican que hay que dar el mayor esfuerzo en cada jugada porque no se sabe si va a ser la jugada clave del partido. En la tercera serie ofensiva de los Pats, al final del primer cuarto cuando perdían 0-3, Brady ejecutó un engaño a la perfección y congeló a la defensiva de los Broncos, sólo para volar a Julian Edelman el cual le sacaba como cinco yardas a su marcador. De completar ese pase, Edelman habría anotado con facilidad y habría cambiado la fisonomía del partido.

Otra jugada importante se dio al 13:36 del segundo cuarto cuando Peyton Manning buscó a Demaryius Thomas en una trayectoria cruzada. Wes Welker, corriendo en la dirección opuesta, realizó una pantalla ilegal en la que bloqueó a Aqib Talib dándole un duro golpe en las costillas. El pase fue incompleto, pero el impacto de la jugada fue fulminante. Talib no pudo regresar al partido. Antes de ese pase, Manning había conectado sólo una vez con Thomas cuando era marcado por Devin McCourty. A partir de ese momento, Alfonso Dennard asumió la responsabilidad de cubrir a Thomas quien procedió a recibir seis pases en ocho intentos para 105 yardas y un TD. Esa serie ofensiva culminó en TD y Denver controló el resto del partido.

El lunes, Bill Belichick acusó a Welker, refiriéndose a él sólo como "el receptor", de haber hecho una jugada sucia en la que "nunca hizo el intento por desmarcarse y en la que el objetivo era sacar del partido a Aqib". Belichick está en lo correcto. Esa jugada no fue accidente, pero no puede criticar a Welker de esa manera cuando momentos antes, Julian Edelman, en una jugada similar, había golpeado directamente a Dominique Rodgers-Cromartie. Rodgers-Cromartie regresó y Talib no. Este tipo de jugadas es ilegal, pero ni Edelman ni Welker fueron sancionados.

Peyton Manning manejó el resto del partido como un maestro. La defensiva de Denver, la cual había tenido problemas en contra del juego de pase, permitió yardas cerca hacia el final del encuentro que mejoraron las estadísticas de Tom Brady, pero apretó cuando fue necesario. Brady no tuvo su mejor día.

Se puede explicar la decisión de Belichick de recurrir a un plan de juego basado en el juego de pase porque ese era el punto débil de la defensiva de Denver, pero este año Brady no tuvo receptores de impacto y el domingo tampoco. El mejor aspecto ofensivo de los Pats recientemente había sido el ataque terrestre. Una vez rezagados, un jugador explosivo como LeGarrette Blount, dejó de ser factor. Blount no tocó el balón en el segundo tiempo y terminó con seis yardas, una menos de las que tuvo Brady.

Este fue un partido metódico, sin entregas de balón, y de control de tiempo de posesión en el cual Denver limitó a Nueva Inglaterra a sólo 8 series ofensivas. Para ganar de esta manera es indispensable jugar sin errores, y los que cometió Denver fueron insignificantes. Los Pats no perdieron, los Broncos ganaron el partido justamente.

Dudo que hayamos visto el último duelo entre equipos comandados por Peyton Manning y Tom Brady.

En Seattle salieron chispas desde el silbatazo inicial. Russell Wilson soltó un balón en la primera jugada del partido, dándole posesión a San Francisco en la yarda quince, pero la defensiva de Seattle permitió solamente un gol de campo. Oportunidades como estas no se pueden desaprovechar. Representan el momento de tomar la iniciativa, y la ventaja no sólo en el marcador sino psicológicamente.

El resto del partido fue como se esperaba, duro, recio, sin dar ni pedir cuartel. Dos de las mejores defensivas tratando de contener a QBs cuyo mejor atributo es la capacidad de improvisación. Tanto Colin Kaepernick como Russell Wilson han dado destellos de grandeza junto con muestras de inmadurez e inconsistencia. Queda por ver si ambos se convierten en grandes pasadores.

El rendimiento de Russell Wilson ha venido a menos en las últimas semanas. No tiene receptores de primer nivel, pero sí un ataque terrestre devastador con Marshawn Lynch. El atributo principal de Wilson es realizar la jugada clave en el momento crítico del partido. Lo vimos en el partido contra Nueva Orleans cuando lanzó un pase en tercera oportunidad a Doug Baldwin sin margen de error. Lo vimos el domingo otra vez en cuarta y 7, cerca del final del partido cuando completó un pase de 35 yardas con Jermaine Kearse quien tenía una marcación estrecha por parte de Carlos Rogers.

Respecto a Kap, comentaba Joe Montana durante la semana que necesitaba aguantar un poco más en la bolsa de protección y buscar sus opciones de pase antes de correr con el balón. ¿Quién soy yo para contradecir a "Joe Cool"? Hoy en día Colin Kaepernick gana partidos gracias a su habilidad como corredor, y no por su capacidad de liderar, analizar defensivas y explotar sus debilidades. San Francisco no tuvo otra proyección ofensiva más allá de las escapadas de Kap.

Al final, cuando tenían la oportunidad de cerrar el partido en la última serie ofensiva, Kaepernick decepcionó. Tomaron el balón en la yarda 22, faltando 3:37 y con los tres tiempos fuera disponibles. Es en este tipo de situaciones en donde se consagran los QBs de primer nivel. En esa situación, la ofensiva de San Francisco se vio apática. No ejecutaron la ofensiva en serie hasta después de la pausa de los dos minutos, y aún así, no se notaba urgencia para sacar las jugadas. Usaron su primer tiempo fuera a 1:04 del final del partido. Antes de la intercepción que selló el juego, Kap completó un pase con Vernon Davis en la yarda 19, que les daba un primero y diez. Quedaban 50 segundos. En lugar de pedir un tiempo fuera, dejaron transcurrir 20 segundos antes de ejecutar la siguiente jugada. Un QB con más experiencia y colmillo habría pedido un tiempo fuera para tener tiempo de evaluar opciones con su entrenador y escoger con calma la siguiente jugada. La que al fin ejecutaron, tenía pocas probabilidades de éxito: un pase alto a la esquina de las diagonales en contra de un gran esquinero que mide 1.91 metros.

San Francisco tuvo todo para ganar este partido. Al final, fueron las tres entregas de Colin Kaepernick en el último cuarto las que decidieron el encuentro. Fue el segundo año consecutivo en el que terminan la temporada dentro de la yarda 20 de su rival con la posibilidad de ganar el partido. ¿Habrá una tercera en el futuro?.

En resumen, en los QB ganadores vimos dos estilos diferentes: el clásico, basado en lecturas de la defensiva, ajustes antes de iniciar la jugadas y consistencia en la ejecución, y el nuevo, que depende de la improvisación, capacidad atlética y de la jugada espectacular. ¿Con cuál se quedan?

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