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Edgardo Codesal acepta que debió expulsar a Diego Maradona de la final

Getty Images

MÉXICO -- Edgardo Codesal no olvida aquella final de Italia 90, entre Argentina y Alemania, partido que le tocó dirigir y cuyo entorno, de entrada, ya era complicado por el sólo pensamiento que embargaba a los integrantes de la selección albiceleste, que pensaban que había órdenes de la FIFA de que ellos tenían que perder ese encuentro como fuera.

El uruguayo por nacimiento y naturalizado mexicano, señaló a 24 años de distancia para la cadena TDN, que debió expulsar a Diego Armando Maradona, aún con todo lo que el astro argentino representaba para su escuadra y para toda una nación, debido a los insultos que profirió ante las cámaras, además de denotar que pudo haberse reservado la roja y no afectar a Argentina, debido a que su abuelo tenía esta nacionalidad.

"Maradona, con justificada razón, porque se sentía muy desagradable todo un estadio, profiere esos insultos y realmente cuando viene para el sorteo, antes de que llegue Lothar Matthaus, yo le dije: 'Diego, esto se resuelve con la calidad que usted tiene, no enojándose; esto hay que hacerlo con futbol, pero no entendía, no sé qué pasaba. Argentina salió muy enojada".

Afirmó que como en la mente de cada uno de los elementos albicelestes había el convencimiento de que la FIFA había ordenado que no ganaran, esto los perjudicó emocionalmente y se percibía esa sensación durante el encuentro, pero que "si alguien hubiera tenido ese interés, simplemente Maradona no habría jugado, si se aplica ese reglamento a rajatabla, simplemente por los insultos, porque él no puede proferir, ni hacer gestos obscenos ni palabras obscenas".

Afirmó que tanto él como sus asistentes se dieron cuenta de la actitud con que salió Maradona a entonar, junto con su equipo, el himno nacional: "Él esperó, inclusive, hasta la cámara para proferir ese insulto, o sea, hubiera sido histórico y muy fácil (echarlo). No lo vio todo el estadio, ni lo vi yo, lo vio todo el mundo. Se entiende ese sentimiento que se siente cuando a un himno lo abuchean así, mi abuelo era argentino y sí, se siente muy feo".

Expresó que en los días previos a este encuentro, tenía mucha fe de que fuera finalmente nominado para "pitar" la final, pues ya mucha gente hablaba de que él podría ser el elegido y se fue enterando en el lobby del hotel de la decisión, además de manifestar que "la FIFA te da todo ese día para que tu festejes, sueñes, vivas tu ilusión, tu alegría. Es como tocar el cielo con las manos, después de tantos años de trabajo. Toda tu vida pasa por la cabeza en esos momentos y al otro día se da una conferencia de prensa a nivel internacional, la FIFA te acompaña, no puedes hablar nada del partido ni nada de los jugadores".

Narró también: "Al otro día te encierran, no hay teléfono, el teléfono de mi habitación se corta. No hay salida. Yo tenía dos boletos para poder asistir (al juego) con quien quisiera ir. Definitivamente, me dicen: 'sus boletos regálelos, porque no va a salir para ningún lado. Ya te concentran con tus asistentes y con el cuarto oficial, con el comisario que va a estar en el partido", donde son más de tres horas de planificación y de repasar cada posible detalle que pudiera presentarse, afirmó.

Asimismo, explicó que por todo lo que le había enseñado su padre, sobre lo que debía tener un árbitro para llegar a grandes esferas, él se sentía preparado, pues además hablaba cuatro idiomas, entre éstos francés e italiano, pues vivió en Italia.

SE MUERE CON LA SUYA
Codesal se refirió también a la polémica jugada donde marcó el penalti de Roberto Sensini sobre Rudi Voller, el cual fue decisivo para el triunfo de los teutones y la derrota de Argentina.

Afirmó que nunca dudó al marcarlo y hasta la fecha cree haber hecho lo correcto, si bien hasta la fecha los argentinos no le perdonan esa presunta falla en su labor arbitral.

SABÍA QUE ERA EL FIN DE SU CARRERA
Por último, señaló que el colegiado que resulte sorteado para dirigir la final en Brasil 2014, debe "disfrutarlo como nunca", amén de hacer mención nuevamente de su propio caso en aquella oportunidad y sostener que él lo vivió con alegría y con tristeza, ya que sabía que sería su último partido.

"Volver a una final otra vez en un Mundial era prácticamente imposible", dijo, pues para el árbitro que llega a la final, decía su padre fallecido, era como llegar a una cima y lo que le sigue es bajarla.