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Se recuerda con cariño

Argentina y Alemania en la final Getty Images

A pesar de que se recuerda con cariño a este mundial por la excelente actuación de Inglaterra en la fase final, fue en general una Copa del Mundo muy pobre.

Un dicho de los hinchas del fútbol holandés dice que Alemania gana todos los torneos de baja calidad. A pesar del carácter subjetivo esta afirmación, considerando la enemistad entre Holanda y Alemania, en este caso el dicho ha probado ser cierto.

Alemania Occidental, a poco tiempo de convertirse en simplemente 'Alemania' tras la reunificación, empezó la primera ronda con todo, derrotando a Yugoslavia por 4-1 y a los Emiratos Árabes por 5-1.

Lothar Matthaeus había dejado de ser marca, su rol en el Mundial '86. Ahora encabezaba el ataque. Comenzó el torneo marcando tres de los goles de los primeros dos partidos. Esta Copa del Mundo fue testigo de sus inmensos logros futbolísticos.

Argentina, campeón del '86, no se encontraba en las mismas condiciones. Maradona tenía una rodilla lesionada y sus colegas, a excepción de Claudio Caniggia, no alcanzaban el nivel de los ganadores de la Copa anterior.


En el primer juego, el mundo descubrió el fútbol africano cuando Camerún derrotó a Argentina con el gol de Francois Omam-Byik. A pesar de que dos de sus jugadores fueron víctimas del juego sucio, los camerunenses aguantaron.

Argentina finalmente clasificó con lo justo, tercero en su grupo, detrás de Camerún y Rumania.

El otro paquete sorpresa fue Costa Rica, que terminó segundo en su grupo detrás de Brasil, luego de haber vencido a Escocia y Suecia.

Italia, que se veía fuerte como local, era uno de los favoritos. Sin embargo, creaba oportunidades pero no lograba convertir.

Salvatore 'Toto' Schilacci, un agregado tardío al equipo, tuvo una excelente actuación. Marcó el gol ganador ante Austria y anotó otro tanto ante Checoslovaquia.

El otro gol marcado ante checos fue convertido por Roberto Baggio, el nuevo príncipe del fútbol italiano, tras una espléndida carrera individual por el campo.

Mientras tanto, el campeón europeo, Holanda, apenas consiguió pasar a la segunda ronda detrás de Inglaterra e Irlanda, debido a sus eternos problemas internos.

Los alemanes vengaron su derrota en Euro 88 en semifinales con una victoria por 2-1. El juego fue tristemente célebre debido a las vergonzosas actitudes de Frank Rijkaard y Rudi Voeller, quienes se escupieron.

Brasil también cayó en manos de Argentina. A pesar de que dominaron la posesión de la pelota, y de que golpearon el travesaño en varias oportunidades, no pudieron convertir. Luego despertó Maradona, enhebró una carrera, conectó con Caniggia, quien anotó el tanto que eliminó a Brasil.

Camerún mantuvo su racha positiva, derrotando por 2-1 a Colombia, en parte, gracias a la ayuda de la cómica actuación del arquero Rene Higuita, cuyo intento suicida de esquivar a Roger Milla terminó en gol.

República de Irlanda también aportó un romanticismo similar: en su primera participación en la fase final derrotó a Rumania en una emocionante definición por penales en Genoa. Si bien no jugaban un fútbol atractivo, el sacrificio de los hombres de Jackie Charlton les ganó un merecido reconocimiento.

Tras un viaje a Roma para visitar al Papa, el equipo fue eliminado por Italia con un gol de Toto Schillaci. Alemania Occidental progresó tras derrotar a Checoslovaquia gracias a un penal de Matthaeus.

Inglaterra arruinó la fiesta de los camerunenses con una victoria en tiempo suplementario a pesar de haberse quedado atrás dos veces. Argentina continuó avanzando con lo justo gracias a un triunfo por penales ante Yugoslavia. Los yugoslavos Dragan Stojkovic y Robert Prosinecki tuvieron una excelente actuación en la Copa.

A pesar de haber errado un penal, Maradona enfrentaría a los italianos en su ciudad adoptada, Naples.

Y otra vez los penales. Schillaci había marcado una ventaja para los italianos pero Caniggia lo empató. Argentina adoptó una actitud defensiva obstruyendo los pases italianos, y a pesar de que Giusti fue expulsado al comienzo del tiempo suplementario, Argentina no logró definir. De manera que los penales nuevamente decidirían la suerte de los equipos, circunstancia a la que los argentinos ya estaban acostumbrados.

Maradona convirtió luego del tiro desviado de Donadoni, y Aldo Serena también erró. Corrieron lágrimas italianas.

La otra semifinal de Turín fue leyenda para los ingleses. Fiel a la historia de la Copa, también se definió por penales y los alemanes ganaron.

La valiente Inglaterra, que había mejorado progresivamente en el transcurso del torneo, terminó en cuarto lugar tras caer ante Italia en el partido por el tercer puesto.

El favorito de la final, tal vez por única vez, fue Alemania. Argentina había perdido prestigio por jugar sucio, inventar lesiones, e insultar a los réferis.

Maradona era el principal culpable, y el semidiós futbolístico de 1990 había sido reemplazado por un enano quejoso.

En la peor final de la historia, los alemanes triunfaron cuando Andreas Brehme convirtió un elegante penal a los 85 minutos tras una falta cometida a Rudi Voeller.

Argentina buscaba una vez más la definición por penales, pero Pedro Monzón fue expulsado por cometerle una falta a Klinsman. Monzon quedó desprestigiado por ser el primer jugador de la historia en ser expulsado en la final.

El juego se tornó en una farsa cuando los jugadores argentinos rodearon al réferi. Dezotti también fue expulsado en los últimos segundos, y así, los alemanes consiguieron la venganza por su derrota en Méjico. Las lágrimas de Maradona ya no eran de alegría sino autocompasión.

Las mejores actuaciones fueron las de Matthaeus, quién levantó la copa, y del DT Franz Beckenbauer, quién fue el primer jugador en dirigir y entrenar a un Campeón Mundial.