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MÉXICO, D.F. -- Recuerdo claramente esa tarde del octubre 23 de 1981. LLegamos temprano de la escuela, comimos, hicimos la tarea y nos reunimos para esperar el juego en el que Fernando Valenzuela se consagraría. Mi hermano preparaba todo para disponernos a disfrutar de la que fue, una de las tardes memorables de nuestra adolescencia, porque debo confesar que las transmisiones deportivas fue parte de lo que nos une entrañablemente. Entonces no tenía tan claro que el deporte sería mi forma de vida a través del periodismo, pero disfrutamos tanto de aquel encuentro, que desde entonces jamás perdimos actuación del famoso "Toro de Etchohuaquila", unos de nuestros ídolos, que finalmente nos autografió un papelito en blanco, cuando coincidimos en un vuelo a Los Angeles. Pero mis recuerdos no serán tan importantes como los que esta tarde vivió el gran Fernando Valenzuela, y precisamente enmedio de una Serie Mundial, que está resultando muy interesante. El 23 de octubre de 1981 marca, en el calendario de Valenzuela, el único partido que pitcheó en Serie Mundial, el que llegó a convertirse hasta en "sex symbol" en L.A., mote que le valió su gran calidad cuando se subía al montículo, y nos embriagaba con su magia. A la fecha, el mismo Fernando sigue sin entender como fue que se adquirió ese status reservado para los grandes artista hollywoodenses. Lo cierto es que a 25 años, Valenzuela acrecenta su figura como uno de los mejores deportistas mexicanos de todos los tiempos, y quien jugó ese partido en forma magistral, por cierto tendiendo enfrente al tercera base mexicano, Aurelio Rodríguez que jugaba entonces para los Yankees. Pero los 80s estuvieron dedicados a Valenzuela y a su magia, y si bien hay regiones beisbolera en este país, la Fernandomanía" invadió todo el territorio, y junto con Hugo Sánchez, sus juegos eran esperados por toda la afición. Pero me atrevo a decir que fue ese, el tercer juego de la Serie Mundial, el que lo convirtió en leyenda... de ahí para delante hubo muchos triunfos, pero ese partido vivirá siempre en la memoria de quienes tuvimos oportunidad de gozarlo, y el único que ganó. del llamado Clásico de Otoño el sonorense, ya que en 1988 estuvo lesionado. Llegaban sus Dodgers con dos derrotas a cuestas, y el entonces novato Fernando Valenzuela recibió toda la confianza del equipo y él respondió con un gran encuentro y una victoria que marcaría el camino de su equipo, a conseguir el gallardete mundial. Fue una recta a la zona de strike, el lanzamiento con el cual Valenzuela consiguió el histórico out 27. El 23 de octubre de 1981 siempre será recordado, como el día en que nació la leyenda de "El Toro".
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