Los pilotos de los dos equipos que se miden en la Serie Mundial tienen fuertes lazos con la pelota invernal latinoamericana.
Terry Francona, el piloto de los Medias Rojas de Boston, jugó tres temporadas en Venezuela y dirigió un año en la República Dominicana.
En la temporada de 1983-84, Francona fue una figura fundamental en la conquista del primer titulo de las Águilas de Zulia en la liga invernal venezolana. Esa temporada, el ex inicialista fue el líder del equipo en bateo (.314), hits (76), carreras anotadas (38), y juegos jugados (61).
Francona además ayudó a Zulia a ganar la Serie del Caribe de 1984 en San Juan, Puerto Rico. La actuación de Francona fue tal que los cronistas que cubrieron dicho Clásico Invernal lo reconocieron con el galardón de Jugador Mas Valioso de la Serie. Ese fue el primer campeonato caribeño en la historia de las Águilas.
En la temporada de 1986-87, Francona bateó .350 para coronarse campeón bate de la liga y establecer dos marcas que aún perduran en la franquicia: promedio de bateo mas alto y más imparables conectados en una temporada (79).
Como dirigente, Francona regresó a la Serie Del Caribe pero esta vez al frente de otra bandada de Águilas. Francona capturó la corona del circuito dominicano dirigiendo a las Águilas Cibaeñas en la temporada invernal del 1995-96.
Consecuentemente, a él le tocó dirigir al 'Dream Team' Dominicano que estaba supuesto a arrasar en la Serie Del Caribe de 1996 en Santo Domingo. Dicha Serie, sin embargo, fue una pesadilla para el elenco dominicano. El equipo perdió los primeros dos partidos y terminaron con un récord de 2-4. Los Tomateros de Culiacán, el club que representó a México en el torneo de campeones, realizó un milagro y ganó la Serie con una marca de 5-1.
Clint Hurdle, el manager de los Rockies de Colorado, nunca dirigió en nuestras ligas invernales pero si se lucio como jugador.
Hurdle jugó tres temporadas en Venezuela (1977-78, 1979-80 y 1983-84). Sus tres jornadas en América del Sur fueron con los Tiburones de La Guaira.
En su primera temporada en el circuito, el jardinero derecho lideró la liga en cuadrangulares (18) y en boletos gratis (59). Hurdle terminó ese invierno con promedio de .305 y 52 carrera remolcadas.
Tanto respetó le tenían los lanzadores al tolete del cuarto bate de La Guaira que él lidero la liga en boletos gratis las tres temporadas que él jugó en Venezuela (1979-80 - 50 y 1983-84 - 45).
En su segunda temporada en Venezuela, Hurdle bateó .306 con 10 vuelacercas.
En su última temporada con los Tiburones, sin embargo, el promedio de Hurdle bajó a .282, y él sólo pegó tres jonrones y lideró la liga en ponches (52).
Hurdle dejó una buena impresión con los fanáticos en la liga invernal ya que aún lo recuerdan no sólo por su actuación como pelotero pero por su personalidad. Varios blogs de los entusiastas de los Tiburones mencionan como ellos disfrutaban ver a Hurdle fajarse en el terreno durante los juegos y relajar con los fanáticos antes y después de los encuentros.
Francona y Hurdle son ejemplos de cómo nuestras ligas invernales son una incubadora de talento no sólo para los jugadores que alcanzan la gran carpa sino también para los pilotos que llegan a la Serie Mundial.