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Eligió bien: eligió a lo Guardiola

BUENOS AIRES -- La noticia llegó antes de lo esperado y en un destino que no será el que se pronosticaba, pero no por eso deja de ser una grata novedad para los amantes del fútbol: Pep Guardiola volverá a dirigir a mediados de este año y lo hará en un gran equipo como el Bayern Munich.

Después de su salida del Barcelona, uno pensaba que Guardiola estaría un tiempo más largo sin trabajar. Además, la llegada de Txiki Begiristain como director deportivo del Manchester City, un cargo como el que había desempeñado en el blaugrana, hacía suponer que Guardiola terminaría trabajando en Inglaterra.

Pero las conclusiones lógicas que se podían sacar aún sin tener pruebas fehacientes no se hicieron realidad. Guardiola terminó eligiendo un fútbol distinto, quizás el menos cosmopolita de todas las grandes ligas europeas y ahora tiene por delante el gran desafío de repetir su increíble serie de logros en otro lugar.

¿POR QUÉ EL BAYERN MUNICH?
Estaba claro que, después de todos los éxitos con el Barcelona, no iba a dirigir en España. Inglaterra e Italia se presentaban como opciones, pero en ambos casos, los poderosos están plagados de extranjeros, algo que no vivió en el Barcelona, con su impronta local tan fuerte.

El fútbol alemán da la impresión de hacer una apuesta parecida por el desarrollo del talento propio. Por algo es tan exitoso a nivel selección; no olvidemos tampoco que, si alguien contribuye calidad y cantidad al equipo nacional, es el Bayern Munich.

En el cambio de escenario hay otras similitudes que quizás no aparecen a simple vista, pero que deben haber pesado a la hora de tomar la decisión.

Tal como le sucedió en el Barcelona post Rijkaard, herederá un equipo con una base muy sólida a partir del trabajo de Jupp Heynckes. Podrá conservar jugadores y formarlos, pero también traer lo que le falte.Es que Guardiola trabajará otra vez en un lugar de privilegio, con uno de los cinco presupuestos más grandes de Europa. Tiene seis meses por delante para pensar en detalle qué necesitará cuando llegue el día de asumir el cargo, y cuenta con dirigentes decididos a darle el apoyo que pida y los refuerzos que necesite.

El Bayern Munich es un club dirigido por excampeones como Franz Beckenbauer, Karl-Heinz Rummenigge, Uli Hoeness y hasta Matthias Sammer, un exBalón de Oro que jugó en el mismo puesto que Guardiola. Todos hablan el mismo idioma que él: no tendrá que lidiar con jeques o millonarios excéntricos, sino con gente del fútbol que por algo fue tan decidida a buscarlo, convencidos de que puede liderar un proyecto exitoso en un club en el que, justamente, el éxito es costumbre y renovado desafío.

En su plantel no solamente tendrá jugadores de primer nivel mundial, sino también una enorme tradición de protagonismo, siendo el club más ganador del fútbol alemán y con más títulos europeos que el mismo Barcelona. Y ambos equipos comparten una misma actitud: están acostumbrados y obligados a salir a ganar en cualquier terreno, pero además, a hacerlo por vía del buen juego.

A quienes piensen que el estilo es mucho más vertical que el del Barcelona, les digo que las diferencias no son tan grandes como parecen. La concepción de juego se asemeja bastante, con jugadores de gran aptitud técnica, con buen pie para el pase y, por lo tanto, con la conservación del balón como arma para doblegar al rival.

En ese sentido, el Bayern es mucho menos directo que su gran enemigo actual, el Borussia Dortmund, que sí prefiere verticalizar y cuenta con un contragolpe mucho más veloz.

LOS DESAFÍOS DE GUARDIOLA
Con tres años de contrato por delante, Guardiola tiene todo a su disposición para intentar repetir lo que ya consiguió en Barcelona: jugadores, medios económicos y apoyo dirigencial para desarrollar su proyecto con tiempo. Si fueron pacientes con Van Gaal aún en la adversidad y a Heynckes le permitieron dos años sin títulos, Guardiola debería contar como mínimo con ese período de gracia también.

Algo han tenido en claro ambas partes, los dirigentes y el técnico, seguramente desde que se sentaron a negociar: la aceptación no tiene que ver con el dinero en juego sino con un proyecto. Haber optado por Bayern Munich indica que Guardiola cree que allí tiene más chances que en cualquier otro lugar de hacer bien su trabajo, de conquistar más títulos y de demostrarse a sí mismo que puede volver a ser exitoso en otro fútbol muy competitivo y de mucha personalidad.

Quedará en Guardiola manejar las expectativas con respecto a su persona y al equipo. Por su parte, habrá muchìsimas miradas puestas en vez si consigue hacer algo similar a lo que logró con Barcelona. En cuanto a lo colectivo, tiene el desafío de darle su sello a un equipo que ya es grande por mérito propio.

Esto nos ha pasado a todos los técnicos que hemos conquistado algún título o que regresamos a algún equipo en el que ya logramos algo: la vara nunca estará por debajo de lo que conseguimos y nos piden que, como mínimo, repitamos los éxitos.

En ese sentido, Guardiola debería (y lo veo capaz) quitarse presión: los técnicos no jugamos ni vendemos entradas. Al Bayern lo van a ver sus hinchas porque ya tiene una actitud y una historia. El, en todo caso, disfrutará de ser parte de eso, dirigiendo al que hoy es el segundo mejor equipo del continente y cara más visible de un fútbol reconocido a nivel mundial como el alemán.

Eso sí, seguramente le lleve tiempo adaptarse a una nueva realidad en la que no tendrá a a jugadores de base del club, como pasaba en el Barcelona con la enorme cantidad de catalanes que formaban parte del primer plantel. Aquí tendrá que lidiar con una materia prima distinta y seguramente deberá adaptarse, sin por eso renunciar a su estilo ni a sus convicciones.

Uno podría pensar que algunos jugadores del Barcelona podrían unirse a su proyecto, siguiendo a su "líder espiritual", pero personalmente lo veo difícil: como decíamos arriba, los catalanes juegan con placer en su región, que muchos consideran su "país". Se me ocurre que, en todo caso, podrían llegar jugadores más del estilo de Dani Alves, que no renovará su contrato, o Mascherano, o David Villa, todos ellos sin tanta identificación y con deseos de cambiar de aire, pero son solamente especulaciones.

Eso sí, habrá una gran diferencia, un factor que fue clave en muchísimas victorias del Barcelona: ya no tendrá a Messi en su equipo.

No es poca cosa: el mejor jugador del planeta fue determinante muchísimas veces para inclinar partidos cerrados o incluso desfavorables. Tomar conciencia de que ya no cuenta con su as y actuar en consecuencia será fundamental para armar, una vez más, un equipo con chances reales de arrasar con toda oposición.

Felicidades.

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