Redacción 13y

La cara oculta

LAKE FOREST -- Solían llamarlo "Sweetness" (Dulzura), pero el gran corredor de los Chicago Bears Walter Payton tenía un lado oscuro, según una biografía que será lanzada al mercado el próximo 4 de octubre.

Un fragmento del libro "Dulzura: La Enigmática Vida de Walter Payton", escrito por Jeff Pearlman, aparecerá en la edición del 3 de octubre de la revista Sports Illustrated y describirá al miembro del Salón de la Fama como suicida, abusador de medicamentos analgésicos recetados, y lidiando con una estremecedora situación familiar.

Payton, quien se retirara como el por entonces líder de todos los tiempos en yardas por tierra en la historia de la NFL después de la temporada de 1987, estuvo deprimido y ponderando el suicidio a mediados de la década del 1990s. Pearlman cita una carta a un amigo en la cual Payton afirma haberse imaginado asesinando a todos a su alrededor y luego disparando un tiro de arma de fuego contra sí mismo.

"Walter me llamaba todo el tiempo diciéndome que iba a matarse, que estaba cansado", dijo el viejo agente de Payton, Bud Holmes, según SI.com. "Él estaba siempre furioso. Nadie lo quería. Él quería morirse".

La asistente ejecutivo de Payton, Ginny Quirk, se hizo eco de esos sentimientos.

"Él me llamaba y me decía 'ya no me verás cuando llegues a la oficina mañana'", dijo ella. "Disfruta tu vida sin mí".

Payton falleció tras una rara enfermedad en el hígado y un cáncer en el ducto biliar en noviembre de 1999.

Según lo que dice el libro, Payton usó píldoras y líquidos para lidiar con lesiones durante sus días como jugador, y esa práctica continuó después de su retiro. Algunas fuentes le dijeron a Pearlman que Payton tomó una mezcla de Tylenol y vicodin, y que mantenía un tanque de óxido nitroso en su garage.

"Walter castigaba su cuerpo con medicamentos", dijo Holmes. "Yo quisiera haber sabido qué tan malo era lo suyo, pero en ese momento no lo supe".

Según el libro, en 1988 Payton visitó un consultorio dental quejándose de un dolor en los dientes. Él logró conseguir varias recetas para comprar morfina pero eso atrajo algunas alarmas y al menos un farmacéutico llamó a la policía. Payton fue visitado por oficiales de la ley pero solamente recibió una advertencia.

Incluso los grandes momentos de la vida de Payton estuvieron llenos de confusión, según el libro.

Peyton había estado viviendo lejos de su mujer Connie desde su retiro, pero no había dado a conocer públicamente su decisión debido a su deseo de proteger a sus hijos y su imagen. Él había estado viendo a una mujer durante cinco años cuando fue presentado en el Salón de la Fama del Fútbol Americano en 1993, y ambas mujeres se presentaron a la ceremonia.

"La presentación al Salón de la Fama debería haber sido el momento más grandioso de su vida", dijo Quirk, a quien se le encargó mantener alejadas a ambas mujeres entre sí. "Y la verdad es que fue probablemente el peor. Durante cuatro días enteros, Lita (no es el verdadero nombre de la amante de Payton) y Connie fueron como dos naves en ruta de colisión navegando de noche. Si se suponía que Connie llegara tarde, yo me aseguraba de que Lita llegase temprano. Si Connie arribaba temprano, Lita entonces llegaba tarde. No puedo describir el horror que fue ese viaje".

De todos modos, las mujeres terminaron conociéndose igual.

"Yo las presenté a ambas, y ellas se sentaron y charlaron durante un momento", dijo Holmes, según el extracto del libro. "Ambas fueron amigables, conversadoras. No se agarraron de los pelos. Fue todo muy civilizado".

Connie había pedido ese encuentro, y según Holmes, le dijo a Lita "puedes quedártelo tú. A él no le importo ni yo ni los niños".

A pesar de historias de depresiones y caos personal, el libro recoge detalles del lado valiente de Payton. Sabiendo que iba a morir, Payton se pasó los meses finales de su vida recibiendo como invitados a sus compañeros de equipo en los Bears.

"Nunca lo escuché decir '¿Por qué yo?', dijo el también miembro del Salón de la Fama Mike Singletary, según el libro. "Yo sé que yo hubiese repetido todo el tiempo '¿Por qué yo? ¿Por qué yo? Hay otros tipos que matan gente, ¿y por qué me pasa esto a mí?'. Pero yo nunca escuché que Walter dijese eso".

El ex liniero ofensivo de los Bears Jimbo Covert también se maravilló con la gracia de Payton bajo extenuantes circunstancias.

"Yo estuve ahí con otros 30 tipos", dijo. "Walter se tomó el tiempo para ir alrededor de la sala tomando a todos entre sus manos y exclamando '¿Qué haces?', simplemente acercándose a todos para saber cómo les había ido. Pueden imaginarse lo fuerte que hay que ser como persona para hacer lo que él estaba haciendo. Él sabía que iba a morir".

Información de AP fue utilizada en la redacción de esta nota.

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