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La experiencia Xtreme Couture

LAS VEGAS -- El glamour y la ostentación, las luces del casino que parpadean en tu cara sin parar, los carteles de mujeres semidesnudas y los magníficos edificios de gran altura. Las Vegas hace posible lo aparentemente imposible.

Juntar agua del Colorado River para crear Lake Mead -- el reservorio más grande del mundo -- Las Vegas es, esencialmente, un mundo de agua creado en un desierto. Algunos la llaman insostenible. Algunos la llaman el logro más milagroso del hombre. Nadie diría que es un lugar modesto. Pero en Xtreme Couture Mixed Martial Arts la modestia abunda, al igual que lo inesperado.

El centro de entrenamiento está lleno de todas las herramientas de las MMA: un neumático para darle golpes, toneladas de colchonetas, espacio en las jaulas, cuerdas y sacos pesados con forma humana para lanzar por todos lados. Es un edificio blanco simple con un pequeño logotipo de "Xtreme Couture". Se podría incluso pasar por el lugar una o dos veces si uno busca la señalización acorde con la enorme cantidad de talento en el interior.

Una vez dentro, un hombre muy atento en la recepción me saludó. Me resultó familiar, pero estaba demasiado entusiasmado para comenzar la clase de sumisión y agarre como para preguntarme quién era.

"Soy Ryan", dijo. "Te voy a acompañar para que pueda comenzar la clase".

Miré a mí alrededor en las paredes y vi imágenes de Randy Couture, Frank Trigg, Tyson Griffin y Ryan Couture. Sí, Ryan Couture era el modesto hombre en la recepción que me dijo "entreno aquí a veces, pero no enseño", cuando le pregunté si él era un instructor.

Un sonido intenso puede llegar a ser una especie de silencio, el silencio intenso puede llegar a ser insoportablemente ensordecedor. Demasiado a menudo mucha expectativa resulta en algo inesperado. Lo inesperado vino en la forma de una conversación pre-entrenamiento que tuve con un compañero de instrucción. La conversación fluyó con rapidez desde de dónde éramos y hasta qué era lo que nos había llevado a Xtreme Couture. Y en su lugar, de alguna manera, nos sumergimos en el conflicto de Darfur.

Este hombre había sido un infante de la marina de los Estados Unidos basado en Sudán. La historia se desarrolló sobre una bomba que explotó, sus mejores amigos que murieron, de cómo dejó a este Marino temporalmente minusválido. Escuché atentamente los horrores grabados en su memoria y acerca de cómo los medios de comunicación muestran tan poco de lo sucedido. Escuché las dificultades que este marino había tenido y tiene en la actualidad, en su reinserción en la sociedad estadounidense, para vivir la vida después de haber sido testigo de -- entre otras tragedias -- masas de bebes retorciéndose, muertos de hambre, siendo sacrificados en el nombre de la "limpieza étnica".

Antes de pisar las colchonetas en Xtreme Couture, reflexioné. Es muy fácil meter los problemas del mundo profundamente en nuestro cerebro. Es fácil llenar un tanque de gas y no preguntarse de dónde viene el petróleo ni a dónde va. Es muy fácil ir a una tienda de comestibles, agarrar la comida de los estantes y no tener idea de dónde vino, cómo se ha cultivado o cómo los trabajadores que la cultivaron y prepararon fueron tratados.

Esto no ayudó exactamente para preparar mi mente para los movimientos de defensa que el profesor Dennis "The Piranha" Davis nos mostró, pero sí me hizo dar cuenta de lo intrascendente que el deporte puede ser, incluso para los fanáticos rabiosos como nosotros, en comparación con los acontecimientos como los "viejo" y demasiado a menudo pasados por alto eventos como los que siguen ocurriendo en Darfur, e incluso la crisis actual de Egipto. Tan cautivado quedé por la historia de este infante de la marina que apenas me di cuenta cuando Jay Hieron y Amir Sadollah pasaron junto a mí.

Justo antes de la clase me llamó la atención un hombre con un cuello tan grueso como uno de mis muslos viendo entrenar a los luchadores. Miré de nuevo. Era Randy Couture. En persona, es mucho más grande y más fuerte de lo que parece en la televisión. Él tiene la contextura robusta y funcional que sólo se desarrolla después de años y años de luchar y entrenar. Como alguien acostumbrado a reunirse y entrenar con los combatientes de élite, no esperaba ponerme nervioso si lo veía.

Sin embargo, me congelé y apenas pude presentarme. Randy ha sido una inspiración para mí desde hace mucho tiempo, pero estoy seguro que no esperaba sentir que había pisado cemento mojado cuando lo vi. Él tenía la intención de ver el entrenamiento, y yo estaba decidido a no molestarlo. También quería recibir en un buen entrenamiento. Mi mente estaba en todas partes. Otro hecho inesperado: Con Randy filmando películas y viajando mucho, no esperaba que las dos horas que había reservado para visitar su gimnasio darían lugar a ese encuentro.

Después de los agarres, hice algo de entrenamiento de kickboxing con otro excelente instructor -- Tim "Bring the Pain" Lane.

En las horas antes de visitar Xtreme Couture, mi mente estaba exclusivamente en las artes marciales mixtas. En las horas que pasé dentro de Xtreme Couture, mi mente se concentró únicamente en la belleza y la fealdad de la humanidad. Pensé en la cita de Georgia O'Keeffe: "Para crear un mundo en cualquiera de las artes se necesita valor". Yo sabía que tenía que recrear fragmentos de esta experiencia a través del arte de la escritura para poder compartirla con los lectores de Sherdog.

En Xtreme Couture, aprendí contraataques para ganchos de izquierda, golpes y cruces. Dejé el gimnasio preguntándome acerca del contraataque para los prejuicios, la discriminación y el racismo.

Cameron Conaway es colaborador de Sherdog.com.