<
>

Nick Díaz no decepciona

Después de casi seis meses de silencio de radio, la comunidad de las artes marciales mixtas finalmente recibió noticias de parte de Nick Díaz a finales de la semana pasada. El mensaje llegó de segunda mano, pero (tal como lo sospechábamos todo este tiempo) confirmó dos cosas.

Primero, el ex campeón de peso welter de Strikeforce regresa a las AMM.

Segundo, las cosas en el mundo de Díaz siguen luciendo maravillosamente extrañas.

Todavía tenemos que escucharlo directamente de boca del peleador, pero el discurso de 352 palabras de parte de su manejador Cesar Gracie publicado en la página oficial del equipo de pelea para anunciar el regreso de Díaz ciertamente no decepcionó. Díaz ha mantenido un perfil relativamente bajo desde que anunciara una renuncia repentina en medio de su frustración tras una derrota en febrero pasado ante Carlos Condit y su posterior suspensión por parte de la Comisión de Atletismo del Estado de Nevada (NSAC, por sus siglas en inglés) luego de dar positivo de "metabolitos de marihuana".

Ahora está de regreso, y a juzgar por las palabras de su entrenador, ha regresado con una venganza.

El mensaje de Gracie (escrito en forma de carta abierta) es, en partes iguales, un comunicado de prensa y un ensayo personal. A pesar de su brevedad, de todos modos vibra con la mezcla única de espectacular arrojo y sorprendente intimidad que durante mucho tiempo han hecho que este entrenador y sus peleadores estelares sean tan cautivantes.

Al igual que el peleador al que representa, la carta salta rápidamente de un tema al otro y nuevamente de regreso al primero sin demasiada advertencia previa. Las frustraciones del longevo entrenador son palpables, cuando él caracteriza los últimos meses como un "período de muchas pruebas" y su melancolía se oculta a duras penas ante "la promesa de que uno de los peleadores más talentosos de nuestro equipo ha decidido abandonar el deporte". Durante todo ese escrito, el tono de Gracie deambula en las fronteras de lo astuto y lo desafiante, y cuando describe el estilo de su preciado pupilo como "una combinación de brillantez técnica y violencia cruda" es legítimamente emocionante, casi hermoso.

Pero esos sentimientos son pasajeros, porque un par de párrafos más tarde Gracie vuelve a ser el mismo, lanzándose contra la "maliciosa incompetencia" de los "burócratas del NSAC" y prometiendo pelear la suspensión de Díaz en los tribunales, y todo sin mostrar ni siquiera un poco de duda sobre el resultado final.

En suma, el mensaje de Gracie es Díaz en su mejor expresión.

Ah, y una cosa más: en su primera pelea después de su retiro, Díaz quiere enfrentar al mejor peleador de artes marciales mixtas de todos los tiempos.

"Como (el campeón de peso welter Georges St. Pierre) estará enfrentando a Condit, Díaz tiene que buscar otras alternativas", escribe Gracie. "Él pedirá respetuosamente una pelea ante Anderson Silva".

Claro que sí.

Digo, ustedes no pensaban que Díaz iba simplemente a finalizar su retiro y regresar a las AMM sin decir al menos algo completamente sorprendente, ¿verdad? Más que nada, es esta sorprendente audacia lo que ha epitomizado la carrera completa de este peleador.

Aquí tenemos a un hombre que no solamente viene de una derrota, sino que hace menos de un año tuvo un título de peso welter que fue arrancado de sus manos debido a su incapacidad para cumplir sus requerimientos ante la prensa previo al combate y que ahora está pasando por una segunda suspensión en su carrera debido al uso de marihuana. De este modo, con su futuro inmediato todavía en serias dudas, Díaz (obviamente) pedirá una súper pelea ante el campeón más longevo de la UFC.

La verdad es que comentarios de esta naturaleza no se pueden inventor.

Gracie dijo que se reunirá con Dana White el próximo lunes para "discutir este y otros temas", y considerando el modo en que se dieron las cosas en su última reunión, cualquier sugerencia de que Díaz se merece una pelea de alto perfil seguramente será recibida con carcajadas por parte del presidente de la UFC.

Y aún así…

Y aún así…

Y aún así los armadores de combates se encuentran en un dilema a la hora de soñar con el próximo rival de Silva, ¿verdad?

Con su legado siendo lo único que puede importarle de aquí en más en su carrera, el campeón de 37 años está actualmente despreciando un combate propuesto ante el inexperto pero peligroso Chris Weidman. Se habla de que Rashad Evans podría bajar desde las 205 libras y pasar inmediatamente a optar por el título, y de repente un grupo robusto de retadores de peso mediano continuarían buscando posicionarse para el gran combate.

El rumbo que la UFC tome después de esa situación es dudoso.

Mientras tanto, con Condit y St. Pierre preparándose para enfrentarse antes de fin de año y con otro ensamble de aspirantes al título peleando entre ellos, no parece haber un encuentro fácil de peso welter que le sirva a Díaz y a su singular posición en el deporte hoy en día.

Por eso hay que ignorar por un momento todos los problemas. Olviden por un minuto todas las razones por las cuales es una idea terriblemente ridícula y tendrán que admitir que Díaz versus Silva podría ayudar a resolver muchos de los problemas de armado de peleas actuales de la UFC de un solo golpe.

Ciertamente se vendería mejor que Silva-Weidman e incluso hasta mejor que Silva-Evans, también. A pesar de todo eso, Díaz sigue siendo uno de los peleadores más espectaculares del deporte. Sus fanáticos son muchos y muy leales (casi rabiosos) y si ellos compraron casi 400.000 suscripciones de pay-per-view para verlo pelear ante Condit por un título interino en las 170 libras, imaginen lo que los números podrían llegar a ser para una pelea ante "La Araña".

Mientras tanto, Weidman tendrá la oportunidad de lograr una pelea de prueba más a fin de reafirmar su currículum (quién sabe, quizás ante el mismo Evans) mientras Condit y St. Pierre ganan tiempo para poner al mundo del peso welter a girar sobre su propio eje.

¿Podría Díaz ganar una pelea ante un Silva más grande, fuerte y hábil? No, casi seguramente no.

¿Podría aunque sea llegar a la noche del combate sin hacer algún tipo de jugarreta nueva e interesante? Eso es debatible.

Pero ya sea por su locura o su sensatez, ¿pagaríamos por verlo? Absolutamente.

Tal como es el caso usualmente con Díaz, todo podría reducirse a la pregunta de si el fin justifica los dolores de cabeza.

Sí, una pelea ante Silva es una chance muy lejana y más alocada que ninguna otra cosa, pero aún si nunca sucede vamos a estar contentos de que finalmente Díaz haya regresado.

Las cosas son mucho más interesantes cuando él está presente.